Diversas colectivas feministas cumplieron lo que Yesenia Zamudio sugirió después de rebautizar el edificio de República de Cuba 60 como Okupa Casa de Refugio Ni Una Menos México: “Vamos a tener que empezar a salir por toda la república a hacer esto”. Y sí, en varias ciudades del país colectivas tomaron oficinas de derechos humanos. En Ecatepec, fueron reprimidas.
Ecatepec: Activistas violentadas
La madrugada de hoy viernes 11 de septiembre, frente al edificio de la Fiscalía local, activistas y representantes de los medios de comunicación se agruparon para conocer el paradero y estado de salud de las mujeres que fueron desalojadas con violencia de las oficinas de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM) en Ecatepec.
Ecatepec de Morelos es uno de los municipios más inseguros para las mujeres en México. En el primer semestre del 2020 Ecatepec registró siete feminicidios (esto de acuerdo con cifras oficiales). Esto lo coloca en el lugar número 8 entre los municipios más letales para las mujeres.
“Si no nos solucionan, nos pensamos quedar aquí”, dijo en entrevista con Corriente Alterna Erika Flores, representante de la Fundación Iris en defensa de los derechos de la infancia. Cuatro horas después de esa conversación, Erika y al menos una decena de integrantes de diversas colectivas feministas fueron agredidas y detenidas por la policía estatal del Estado de México; cuando las autoridades las desalojaron de Codhem. En la detención también se llevaron a seis menores de edad.
La toma empezó desde un día antes. A las 14 horas del jueves 10 de septiembre, colectivas feministas del Estado de México ocuparon pacíficamente las oficinas de la CODHEM. No todas iban encapuchadas. La acción comenzó con ocho mujeres, pero con la difusión de los hechos en redes sociales más activistas llegaron a acuerpar. Para las 7 de la tarde eran 25 personas, entre mujeres, niños y niñas —algunas víctimas de violencia sexual infantil— quienes ocupaban las instalaciones.
Exigencias concretas: la destitución de funcionarias
Las manifestantes demandaban atención adecuada a las solicitudes de acompañamiento de víctimas y exigían la destitución de las funcionarias Sandra Pacheco, fiscal del Centro de Justicia para las Mujeres, y Grisel Barrientos, directora del Instituto Municipal de la Mujer e Igualdad de Género (IMMIG) de Ecatepec.
Las colectivas señalan a Barrientos por hacer uso indebido de los fondos asignados al municipio, tanto los recibidos por la segunda alerta de género, como otros recursos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de la campaña Spotlight, orientada a eliminar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas.
Con este dinero, explica Erika Flores, se construyó un albergue para mujeres violentadas que no ha recibido a ninguna mujer. “El apoyo económico que recibe este espacio no ha sido para las víctimas”, dice. Las colectivas exigen dar su uso correcto a este edificio. “Que lo ocupen las víctimas de verdad, las víctimas de violencia de género que no tienen a ningún lado a donde ir. Aquí tenemos varias mujeres que se desplazan solas, tienen que huir porque sus hijas fueron víctimas de la delincuencia organizada”.
Erika Flores mantiene una denuncia contra Grisel Barrientos desde 2018. En ella, acusa a la directora del IMMIG por no haber permitido el acceso a víctimas a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México (CEAVEM) y haber solicitado a la policía municipal desalojarlas por la fuerza. Como resultado de esa violencia su hija perdió un embarazo.
“Yo tengo la denuncia pero ni siquiera me han dado respuesta, tengo una queja en derechos humanos donde tampoco me dieron seguimiento”.
Flores permanecía en el interior de Codhem, junto con sus compañeras activistas, cuando patrullas de policía rodearon el inmueble. A las 23:38 horas, la página de Facebook Manada Periferia advirtió sobre la presencia de elementos policiacos en la Codhem, y solicitó monitoreo y acuerpamiento inmediato.
Durante la madrugada del viernes, policías de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) ingresaron a las oficinas por la fuerza. Detuvieron a 13 personas mayores de edad y seis menores y les trasladaron al Centro de Justicia Atizapán. Manada Periferia denunció estas acciones en redes sociales, así como la agresión directa contra Erika Flores, con 8 meses de embarazo, quien recibió golpes durante el desalojo del inmueble.
