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Amigos esperan en la fila para usar un telescopio en el Picnic Bajo la Sombra. Foto: Abraham Saldivar

Eclipse solar: cuando el 2052 nos alcance

Por: Angélica Ahuatzin
Mentoría: Alejandro Castro
Fecha de publicación: 8 de abril, 2024

Al frente de una fila de casi diez metros de largo, Iñaki calibra su telescopio Celestron PowerSeeker 60z, para compartir con extraños el evento astronómico del año en México. 

El telescopio es uno de los regalos que le trajo Santa Clós en la última navidad, porque a sus 11 años, es ya todo un aficionado de la observación de astros. 

“Siento bonito porque estoy ayudando a la gente a poder ver más allá de los ojos, ver más lejos”, cuenta. 

Su nombre se escribe “con k e i latina”, enfatiza. Al mediodía ya estaba preparado para observar el primer eclipse solar del siglo en su punto máximo. 

Cuando en México se registre otro eclipse de este tipo, en marzo de 2052, Iñaki tendrá 39 años. Le preguntamos cómo se visualiza para ese momento. “En el futuro yo ya me veo ahí en la NASA o enseñando en alguna universidad de astronomía o algo”. Aunque es escéptico del futuro, porque imagina un mundo “un poco más feo y con basura”,  dice que todavía estamos a tiempo para arreglarlo.  

Iñaki es uno de los 65 mil asistentes al Pícnic bajo la sombra convocado por CulturaUNAM para disfrutar del eclipse frente a la rectoría de la Universidad Nacional.

Rodeadas de jacarandas y ficus, las personas permanecen atentas con la vista al cielo, sin importar los 28 grados centígrados que se registran. Para observar el eclipse en telescopios como el de Iñaki, hacen filas de 30 o 50 metros de largo. Es más fácil formarse que esperar al año 2052 para poder volver a observar un fenómeno como este.

En las islas, entre puestos de información astronómica y puestos de papitas, resulta imperceptible el oscurecimiento del sol que es posible gracias a  los movimientos celestes.

Cerca de la Facultad de Ingeniería, se encuentra la familia de Edmundo Galicia, que vinieron desde la comunidad de la Joya, en Tlalpan.

Es la segunda ocasión que acuden en familia a ver un eclipse. La primera fue con el eclipse anular registrado en octubre de 2023. Esta vez asiste su nieto Teuhtli, nombrado así por el volcán extinto localizado en Milpa Alta. 

La familia se encuentra alrededor de unos binoculares colocados boca abajo sobre un tripie, para que el eclipse se refleje en el suelo. Teuhtli, el más pequeño de la familia, entra y sale de su pequeña tienda  de acampar con estampado del espacio. El abuelo de Teuhtli tiene la seguridad de que el 30 de marzo de 2052, su familia volverá a reunirse  para ver el eclipse, pero el papá de Teuhtli, que es geógrafo, no está muy seguro y sus ojos se humedecen. 

“Me vas a hacer llorar. Me imagino un mundo difícil. Si estoy voy a venir con él, ese es mi objetivo en la vida, eso y ver el cometa Halley”, detalla.

Las personas observan el cielo. En cuestión de minutos la luna queda suspendida en su totalidad entre la Tierra y el Sol, pero en la Ciudad de México solo se percibe el oscurecimiento en un 79 por ciento. 

Malinche, Soco y Fruti, mujeres trans,  hablan sobre cómo imaginan su vida en 28 años. 

“Ojalá esté así bien perra en la playa, bien a gusto. Aunque yo creo que en ese futuro la playa ya va a ser pura arena”, dice Malinche, quien prefiere no decir su edad. “Eso no se le pregunta a una dama”.


Fruti hace cuentas y piensa que en ese momento tendrá 50 años. Se visualiza a gusto también, como Malinche, pero con un “porrito” y una vida ya construida e “icónica” como businessman

Ese es su anhelo, pero también piensa en un futuro difícil.

“Imagino un mundo bastante más desigual que ahora, con lugares donde sólo se permita el acceso a gente con mucho capital, donde puedan resguardarse de las condiciones climáticas destructivas, tipo Mad Max, ¿sabes?”

Seco, bailarina y artista, dice que si sigue viva y su cuerpo se lo permite, se imagina cerca del arte como ahora.  

A su ‘yo’ de  50 años le diría:“¡Qué perra, amiga, llegaste a los 50! Le diría que qué chingona que lo logró, porque la esperanza trans en México es de 30 años, así que sobrevivir a esa discriminación, a la transfobia y a la homofobia… Le diría que qué bueno que llegaste a los cincuenta como una ancianita artista”. 

En el escenario de este Picnic bajo la sombra ya se encuentra la agrupación Mochis Bendito cantando “te miro y aúllo”, mientras que en los pastos un chico toca el violín para su novia. 

El grupo de rock sierreño se despide del público que se dio cita en las Islas de Ciudad Universitaria a la par que la Luna se va desplazando y el eclipse termina. 

Es un día especial, grita el vocalista: “Qué todos sus sueños se cumplan”.