Se han enfrentado a sismos, deslaves y desastres nucleares. No usan capas, ni tienen superpoderes pero sí una gran actitud y espíritu de colaboración. Son los 30 perros rescatistas que integran la Unidad K9 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para realizar rescate y búsqueda en desastres.
La Unidad nació en 1986, un año después del terremoto de magnitud 8.1 del 19 de septiembre de 1985, que devastó la Ciudad de México.
Julio Velázquez, coordinador de la K9, cuenta que tras el terremoto de 1985, un grupo de veterinarios de la Facultad de Veterinaria se involucró en materia de protección civil al observar las tareas de búsqueda y rescate que implementaron grupos de otras naciones que viajaron a apoyar a México.
Desde hace quince años, la unidad de perros de búsqueda y rescate de la UNAM cuenta con un simulador de fenómenos naturales o desastres socioambientales con la intención de practicar escenarios en los que puedan intervenir:
Velázquez indica que los 30 perros de búsqueda y rescate que integran la unidad deben pasar por un reclutamiento desde su etapa de crianza y los cachorros atraviesan por una serie de pruebas para destacar sus aptitudes.
Señala que son mejores los perros rescatistas cuentan “padres con una trayectoria anterior a una cruza que fueron activos de la labor de búsqueda”. Sin embargo, todos aquellos interesados, pueden participar con sus perros en labores de voluntariado.
En la UNAM, muchos integrantes de las labores de protección civil de la Unidad K9 son voluntarios, ciudadanos que traen a sus perros y realizan diversas actividades de Protección Civil.
Julio Velázquez indica que “si la gente tiene interés de venir al equipo, pues ya se está pendiente de las etapas de selección” que se realizan al año.
En cuatro patas
De hecho, dos perros de esta unidad son de Velázquez: Lumiel, pastor aleman de pelo largo, y Delta, de raza Border Collie, ambos conviven con otros perros de la Unidad K9 como Sally, perra pastor alemán de pelo largo.
Además está Crema,vun ejemplar mestizo que pasó las pruebas de brigadeo y sigue practicando en el simulador.
La Unidad K9 también realiza tareas de búsqueda de extraviadas en las zonas montañosas y boscosas al sur de la Ciudad de México o de gente afectada por explosiones de gas doméstico.
Un caso emblemático que atendió la Unidad canina fue la explosión en calles del Sector Reforma en Guadalajara, Jalisco, en 1992, por presencia de hidrocarburos en el drenaje.
En la Ciudad de México, los perros de la K9 han estado presentes en eventos cmo la explosión en las instalaciones de Pemex en 2013 y en el deslave del Cerro del Chiquihuite, en el Estado de México, cuando una roca aplastó múltiples viviendas.
Tragedias internacionales
La única participación internacional de la Unidad K9 fue en Japón, en 2011, tras el accidente nuclear de Fukushima, Japón.
“Había una incertidumbre, no solamente del equipo mexicano que fue, sino de todo el mundo ante esa emergencia”,
Julio Velázquez, coordinador de la K9.
El experto dice que el accidente nuclear en Fukushima “todavía sigue, pues esa emergencia no está sellada, no se ha enfriado esa reacción que está dentro del reactor de la planta nuclear, eso fue digamos una experiencia muy grande y con mucho desgaste físico para las dos personas que íbamos y para los dos perros que iban”.
Lumiel, Pastor Belga Malinois, junto a la brigadista Andrea Reichow entrenando previo a viaje de competición internacional en Finlandia (Foto: Carlos López).
El terremoto del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México ha sido el desafío más grande para la Unidad K9 de la UNAM, dice Velázquez.
“A diferencia de Japón, en la Ciudad de México, te toca tu ciudad, toca a tu gente, toca tu familia y sabes que en algún momento puede volver a temblar o que te sientes insuficiente para todo lo que se tiene que cubrir en un área grande. Entonces yo creo que eso fue algo complicado porque duró dos o tres semanas de atención. Lo que estás buscando, vivos y luego ya te pones a buscar personas fallecidas. Eso fue complicado”.
Gala y Mali son dos de las perras que integran la K9 y participaron en el rescate de infancias en el Colegio Rébsamen, donde fallecieron 26 personas, de las cuales 19 eran niñas y niños.
Simulador de catástrofes
Dentro de Ciudad Universitaria, la K9 tiene un simulador en un taller mecánico abandonado. Ahí, con llantas, ventanas rotas y más similitudes, recrearon un escenario de catástrofe, .
Con el simulador, la K9 busca que tanto las personas guías como las unidades caninas tenganla mayor cantidad de experiencias posible.
El coordinador de la Unidad K9 señala que las prácticas sirven “para que no se les venga la realidad encima” en una situación de búsqueda y rescate.
“Estaba abandonado dentro de Ciudad Universitaria y para nosotros pues, era como Disneylandia, porque había gente que se metía, que tiraba cosas adentro la Universidad. Luego se acumulaban aquí y nosotros las utilizamos, contamos con llantas, escombros, autos descompuestos, con 50 metros de túnel, rampas y torres de rapel”, cuenta Velázquez.
Los perros de la Unidad K9 de la UNAM han recibido entrenamientos en España, Portugal, Colombia, Bélgica y Alemania y participado en campeonatos mundiales en Francia, Eslovenia y Austria.
Por ejemplo, la rescatista alemana, Andrea Reichow y la perra Lumiel, de la UNAM, asistirán este año al campeonato mundial de búsqueda y rescate en Finlandia.