También contra periodistas
Según testimonios en redes sociales, tanto manifestantes como periodistas presentes fueron detenidas con violencia física y verbal. Se mantuvo incomunicadas a las activistas hasta la mañana del día siguiente y al menos a una reportera, la periodista Lizbeth Hernández, se le retiró el teléfono móvil con el que transmitía en vivo el desalojo. Entre las agresiones se registran patadas, empujones, emisión de gas y golpes con tubos y sillas.
Las periodistas Lucía Flores, María Ruíz y Monsterrat Sánchez se trasladaron de la Ciudad de México a Atizapán de Zaragoza para reportar la toma. Mientras estuvieron frente a la Fiscalía, cuerpos policiacos estatales las agredieron; entre otras cosas destruyeron los vidrios del automóvil en el que llegaron. Ellas y otras reporteras dejaron constancia de los hechos en sus cuentas de Twitter.
Por la misma vía, se reportó a las 2 de la madrugada del viernes la detención de 12 mujeres que acudieron a protestar al Centro de Justicia Atizapán para la liberación de las manifestantes de la toma pacífica de la CODHEM.
Desde la tarde del jueves y durante la noche, la Codhem aseguró a través de sus redes sociales que estaba del lado de las feministas y que se consideraba un organismo aliado de su lucha. Sin embargo, la FGJEM aseguró en sus propias redes que las diligencias se realizaban a petición de la Codhem.
Hasta las 10 de la mañana de hoy las autoridades permitieron a las detenidas ver a sus familiares. La FGJEM presentó a las 13 detenidas mayores de edad ante el Ministerio Público por el delito de ocupación ilegal de un inmueble destinado al servicio público. Por no ameritar prisión preventiva, fueron puestas en libertad.
La prensa cuestionó sobre el hecho al presidente López Obrador durante la conferencia matutina. Respondió que no tenía información sobre el hecho, pero que solicitará un informe sobre este proceso. “Que se investigue y que se proteja a las mujeres, que no se les haga daño”, agregó.
Michoacán: “No volverán a vernos calladitas”
“Nos mueve el coraje, nos mueve la indignación, nos mueve la falta de empatía de las autoridades, nos mueven la tristeza y la rabia”, dice, en entrevista telefónica, Peque, una de las activistas que participó en la clausura simbólica de las instalaciones de la CNDH en Morelia, Michoacán, el jueves 10 de septiembre.
Durante la mañana del jueves, un grupo de feministas integrantes de varias colectivas colocaron una cinta amarilla frente al edificio ubicado en Avenida del Estudiante 102. Se trató de una toma simbólica en apoyo a sus compañeras que mantienen el control de las instalaciones de la CNDH en la Ciudad de México, rebautizadas como Okupa Casa de Refugio Ni Una Menos México. Las michoacanas, con el rostro cubierto, realizaron pintas en la fachada del edificio y exhibieron retratos intervenidos de Francisco I. Madero y del presidente López Obrador, en referencia a los cuadros modificados por las activistas de Ni Una Menos que provocaron críticas del presidente.
“Nos movió mucho que su indignación fuera por un cuadro pintado por una niña de siete años que ha sufrido violencia”, agrega Peque, quien nos pide llamarla por su sobrenombre para proteger su identidad. “El maquillaje y la feminización no hace menos a las personas. Creímos que si le había indignado ver a Madero así, seguramente también le indignaría verse así. Mientras no exista respeto para nosotras, nuestros cuerpos y nuestra integridad, que no exista paz para ellos tampoco”.
Las manifestantes michoacanas no emitieron un pliego petitorio. Trabajan desde hace varios meses con las autoridades locales en exigencia de justicia para los casos de violencia contra las mujeres en el estado.
“No fue nada más por las que estamos aquí, ni por las que fuimos hoy, sino por todas las michoacanas”, dice Peque. En lo que va del año, el SESNSP ha registrado 10 presuntos feminicidios en la entidad. La toma simbólica de la CNDH de Morelia es la acción más reciente para visibilizar la violencia contra las mujeres en el estado. Unos días antes de esta toma simbólica, el domingo 7 de septiembre, feministas michoacanas colocaron una manta en la frontera entre su estado y el Estado de México: “Bienvenidos a Michoacán, estado feminicida”.
