Depredadores en las aulas, la cara “b” de un reportaje de largo aliento

Abusos hacía las infancias, omisión de las autoridades, comprobar datos y tener claro el compromiso social del periodismo, aterrizan en una primera pregunta: ¿Cómo revelar el hallazgo de una verdad silenciada e ignorada desde hace décadas?

La periodista de investigación Alejandra Crail compartió con estudiantes de la Quinta Generación de la Unidad de Investigaciones Periodísticas (UIP) de CulturaUNAM, cada paso del proceso que permitió la construcción del reportaje Depredadores en las Aulas, elaborado junto con Daniela Guazo y ganador del Premio Breach/Valdez, que reconoce el enfoque de defensa, protección y promoción de los derechos humanos, y también el Premio Internacional Rey de España. 

“Nosotros no queríamos solamente quedarnos como el reporte de que esto es una realidad que ocurre, sino también queríamos ofrecer herramientas de análisis que permitieran tomar mejores decisiones en materia de política pública”, explicó Crail.

Depredadores en las aulas surgió del cuestionamiento hecho a instituciones educativas y gubernamentales, sobre el protocolo de atención y cuidado hacia las infancias en los espacios escolares, esto luego del ahogamiento de un niño en un colegio de la Ciudad de México.

La hipótesis inicial dio un giro al descubrir, gracias a solicitudes de información, el número de casos de violencia sexual hacía infancias en el ámbito escolar.

“A veces no somos conscientes de donde surgen las ideas para desarrollar este tipo de trabajo” comentó la periodista y añadió “puede comenzar a partir de una hipótesis clara o bien, un hecho en particular te lleva a indagar más”.

Enfatizó que para que esta información se convirtiera en un reportaje que cumpliera los estándares de calidad, se requirió un equipo de trabajo dedicado a cuestionar, verificar y dar  estructura y claridad a la investigación.

El prereporteo fue el punto de partida para responder “¿qué información hay?, ¿qué se ha publicado?, ¿hasta dónde ha llegado?, ¿quién sabe del tema?”, precisó Crail, quien se ha especializado en temas de corrupción, derechos humanos, infancia y género.

Después, las periodistas consultaron el marco legal: “Si queríamos abordar una temática tan compleja, debíamos tener claridad de quiénes institucionalmente eran los responsables de atender una problemática como esta”.

Recurrieron además a entrevistas con organizaciones, sociedades civiles, abogados, psicólogos, autoridades y familiares de las víctimas, para complementar la información con testimonios y análisis de personas expertas.

Ya con esta primera información recabada, pudieron ahondar en una primera hipótesis. 

Las herramientas del periodismo

Al no existir una base de datos oficial, que permitiera consultar los registros sobre abusos a las infancias, debieron construirla. 

Crail aclaró que esa base de datos requirió del apoyo de gente especializada en el tema, para garantizar certeza al divulgar la información.

Durante seis meses, el equipo revisó unas 500 solicitudes de transparencia, en un análisis de las 32 entidades federativas a través de sus secretarías de educación. Esto terminó en convertirse en un mapa interactivo que muestra estado por estado los registros de denuncias y procesos.

Esa información se obtuvo de la revisión de las actas de hechos en las que estuviera el registro de acoso, abuso o violación, cometidos por cualquier tipo de personal de instituciones educativas en contra de estudiantes.

De acuerdo con el reportaje en nuestro país del 2012 al 2015, se registraron por año 149 casos de delitos sexuales contra menores. (Foto especial). 

El reportaje, elaborado con el apoyo de Connectas y publicado en El Universal, reveló que de 2012 a 2015, se registraron por año 149 casos de delitos sexuales cometidos contra infancias por parte del personal de alguna institución educativa (personal académico, directivo o de intendencia). Después del 2015, la cifra se triplicó, y en 2022 se registraron más de 550 casos.

Crail planteó la importancia de un acercamiento adecuado a las víctimas, así como el cuidado psicoemocional del equipo de periodistas. 

“No nos podemos olvidar de que nosotros somos seres subjetivos, que somos sujetos y que tenemos también nuestras propias fobias, nuestras carencias, nuestros propios contextos y eso también nos va formando y nos forma en la visión que tenemos, si no nos conocemos tampoco podemos mirar desde distintos ángulos las otras realidades, es un trabajo en conjunto que uno va descubriendo, con el paso del tiempo, pero de origen les diría: prepárense y sean humildes, aprendan de todas y todos”, puntualizó.