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El día que amaneció dos veces
Extinción de fideicomisos de ciencia y tecnología

La eliminación de fideicomisos afectaría el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país, dicen los integrantes de la comunidad científica que rechazan su aprobación en el Senado. / Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro

Extinción de fideicomisos, golpe a la descentralización de la ciencia

Ante la extinción de fideicomisos, integrantes de algunos centros públicos de investigación hablan sobre cómo afectará esta medida a la ciencia en México.

Marcela Vargas, reportera, y Karina Feliciano y Aranza Flores, becarias / Corriente Alterna el 20 de octubre, 2020

Ciudad de México.- Luis Humberto Mendoza Garcilazo es un experto en terremotos. Su campo de estudio es impredecible. Cuando hay un sismo debe tomar su equipo y salir a medir las réplicas, darle respuesta a los medios de comunicación, auxiliar a las autoridades a tomar decisiones. Pero con la extinción de los fideicomisos su oficio está en riesgo: “a mí me afectaría el mantenimiento de mis estaciones sísmicas”. 

Mendoza Garcilazo es sismólogo del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE). Lleva 39 años ahí, donde estudia los riesgos sísmicos en zonas urbanas. Está muy lejos de la capital del país. Mendoza Garcilazo no ha podido ir a manifestarse al Senado de la República. Desde Ensenada, Baja California, él y otros de sus compañeros envían correos electrónicos a los senadores para pedirles que reconsideren. 

El dictamen de extinción de los fideicomisos afecta a cientos de investigadores como Mendoza Garcilazo, y de proyectos diversos que van de las pruebas de detección de COVID-19 a estudios de migración. De hecho, los 25 mil millones repartidos en 99 fideicomisos de ciencia, tocan un punto delicado: los 26 Centros Públicos de Investigación (CPI) —cada uno con un fideicomiso— que son la segunda fuerza de generación de conocimiento científico del país, sólo después de la UNAM. 

Desde junio alertaron: si se extinguen los fideicomisos para la ciencia, la existencia de los CPI estaría en riesgo. Estos centros, además, representan un esfuerzo de descentralización del conocimiento: 20 de ellos tienen su sede principal fuera de la Ciudad de México. Dependen del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y están distribuidos en el interior de la República: Jalisco, Michoacán, San Luis Potosí, Baja California, Guanajuato, Yucatán, etcétera.

Si no fuera por los recursos que están en los fideicomisos, sus procesos estarían entorpecidos por los tiempos de la burocracia. El año fiscal está acotado entre marzo y octubre. Fuera de esas fechas es muy difícil gastar el dinero. O simplemente imposible. Mendoza Garcilazo es el ejemplo claro: no se puede predecir un temblor ni se puede planificar en el presupuesto del próximo año: “no nos dicen ‘como va a temblar el próximo año, te voy a mandar un dinero’, no. Entonces ese fondo nos ayuda a eso.”

El fideicomiso del CICESE tiene 71 millones de pesos. Al aprobarse el dictamen y publicarse en el Diario Oficial de la Federación, ese dinero pasará a la Secretaría de Hacienda en 30 días naturales. El CICESE tiene 180 investigadores y se especializa en Ciencias del Mar, de la Tierra, de la Vida, Físicas y de la Información. La desaparición de su fondo pondría en riesgo la continuidad de al menos 20 proyectos, además del mantenimiento del barco oceanográfico Alpha Helix y del apoyo que da el CICESE al gobierno de Baja California en la realización de pruebas para detección del virus SARS-CoV-2. 

Si un aparato se descompone en noviembre o diciembre, explica Liliana Quintanar Vera, investigadora del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), el fideicomiso permite a un centro de investigación pagar su reparación lo antes posible. Si dependieran únicamente del ejercicio fiscal —como se espera que suceda con la extinción de la figura de los fideicomisos—, las reparaciones esperarían hasta marzo siguiente. Eso detendría o entorpecería sus proyectos de investigación y medición.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha asegurado que los beneficiarios de los fideicomisos seguirán recibiendo “sus apoyos”. Sin embargo, científicos consultados por Corriente Alterna alertan que no existe ningún mecanismo legal que asegure la continuidad de ese presupuesto para la ciencia.  

Científicos protestan por la extinción de de fideicomisos
Investigadores, estudiantes, familiares de víctimas y desplazados mantuvieron bloqueados los accesos al Senado de la República para exigir a las y los legisladores la derogación de la iniciativa que propone la desaparición de 109 fideicomisos. / Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro

¿Qué reemplaza al fideicomiso?

De los fideicomisos por eliminar, 99 corresponden a ciencia y tecnología  —incluidos los 26 de los CPI y 65 fondos correspondientes al Conacyt— y suman 25 mil 740 millones de pesos. 