En marzo pasado, las feministas locales pintaron de rojo las aguas de Las Tarascas, la fuente más famosa de la ciudad de Morelia. Así reaccionaron al hallazgo del cuerpo sin vida de Nilda Rosario, estudiante de 19 años asesinada por su novio en marzo de 2019. Sus restos fueron encontrados en Guerrero, a un año de su desaparición. El responsable, Nicolás G., tuvo una sentencia de 15 años de prisión por el delito de desaparición, pero aún no se le procesa por el delito de feminicidio. Las feministas pintaron el nombre de Nilda este jueves en las paredes de la CNDH de Morelia.
“Lo más importante es que la gente se entere que en este estado están asesinando mujeres y se van con completa impunidad”, dice Peque. “Somos un estado feminicida donde se resuelven pocos de los casos”. De ahí parten sus exigencias a la fiscalía del estado: quieren que haya justicia, que se aclaren las investigaciones, que los procesos se realicen con perspectiva de género, que eviten los discursos de odio y que no se revictimice ni se criminalice a quienes solo buscan defender sus derechos humanos.
Aunque la toma simbólica fue en apoyo al Frente Nacional Ni Una Menos, no deja de ser una oportunidad para que estas activistas amplíen el alcance de sus acciones. Es, también, un reto a la centralización de las luchas sociales en la capital del país. “Muchas veces entre nosotras es lo primero que decimos: el movimiento está muy centralizado en la Ciudad de México. Lo que las feministas de allá llaman ‘la periferia’ queda relegado”, agrega Peque. “La lucha también está en los estados, en los ranchos, en la colonia, en los municipios y creo que es donde está más olvidada la lucha, porque es donde estamos más atrasados en la conquista y reconocimiento de derechos”.
La toma de la CNDH de Morelia duró algunas horas y después las manifestantes se retiraron. Durante esta acción no sufrieron hostigamiento por las autoridades locales ni por la policía. “Normalmente, lo que hacemos queda en el olvido, a veces nuestros esfuerzos los sentimos en balde”, dice Peque. “Que no se les olvide llevar el mensaje a las compañeras de la CDMX, que la lucha también está en los estados y que requerimos apoyo, requerimos fuerza. Que no estamos solas y que no volverán a vernos calladitas.”
Tabasco: “Vamos a seguir reclamando nuestro derecho a estar vivas”
Mujeres organizadas, mujeres sosteniendo la fotografía de Nancy Jaqueline Arias Narváez, mujeres pegando fichas técnicas con los rostros de otras mujeres desaparecidas. Mujeres que capturaron con su cámara esas intervenciones. Estaban ahí, en la CNDH —delegación Tabasco— la mañana de hoy 11 de septiembre. Hartas, indignadas, solidarias, organizadas. La fachada de las oficinas, que más bien parece una casa grande, la cubrieron con un par de lonas, con caras y nombres, exigiendo justicia por los feminicidios y por los casos de desaparición forzada de mujeres en la entidad. Fue una toma simbólica en donde también respaldaron las otras tomas a las instalaciones de la CNDH en otros estados del país.
“Vengo aquí a exigir justicia como madre, quiero que se haga justicia por el feminicidio de Nancy; porque él tiene dinero. Yo no tengo para tanto, pero quisiera justicia porque para una madre es doloroso perder a una hija, perder a un hijo”, compartió Aurora Narváez, madre de Nancy, en entrevista con Corriente Alterna. La familia de ella acusa conexiones entre el exesposo de Nancy, Esmelín Chablé de la Cruz (presunto culpable de su asesinato) y las autoridades estatales.
“Tiene dos años y tres meses desde que pasó y pues como madre me siento triste al ver las grandes corrupciones. Las personas que tienen influencias en el gobierno con dinero lo resuelven todo y a veces a quien tiene la verdad, la justicia verdadera, no lo apoyan. En cambio a los que cometen esa injusticia tienen todo su apoyo”, comenta Aurora. Esmelín Chablé de la Cruz se encuentra prófugo de la justicia y sus hijas (una de las cuales es testigo de la muerte de su madre) permanecen bajo custodia de sus abuelos paternos.
