Los Súper Locos es un establecimiento ubicado en Ciudad Nezahualcóyotl,
especializado en dos cosas: los tacos y el arte gráfico.
Ubicado desde hace 30 años sobre la calle Paloma Negra, esquina con Cielito Lindo, este puesto de lámina blanca con mesas al costado y un toldo negro que abarca toda la esquina, a cargo de Jorge Ochoa, ofrece tacos al pastor, de suadero o campechanos. Y desde 2019, además, exhibe la obra de artistas de la periferia, jóvenes e independientes, tan excluidos del “mundo del arte” como los mismos vecinos de la zona.
En Neza, explica Román Ochoa, del colectivo Bordo, impulsor del proyecto Galería Taquera, no hay suficientes parques, centros recreativos, mucho menos galerías o museos. Para las autoridades, destaca, “pareciera que los que viven en la periferia, o los que tienen menos recursos, no tienen derecho a la cultura”.
La información oficial le da la razón. Según el Plan
de Desarrollo Municipal Nezahualcóyotl 2019-2021, Neza tiene 106 “espacios recreativos” para una población de un
millón 110 mil habitantes. Es decir, un espacio recreativo por cada 10 mil 400
personas. Además de escasos, estos lugares carecen de seguridad o vigilancia, y
las instalaciones están descuidadas, como lo registra el mismo documento.
Para combatir esta realidad, explica Ochoa, surgió en 2018 la revista Bordo: una plataforma de encuentro para artistas independientes con propuestas particulares relacionadas con su territorio. Luego, la Galería Taquera, singular caja de resonancia para la obra de esos mismos creadores.
De Neza para Neza
Cada primer domingo del mes, Los Súper Locos se convierte
en la Galería Taquera y sobre la pared del negocio los artistas montan su obra
en papel bond adherido con engrudo –al estilo de los anuncios de bailes y
ferias callejeros–; y ahí queda exhibida, a la vista de comensales, peatones y
marchantes del tianguis que cada domingo se monta sobre Paloma Negra.
Cada vez que se coloca un lienzo, cuenta Andrea Honni, artista veracruzana invitada a la decimotercera edición de Galería Taquera, los vecinos “echan porras”.
En México, explica Brian Livoight, colaborador del
proyecto, el “mundo del arte” es un espacio limitado que se desenvuelve,
primordialmente, en la capital del país. Pero ese no es el espacio ni el
público que busca Bordo. Su objetivo es
conectar con el público en Ciudad Nezahualcóyotl y hacerlo crecer.
Livoight advierte: “Crecimos aquí, en Ciudad Neza. La gráfica que nosotros hacemos tiene que ver con los vecinos. Estamos haciendo arte como consecuencia del lugar donde nacimos, y no está chido que nuestra misma gente no lo conozca”.
Rompecabezas
El Bordo de Xochiaca es un vertedero de basura ubicado
en la zona limítrofe entre Ciudad Neza
y la Ciudad de México. Por eso, explica Román Ochoa, la idea colectiva sobre Neza “es que, si vives aquí, vives entre
lo marginado, vives en el basurero, vives en el Bordo”.
Pero Neza no
es un basurero, sino un territorio generador de cultura, y alrededor de esta idea
se agruparon artistas locales que, en abril de 2018, presentaron la revista Bordo. El objetivo es resignificar ese
término, así como crear y difundir obras artísticas entre la comunidad local. “Lo
que pretendemos es desarrollar el sentido de pertenencia, creando iconos y
referentes del territorio”, explica César González, diseñador gráfico y uno de
los fundadores del proyecto.
Bordo es un pliego doblado seis veces, formando 32 páginas, en cada una de las cuales se presentan ilustraciones de artistas integrantes del colectivo e invitados, con el territorio como concepto guía.
“La finalidad –explica Brian Livoight– es que sea muy entretenido de ver, casi como un rompecabezas. Tal como son las ciudades, que, al final, son creadas casi por accidente”.
Bordo, subrayan sus editores, no es
la única iniciativa cultural independiente de Ciudad Neza; pero muchos de estos proyectos, y sus promotores “están
totalmente maleados por la política, con ideas caducas sobre el arte y los
artistas, sobre el papel que desempeñan en su comunidad. El movimiento hip hop, por ejemplo, es bien grande
aquí en Neza, pero su filosofía es
individualista: mucho para uno mismo; si se hace grafitti es con mi nombre, con el de mi crew; todo es brillo para uno, y ya está caduco ese pedo”, advierte
César González.
Esas visiones del arte no incluyen la noción de
comunidad. Por eso, “en Bordo
empezamos a buscar un perfil de banda que no esté maleada por la política y que
se ocupe de su territorio, que ocupe su arte para hablar de su territorio”.
Apuesta por la
banda
César González detalla que su objetivo no es promover
la idea del “artista marginal” sino fomentar la creación y difusión de arte
fuera de los centros que tradicionalmente lo acaparan; abrir espacios para que
el arte no sea una actividad secundaria sino un medio digno de vida.
Hasta la fecha se han publicado dos números de la revista, ambos gracias a una beca del Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMyC).
Lo que buscan los editores de Bordo es cultivar el espíritu creativo e incentivar a que el barrio haga lo mismo; la apuesta del colectivo es demostrar que el arte puede encontrarse desde las zonas más relegadas de la oferta cultural. El proyecto se sintetiza en una idea clave: “Desarrollamos habilidades porque carecemos de comodidades”.
“Queremos hacer lo que salga de nuestra imaginación –concluye César González–, y que en esas cosas se cuenten las historias que vivimos en la periferia de la Ciudad de México (…) Inconscientemente la gente da por hecho que en su barrio nadie apuesta por el arte. Pues hay que apostar por tu barrio: apuesta por la bandita y que la bandita apueste por ti”.