De acuerdo con Liliana Quintanar Vera, el fideicomiso es el instrumento mediante el cual el Cinvestav puede ejercer recursos y cubrir necesidades de investigación fuera del ejercicio fiscal.

“Que ahora el mecanismo sea a través de recursos fiscales es una gran limitante, porque estamos sujetos al vaivén de cada año, a qué decidirá la Cámara de Diputados para el siguiente. Es una batalla constante y desgastante”.

El fideicomiso del Cinvestav concentra 81 millones de pesos. Sin esos fondos se compromete incluso la atención a la pandemia: la aplicación de pruebas a personal médico y militar y la continuidad del laboratorio Centinela en las instalaciones de Zacatenco. Y además a 60 proyectos de investigación relacionados con el COVID-19 y a otros 120 proyectos con una duración de dos a tres años. 

“Somos un actor muy importante en la vida científica del país y poner en riesgo nuestra operación y funcionalidad continua a través de este instrumento es poner en riesgo toda esta tarea”, dice la doctora en Química.

Extinción de Fideicomisos de ciencia y tecnología
El 20 de octubre, distintos grupos beneficiarios de los fideicomisos protestaron por la posible desaparición de los mismos. / Foto: Daniel Augusto / Cuartoscuro

Financiar la investigación en ciencias sociales

Para el Colegio de San Luis (Colsan), CPI especializado en ciencias sociales y humanidades, entregar los recursos de su fideicomiso —dos millones 800 mil pesos— a la Secretaría de Hacienda significaría dejar cinco proyectos inconclusos este año. “Estaríamos incumpliendo compromisos con los investigadores y con otras instituciones”, dice David Vázquez Salguero, presidente del Colsan. “Además de incumplir con nuestras metas anuales, que a su vez forman parte de nuestro compromiso con el órgano de gobierno”.

Su fideicomiso fue creado hace apenas siete años. Antes de eso, “operábamos con recursos fiscales y propios, pero siempre sujetos al ciclo fiscal anual”, explica. Cuando empezó a funcionar, se abrieron  posibilidades de investigación. “Casi siempre la política desde Conacyt ha sido auspiciar proyectos de ciencias duras y no tanto las sociales y las humanidades, que son las que hacemos aquí”.

El Colsan maneja líneas de investigación relacionadas con problemáticas locales: migración, cambio climático, uso y gestión del agua, democracia y violencia de género; y es el único CPI que hace estudios literarios. “Perderíamos esa posibilidad de desarrollar investigaciones que no necesariamente estén fondeadas y le cuesten al erario”, dice Vázquez Salguero. “Porque no es recurso que viene de la Tesorería de la Federación, son recursos autogenerados o que buscamos por terceros”.

Protesta contra eliminación de fideicomisos de ciencia
El 20 de octubre se aprobó en comisiones la extinción de 109 fideicomisos y fondos públicos, entre ellos, los correspondientes a 26 centros públicos de investigación. / Foto: Daniel Augusto / Cuartoscuro

Qué proponen los investigadores

El fideicomiso del Colegio de la Frontera Norte (Colef) cuenta con alrededor de 62 millones de pesos. “Desde ahí se financian no solo proyectos, sino también apoyo a estudiantes, a infraestructura”, dice Cirila Quintero, docente y ex directora de la institución. “Lo fundamental es volver la mirada de que no solo se toca la investigación, también se tocan la docencia y otros apartados que con ese fideicomiso se resolvían”.

La vocación científica de los 26 CPI se vincula con la región en la que están asentados. Durante la administración de Quintero, que concluyó en 2018, los recursos generados por el Colef y manejados por su fideicomiso ayudaron a completar la construcción de su sede en Matamoros, enfocada en estudios de violencia, seguridad y derechos laborales.

“Creo que con la extinción de los fideicomisos se pierde esa posibilidad de representación”, dice la docente. “Muchas veces los recursos no fluyen tan rápido para cubrir las necesidades que se tienen en regiones apartadas del centro del país”.

La comunidad científica se alió con integrantes de otros sectores afectados por la extinción de los fideicomisos, como la industria del cine y los defensores de Derechos Humanos. No han dejado de manifestar su descontento a los legisladores, con la esperanza de evitar que la bancada de Morena en el Senado consiga la mayoría necesaria para aprobar la iniciativa. Con 65 votos a favor y 51 en contra, el pleno del Senado aprobó la extinción de fideicomisos en la madrugada del 21 de octubre de 2020.

“La ciencia, así como la cultura, son aspectos de lo más relevantes para cualquier sociedad”, dice Cirila Quintero. “¿De qué sirve que hagamos muchas investigaciones y les digamos, si los tomadores de decisiones no las toman en cuenta?”

Última actualización: 08:26, 21 de octubre de 2020.