De acuerdo con del colectivo Ni Una Menos Tabasco, 298 mujeres fueron asesinadas en el estado entre enero del 2015 y julio del 2020. “Hay que recordar que detrás de cada frío número, está la historia de una mujer a la que la vida le fue arrebatada por el hecho de ser mujer”, dice a Corriente Alterna Gudelia Delgado Meza, integrante del colectivo. No todos los casos son clasificados como feminicidios, a pesar de que la ley lo indica.
Las mujeres organizadas expresaron que ningún partido político las financia y consideran que es una actitud violenta que algunos funcionarios del Estado las piensen manipuladas. “Lo único que responde a ese argumento es que creen, en primer lugar, que no tenemos cerebro para pensar por nosotras mismas […]. Todas las personas que estamos aquí, todas nosotras, el único interés que nos mueve es pedir justicia por nuestras hermanas desaparecidas y asesinadas. Nos organizamos nosotras. Entonces este es un llamado, una vez más, a exigir justicia”, dice Gudelia.
Bajo el sol, con algunas gotas de sudor en sus cuerpos, las voces resuenan frente a la CNDH: “Tabasco será todo feminista”, “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, “Justicia para Nancy, justicia para todas”, “No que no, sí que sí, ya volvimos a salir”.
Cerca del mediodía finaliza la toma simbólica. Tres patrullas llegan y dos policías se bajan a preguntarle a las manifestantes sus nombres. A lo que ellas contestaron:
—¿Quieren nombres? Ahí en la pared están muchos nombres. Son nuestras compañeras desaparecidas. Podrían empezar a buscar por ahí.
Clausuras simbólicas en Aguascalientes, Veracruz y Puebla
En otras ciudades, también replicaron estas acciones simbólicas en oficinas de protección a los Derechos Humanos. La mañana del 8 de septiembre, integrantes del Observatorio de Violencia Social de Género de Aguascalientes (OVSG AGS), clausuró simbólicamente la sede de la CNDH en Aguascalientes. Fue una respuesta de solidaridad con las y los familiares de víctimas de desaparición forzada, feminicidios, activistas y defensoras que exigen justicia en la CDMX y en Aguascalientes. Así lo reportaron en sus redes sociales. En las fotografías difundidas por OVSG AGS se puede observar un letrero con la palabra “Clausurado” en la entrada de la sede, así como las fotografías de algunas de las personas víctimas de desaparición forzada.
La tarde del jueves, la colectiva Brujas del Mar mediante su cuenta de Twitter, reportó la toma simbólica de la sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en Veracruz. En las fotografías difundidas se pueden ver retratos de mujeres desaparecidas y víctimas de feminicidio que cubren las paredes blancas de la sede, así como una manta en la que se refrenda el apoyo al refugio Ni Una Menos. Por la noche, La Silla Rota Veracruz, por medio de su cuenta de Twitter mostró a varios policías retirando estas fotografías y manta.
Este viernes, alrededor de las 8 de la mañana, colectivas feministas tomaron temporalmente las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH Puebla). De acuerdo con información del portal Lado B y con publicaciones de varias usuarias involucradas, durante la toma se realizaron pintas alrededor del edificio y sobre las fotografías de Andrés Manuel López Obrador y el actual gobernador de Puebla, Miguel Barbosa con la leyenda “misógino”.
A estas pintas se sumaron los rostros de algunas de las mujeres víctimas de feminicidio para quienes se exige justicia. La toma se acompañó de consignas, lectura de poesía y la recaudación de víveres como apoyo al Frente Nacional Ni Una Menos. El portal Lado B también reportó que, durante la toma, las colectivas feministas recibieron agresiones por parte de transeúntes varones. Al respecto, José Félix Cerezo Vélez, presidente de la CDH Puebla, manifestó mediante un comunicado su apoyo a las exigencias por una vida libre de violencia e instó a que estas exigencias se hagan de manera pacífica, respetuosa y sin violentar los derechos de otras personas.