Aunque las y los jóvenes son una de las poblaciones más afectadas por el crimen organizado, la desaparición forzada, el consumo de drogas y la falta de inserción laboral, este grupo no forma parte central de las propuestas de las candidatas y el candidato a la presidencia de México, señalaron expertos, es decir, que quedaron en deuda con la juventud en las elecciones 2024.
Khemvirg Puente, especialista legislativo y analista político de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, considera que las opciones a futuro para la gente joven “no son muy claras”.
“Me refiero a su inserción en el mercado laboral, sus oportunidades educativas, los retos a los que se enfrenta la juventud en materia de salud mental, salud sexual, etcétera. No parece que haya una propuesta de política integral de atención a la juventud”, dijo el académico.
El Instituto Nacional Electoral señala que 26 de los casi cien millones de personas que se encuentran inscritas en la lista nominal, tienen entre 18 y 29 años, o sea, más de un cuarto de la población votante. De allí la importancia de las propuestas focalizadas a la población tanto primer votante como a los jóvenes en general.
Además de la falta de propuestas, Puente cuestiona que el acercamiento por parte de las personas candidatas a la presidencia sea a través de redes sociales, con trends, jingles y memes.
“Tampoco creo que a través de TikTok, o de tuits, o de videos se hagan propuestas de gran envergadura, simplemente me parece que sí además de que no hay una propuesta, sus estrategias de comunicación son superficiales, pues entonces quizá puede provocar el efecto contrario, es decir, que los jóvenes digan: a mí esto no me parece que sea serio, a mí me parece que todos son iguales, a mí me parece que es frívolo la forma en que presentan sus candidaturas”.
Entendible que los jóvenes no voten
“No es que no haya propuestas para la juventud, sino que no parece que haya nada atractivo en ellas”, dice el experto.
“Haciendo una comparación, diría que desafortunadamente los partidos y sus candidatos le han quedado a deber a los jóvenes en esta campaña, porque no les han presentado propuestas que los incentiven a salir a votar”.
Puente expresa sobre todo la gran preocupación por la “desafección”, el desinterés o la frustración que pueden sentir quienes podrán votar por primera vez pero ya decidieron no hacerlo.
“Si fuera mi primera vez para salir a votar, en verdad que estaría yo muy decepcionado de la clase política y de las opciones que tengo frente a mí, y eso puede ser muy frustrante para el futuro de la vida democrática de México, porque si en la primera ocasión no logras que los jóvenes salgan a votar, pues es que ya no tienen esperanza en sus instituciones políticas”, reflexionó.
Crisis de representatividad
Mario Ramírez Chávez, doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la FCPyS, consideró que esta elección luce desmovilizada, debido a la ventaja que presenta en las encuestas la candidata Claudia Sheinbaum, de Morena, sobre el segundo lugar que ocupa Xóchitl Gálvez, además de la inasistencia natural de la juventud a las elecciones.
“Esa narrativa llega y desmoviliza, pues [si] esto es mero trámite, entonces ¿para qué legitimarlo? La espiral del silencio justamente se construye: ‘Ella es la que gana, entonces ¿para qué votar?’, y entonces no hay otra posibilidad”.
En las elecciones presidenciales de 2018, las personas de entre 20 y 29 años fueron la población con menor porcentaje de participación, solo 52.8 por ciento de este sector ejerció su voto según el INE, una cifra muy por debajo de la media, que fue de 63.1 por ciento.
Los expertos consultados estiman un panorama muy similar en 2024.
Ramírez explica que “las juventudes incluso tienen esta postura crítica y reaccionaria de no voy a participar en el sistema, no lo voy a legitimar y entonces deciden no votar, ni siquiera anular, no votar”.
Aunque los partidos sí han hecho campaña junto a jóvenes, los mensajes siguen centrándose en otras poblaciones, observa el analista político. “Lo que vemos, es que se han replegado a seguirle hablando al electorado que ya tienen cautivo, y creo que eso no tiene sentido, porque a ese no es al que hay que incentivar”, considera Ramírez.
Envoltura joven, contenido rancio
El estratega y consultor político Gustavo Zúñiga, de la casa encuestadora Observa Social, considera que los partidos políticos no ven rentable convencer al votante joven. “Me parece que todavía lo ven como un mercado electoral que no tiene una fecundidad importante, o sea, cómo para qué les hablo si al final del día a lo mejor compran [ven] mi mensaje, pero al final no lo adoptan”, explicó.
Las redes sociales son el nicho más fuerte para atraer la atención joven, pero atención no significa conquista del voto. Según Mario Ramírez, las figuras políticas siguen hablando en las redes sociales como si estuvieran en un mitin o un templete, y no han terminado de entender que son un espacio distinto: “Traen, digamos, una envoltura joven, mucho colágeno, pero en realidad el contenido es rancio, es la vieja escuela, la forma, de los ademanes, de hablar, es decir, no hay una forma fresca de llevarlo”.
Gustavo Zúñiga, politólogo por la UNAM, considera que los partidos políticos han olvidado incluir a gente jóven en su propaganda, y si lo hacen, no representan la diversidad que existe. “[En] el tema de la imagen, de la comunicación… sí tienen una carencia de juventudes, me parece que podrían ir estos anuncios acompañados de jóvenes hablando de toda la diversidad que existe, podemos encontrar jóvenes afrodescendientes, jóvenes universitarios, jóvenes profesionistas, personas jóvenes en una situación de discapacidad y me parece que no están siendo tan incluidos en la imagen”.