“El origen de la noche”: la masacre de Acteal que la ficción no olvida
Escrito en lengua tsotsil y en español, el libro El origen de la noche, de Mikel Ruiz, recibió el Premio Nezahualcóyotl (Foto: Yatzín D. Ordaz)

Una joven tsotsil sobrevive a la matanza de Acteal, Chiapas. Pierde la vista, la memoria. Pasan los años y Mikel Ruiz encuentra su caso en una nota periodística. Va a Acteal, recoge testimonios, escucha para encontrar respuestas.

Ese fue el punto de partida para El origen de la noche, su primera novela, con la que ganó el Premio Nezahualcóyotl 2023. 

El origen de la noche es, hasta ahora, la primera novela que aborda directamente la masacre de 1997.

Al reconstruir los hechos, Mikel se enfrentó a contradicciones, vacíos y silencios. “Me llegó la impresión que, para hablar de la víctima, en este caso sobreviviente, era necesario hablar del victimario”, explica.

Pensar en lengua tsotsil

La novela comienza con una plegaria: la pronuncia Pablo Ak’obal, su protagonista, que tras ser desplazado regresa a su comunidad convertido en paramilitar. Reza para justificarse, recluta jóvenes, comete actos violentos. La narración avanza entre saltos temporales, va del presente al pasado, de la infancia al entrenamiento armado.

La voz de Pablo desafía los binarismos. Difícil distinguir entre la bondad y la maldad, explica Ruiz. “Yo creo que sí hay seres humanos dentro de estos personajes, pero la sociedad los cataloga inmediatamente como los buenos y los malos, las víctimas, los victimarios… es mucho más fácil dividirlos así para hacer nuestra crítica y juzgar”, detalla.

Por ello, en su novela prefiere concentrarse no en el blanco y negro, sino también en los grises.

Presentación en el Museo de las Cultura Populares con Elisa Ramírez Castañeda, Marlene Morales, Adriana Hernández Ocampo, José Luis Javier Reyes Cabrera y Mikel Ruiz. (Foto: Yatzín D. Ordaz)
Presentación en el Museo de las Cultura Populares con Elisa Ramírez Castañeda, Marlene Morales, Adriana Hernández Ocampo, José Luis Javier Reyes Cabrera y Mikel Ruiz. (Foto: Yatzín D. Ordaz)

Mikel Ruiz nació en Chicumtantic, Chamula, una comunidad cercana a Acteal, en los Altos de Chiapas. Su lengua materna es el tsotsil. Imparte talleres de escritura creativa a jóvenes tsotsiles y forma parte del colectivo Jal k’opetik.

Escribe en tsotsil y en español. Desde ahí, construye una literatura que no busca consolar. “La literatura que trato de hacer busca visibilizar contradicciones dentro de los pueblos, y en particular del pueblo tsotsil”, ha dicho en entrevistas recientes.

De niño, escuchó historias sobre lo ocurrido en Acteal, aunque en su memoria se sentía como un lugar lejano. Luego entendió que era un pueblo vecino.

Contra el romanticismo indigenista

La escritura de Mikel va a contracorriente, como apunta Luis de la Peña Martínez en el prólogo, de la tradición del llamado “Ciclo Chiapas”, donde los pueblos originarios eran retratados desde miradas externas. Ejemplos de ello son obras como Balún Canán, de Rosario Castellanos, o Los hombres verdaderos, de Carlo Antonio Castro.

En El origen de la noche no hay espacio para el romanticismo indigenista, según especialistas. “Los personajes no son mágicos, ni heroicos, ni apegados a la teta de la Madre Tierra. No se romantizan estereotipadamente ni se mueren envueltos en la bandera de la lengua entre las balas del invasor”, señaló la escritora Elisa Ramírez Castañeda en una de las presentaciones del libro.

Mikel lo dice claro: “Hablamos en español y por eso también escribimos en español, pero fallido, porque seguimos hablando en nuestras lenguas, seguimos escribiendo en nuestras lenguas. Soy resultado fallido del indigenismo en México”.

Acteal: escribir desde la herida

El 22 de diciembre de 1997, un grupo paramilitar asesinó a 45 personas tsotsiles, en su mayoría mujeres, niñas y niños, que rezaban en una ermita en Acteal, Chiapas. El lugar, asociado a la resistencia pacífica del grupo Las Abejas, se convirtió desde entonces en símbolo de una memoria herida.

Mikel Ruiz no narra como cronista ni busca causas lineales. Su apuesta es otra: dudar, resistirse a la versión oficial y hacer de la memoria un ejercicio político. “El hecho de recordar esto y no olvidarlo, quizá esa sea la apuesta: no olvidarlo”, indica.

Una de sus mayores inspiraciones fue el trabajo poético de la escritora tsotsil Ruperta Bautista, autora que ha escrito sobre Acteal desde la poesía. “Fue mi base, estar siempre revisando estos poemas”, comenta Mikel.

“¿Quién puede contar los hechos que han afectado, que han transgredido, fragmentado nuestro país? ¿Quiénes deben contar nuestras historias que, de no hacerlo, cambiarán en unas dos o tres generaciones?”, se pregunta Ruiz.