El muralismo mexicano es un movimiento artístico que se desarrolló con fuerza en el país entre 1920 y 1935. Es el arte de pintar sobre muros o paredes para crear obras monumentales.
Gerardo Murillo, pintor originario de Guadalajara, mejor conocido como Dr. Atl, se consagró como el padre de este movimiento artístico y junto a otros artistas dejó un legado que perdura, pero que también ha tenido una transformación en los últimos años.
A un siglo de distancia del nacimiento del muralismo en México, nos preguntamos: ¿cuáles de los valores que definieron a la escuela mexicana de pintura y escultura que encabezaban Atl, Rivera, Orozco y Siqueiros siguen vigentes en el muralismo y, sobre todo, cómo se practica actualmente?
De la mano de cinco muralistas de diversas generaciones en este pódcast nos adentramos juntos al debate que sostienen los artistas sobre la transformación de este arte nacional.
“No se puede aprender a sentir el muralismo, es filosofía. Es un discurso político, social. Es el enfrentamiento del muralista con las diferentes clases, a todos los niveles: abajo, arriba, en medio. Es la lucha social del pueblo a través del arte y en el espíritu del muralista”, comparte Ariosto Otero, muralista y director de la Fundación Ariosto Otero, uno de los defensores de las raíces de este arte.
Otros muralistas como Janneth Calvario “Mitzi”, fundadora de la Brigada de Arte Comunitario Talimalakatsikinan Naku, y Juan José Martínez Antonio (Zinek), director del Movimiento Muralista Arte Zinek, reconocen el legado de sus fundadores, pero también abrazan los nuevos materiales, las técnicas más novedosas y la participación comunitaria.
“Sí viene como un nuevo resurgimiento del mural con distintas técnicas, pensamientos y soportes y también con nuevas temáticas que nos hacen cuestionarnos”, sostiene Calvario.
En medio, el puente que se ha creado entre ambas visiones, sobre las cuales teorizan Polo Castellanos, doctor en artes y diseño, y Jorge Tanamachi, docente e investigador de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM.
“Hay una nueva corriente que yo identifico que tiene que ver con la ilustración de gran formato o gigantografía y es lo que se conoce a veces en el mundo como un muralismo mexicano nuevo. También está el muralismo comunitario que es mucho más orgánico de los movimientos sociales, de las protestas. A veces no son artistas de la academia, son artistas autodidactas y responde más a una necesidad política que estética y a veces también se encuentran las dos, entonces yo creo que hay muchas tradiciones actualizadas”, advierte Tanamachi.
En medio del debate, este coro de voces muralistas propagan una misma idea: el muralismo es parte de la idiosincrasia mexicana y así como ha evolucionado la sociedad, ha evolucionado el arte. El muralismo existe y resiste en México.