No hay periodismo cultural sin jóvenes que lo alimenten. No solo por el relevo generacional, sino porque revitalizan los contenidos. Esa fue una de las conclusiones a la que llegaron Julio Aguilar, editor del suplemento cultural Confabulario de El Universal y José Luis Martínez, editor de Laberinto, revista cultural de Milenio Diario.
Para Martínez, la misión de los suplementos culturales es “arriesgar para atraer a los lectores”, añadió que “pensar de otra manera es estar con un pie en la sepultura profesional”.
“Si la gente joven ve gente joven, se interesa”, dijo Aguilar, destacando que es importante abrir espacios y apostar por alguien que “identifico que está trabajando para hacer algo muy valioso” sin que tenga un reconocimiento previo.
Durante la entrega del Cuarto Premio de Crónica Cultural Festival CulturaUNAM, ambos editores hicieron referencia a la historia de los suplementos culturales en nuestro país, que nacieron con México en la Cultura, fundado por el escritor Fernando Benítez en 1949 y donde iniciaron su trayectoria escritores como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Rosario Castellanos, Juan Rulfo, José Revueltas, Alfonso Reyes y José Emilio Pacheco.
“No puedo hacer un suplemento cultural sin jóvenes, por razones profesionales y personales. Yo comencé a hacer periodismo cultural, a estar en un suplemento (desde) muy joven con Huberto Batis”, apuntó Aguilar, y recordó una anécdota de sus primeros pasos en el suplemento Sábado, fundado por Huberto Batis.
“Me da a leer un cuento, y yo le digo: ‘no me gustó’, ¿no? Y me dice: ‘no, te estoy preguntando si te gustó o no, te estoy preguntando si está bien o no’. Y es una diferencia muy clara. Tiene uno que ser profesional y el hecho de que no te guste, no quiere decir que no esté bien”, puntualizó Aguilar.
Tanto Aguilar como Martínez advirtieron que no basta con tener talento para ser un buen periodista, se requiere vocación e impulso para trabajar arduamente e ir corrigiendo errores.
“Uno puede decir que va a ser el gran periodista y que va a hacer la gran entrevista, pero eso se logra trabajando”, señaló Aguilar durante el conversatorio Crónica cultural: cómo se edita y se lee hoy en la prensa escrita convocado por la Unidad de Investigaciones Periodísticas (UIP) de CulturaUNAM.
Contó que en su trayectoria como editor, le ha tocado ver personas que no poseen las mejores habilidades al redactar, pero que escuchando los errores que les señalaban, lograron pulir su estilo. “Hay que ser culto”, enfatizó, “leer, oír, ir a ver, conocer, probar de todo, sin prejuicios”.

Hablaron también sobre la importancia de tomar riesgos y tener una agenda temática que contemple los acontecimientos del mundo. “El más vital, el más propositivo, el más leído. ¿Cómo lo logró? Arriesgando. Y esa es la misión de los suplementos culturales sean en versión digital o empresa o como sea, arriesgar para atraer a los lectores”, señaló José Luis Martínez.
Durante el conversatorio, realizado el 10 de octubre en el salón de conferencias del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), se abordó la importancia de los suplementos culturales en un mundo regido por la inmediatez digital.
Aguilar habló sobre las posibilidades que brindan las plataformas digitales: “Es una manera de llegar a otros públicos, de crear lectores”.
Los periodistas coincidieron en que los suplementos son una oportunidad para profundizar la información y acercar los contenidos a otros públicos a los que antes era difícil acceder desde el papel. “De repente hay momentos de alarma, de alerta, ‘ya desaparecieron o están desapareciendo los suplementos culturales’ y, sin embargo, siempre resurgen.
En la actualidad, tal vez en papel los suplementos se han adelgazado, han sido sometidos a una dieta estricta por dos razones, por los costos y por la falta de lectores de las publicaciones impresas. Pero ahora tenemos otra alternativa que es la posibilidad de editar digitalmente”, apuntó Martínez, quien también es editor de la sección Cultura de Milenio.

Coincidieron además en que las herramientas disponibles para medir el número de interacciones con un texto digital también ha brindado a los suplementos una serie de oportunidades para definir la información que ofrecen. “Ante todo como editor uno debe tener una distinción entre lo importante y lo exitoso, hay una diferencia fundamental en este matiz”, para lo exitoso, dijo Aguilar, están las métricas “que nos permiten ver qué es lo que se lee”, pero hay otros temas, señaló, que son fundamentales, quizá un poco más complicados, que van a tener una incidencia en la vida de las personas.
El editor de MIlenio coincidió, señalando que “Hay que seleccionar de acuerdo al momento. Y desde luego a veces es muy consciente la decisión de decir tal texto no va a tener muchos lectores, pero es imprescindible”.
“Es decir, no me puedo arriesgar a publicar algo solamente porque me gusta o porque lo he leído… Los editores no podemos estar divorciados de lo que está pasando en el mundo”, remató.
Al final de la charla, el Maestro Juan Ayala, Secretario Técnico de Planeación y Programación de CulturaUNAM, entregó los reconocimientos del Cuarto Premio de Crónica Cultural Festival CulturaUNAM, seleccionados entre más de cien postulaciones. El primer lugar fue para Jesús Guerra Medina, estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana por su texto “[Sobre]nombrar el horror: poéticas de lo inquietante”; Dayana Arely Reyes Sedano, estudiante de la UNAM, obtuvo el segundo lugar por “Carta para Víctor”; y Rosa María Arellano Reyes, estudiante de la Universidad Rosario Castellanos, obtuvo el tercer lugar por la crónica “El indio que me enseñó a ser india”. Todas las crónicas pueden leerse en corrientealterna.unam.mx

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