La violencia académica tiene diferentes expresiones: plagio, agresión verbal, menosprecio de habilidades intelectuales, acoso. Sin embargo, documentarla y medirla es complejo; y no por la falta de casos en la academia, sino por la normalización de la violencia que ha llevado a la tolerancia de este tipo de conductas. La normalización de la violencia trae consigo otra dificultad: no necesitamos medirla, no es un problema.
En el marco de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (FILUNI), se presentó el cortodocumental ‘Violencia Académica: más allá de las aulas’, realizado por integrantes de la Quinta generación de la Unidad de Investigaciones Periodísticas.
En la presentación, se mostró cómo la violencia ejercida en las aulas puede tener un impacto negativo en la salud mental de las y los estudiantes, en su desempeño académico pero también en su futuro laboral y personal.
Tras la proyección, se abrió el micrófono al público asistente para narrar experiencias personales o proponer soluciones. La primera intervención del público la realizó el colectivo Arte democrático. Dos de sus miembros mostraron el cuadro titulado ‘Después de terapia’, en la que representaron las distintas dinámicas de violencia (no solo maestro-alumno) dentro del salón de clases.
Posteriormente, Alejandro Barcenas, miembro del colectivo recito poesía slam, en la que narró parte de su experiencia en la Facultad de Medicina, en donde fue testigo de la discriminación y violencia que vivió una de sus compañeras: Shalom. Ser diferente le llevó a ser aislada de la vida escolar. Esta participación abrió el panorama, pues no solo se trata de la violencia ejercida por el profesorado sino también entre compañeros. Todo tipo de violencia afecta la vida de las personas.
La segunda participación giró en torno a todas las manifestaciones de poder y estuvo a cargo de “Cuenta conmigo”, una organización que busca eliminar el bullying homofóbico, transfóbico y de género. También hicieron mención de la importancia de abrir espacios para hablar del tema.
La tercera intervención fue por parte de un estudiante de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, quien habló de la necesidad de replantear cómo se dan las relaciones de respeto y poder en las aulas. El no coincidir con el profesor no debería ser motivo para ser invalidado o violentado.
¿Por qué si la reputación de un profesor la construye el alumnado, no hay reglas que limiten su poder? En esta discusión se destacó la importancia de trabajar en la relación docente-estudiante, porque al igual que con cualquier otro tipo de relación, el objetivo es que sea sana, productiva, equitativa y de respeto.
La última participación fue de Ana Carreño, jefa de sede de Espora Facultad de Química, quien explicó que este tipo de violencia no es física, incluso muchas veces tampoco es verbal, y suele ser más de origen simbólico. “No en todas las relaciones de poder hay violencia” mencionó la doctorante en psicología social, con esto hizo hincapié en la capacidad que se tiene para mejorar estás relaciones “¿Cómo no se va a poder erradicar”.
El cierre del evento, al ser apresurado, no dejó espacio para una conclusión conjunta. Pero se invitó a la reflexión. Pertenecer a la academia, ser miembro de una escuela, no significa que se tenga que formar parte de las estructuras que utilizan el poder para violentar sino que, por el contrario, ese es el lugar adecuado para la reflexión y cambiar los patrones que perpetúan la violencia en las aulas.
@corrientealternaunam ¿Qué es la violencia académica? 📚✏️ En #FILUNI, alumnas y alumnos de la #UIP presentaron el reportaje 'Violencia académica: más allá de las aulas', un #cortodocumental en el que cuatro personas cuentan sus testimonios como víctimas de este tipo de violencia. Ve el #reportaje en nuestro sitio web. #ViolenciaAcadémica #CorrienteAlterna #Cortodocumental #UNAM #Universidad #Periodismo ♬ sonido original – Corriente Alterna UNAM