Riesgos psicosociales en la atención de emergencias
Cualquier trabajo tiene un impacto en la salud mental, pero hay profesiones con más riesgo, como ocurre con las personas que trabajan en el sector salud o se dedican a la atención de emergencias.
Personal paramédico, de bomberos, que maneja ambulancias o integra equipos de rescate, tienen que realizar tareas de alto riesgo, con niveles altos de estrés, presión y emociones diversas como miedo, desesperación, frustración, tristeza, angustia, enojo, incluso alegría, o todo al mismo tiempo.
Los riesgos para la salud mental en el trabajo, también denominados riesgos psicosociales, no solo están relacionados con el tipo de trabajo que se realiza, sino con el horario, las características específicas del lugar donde se realiza o que lo rodean, las oportunidades de desarrollo profesional o la carga emocional que conlleva.
Y a ello se enfrentan día a día, los paramédicos, que en ocasiones son acompañados por especialistas de la salud como enfermeras y doctoras, que atienden emergencias en la Ciudad Universitaria de la UNAM. El trabajo no es menor: en el periodo 2018 al 30 de junio del 2024, se han reportado poco más de 3 mil casos.
El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, y este año la campaña de la OMS es “La Salud Mental en el trabajo”. La OMS señala que los lugares seguros y saludables en el trabajo ayudan a proteger la salud mental, pero condiciones como presión laboral, estigmas y exposición a riesgos contribuyen a una afectación.
Un día habitual de peligro
Central de emergencias: ¡Adelante! Base Álamo de Central.
Ruiz (paramédico): Adelante.
Central de emergencias: Gracias buen día. Nos reportan una fémina de 63, en el hospital de mascotas Benfield por una fuerte lumbalgia, así nos comentan, y ya no se puede mover, ¿es posible para el apoyo?
Ruiz: 44 4,8 la 9
Central de emergencias: 44 4,5 Álamo 9, les agradezco y buen día.
Es uno de los primeros llamados para el turno de la mañana de los paramédicos de CU, que llegan a las 6 de la mañana. El lenguaje en clave, similar al que usa la policía, es habitual para ellos. Cuando se enciende el sonido de la sirena, la ambulancia sale de la estación.
Los paramédicos de la mañana son en total cuatro, acompañados por el Dr. Rubén Gutiérrez Luna. Ellos conforman el primer equipo en arribar al departamento de Atención Prehospitalaria en la Dirección General de Atención a la Salud (DGAS), de Ciudad Universitaria.
Entre los llamados principales que atienden son “trauma, clínicos, emocionales o psiquiátricos”, explica el Dr. Gutiérrez, jefe del área de Atención prehospitalaria (APH).
Los traumas habituales son lesiones físicas, torceduras, caídas, golpes y fracturas. Mientras que los pacientes clínicos, son aquellos con padecimientos cardiovasculares, diabetes e hipertensión.
Y los llamados casos psiquiátricos, también conocidos como urgencias psicológicas, son aquellas que presentan una crisis de ansiedad, depresión, brotes psicóticos o de alucinaciones y personas en riesgo por suicidio.
El turno vespertino del equipo de emergencias está conformado por cuatro elementos. Y para el turno de fines de semana están tres paramédicos.
Todo el personal de APH, no solo atienden las emergencias vinculadas a la comunidad universitaria, sino también a todos los visitantes y turistas que acuden a pasear, entrenar o visitar algún evento cultural o deportivo dentro de CU y que requieren un servicio de atención médica, el cual puede suceder en cualquier momento y de forma inesperada.
La atención de emergencias dentro de CU varía mucho, un día pueden atenderse 3 servicios pero otros pueden ser entre 6 y 11, por turno, afirma Pedro Zamora, paramédico de la mañana.
“Las emergencias se dan todos los días y en distintas cantidades. Aunque generalmente he identificado que los principios y finales de semestre son cuando más se carga el trabajo…”, dice Juan José Rojas, uno de los paramédicos de CU.
Los periodos más complicados, dice, regularmente son agosto-septiembre y noviembre-diciembre, pero también se concentran en febrero y los meses de mayo-junio, cuando se disparan los servicios. “Nosotros lo relacionamos primero con la entrada al semestre y el final del semestre donde se saturan de trabajo por entregar los trabajos finales, exámenes, etcétera”, explica.
La atención de emergencias en CU es una tarea en la que diversas instituciones se ven involucradas. Participan Protección Civil de la UNAM, paramédicos de la APH y Bomberos de la Universidad, así como Protección Civil de la Alcaldía Coyoacán y, en ocasiones, Servicios Periciales de la Fiscalía capitalina, cuando hay un delito que reportar.
Una emergencia puede ser atendida por un mínimo de 5 personas (el operador de la ambulancia, un paramédico, un especialista de la Salud, un personal de Protección Civil y uno de vigilancia UNAM) hasta un equipo de 8 o 10 (Sistema de comando de incidentes), la cantidad de personas depende del tipo de evento que se atienda.
Con base en la Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria (SPASU), el total de emergencias que se han atendido en Ciudad Universitaria del 2018 al 30 de junio del 2024 son de 3 mil 147. Sin embargo la Alcaldía de Coyoacán ha reportado del año 2022 al mes de julio 2024, ha intervenido en colaboración con autoridades de la UNAM en 53 casos, entre los que están 3 personas que perdieron la vida, 2 casos de urgencia psicológica un intento de suicidio y una persona con esquizofrenia, 16 casos de choques con lesionados.
De acuerdo a SPASU, el total de emergencias que se han atendido en Ciudad Universitaria del 2018 al 30 de junio 2024 son de 3,147. De las cuales 1,452 fueron atenciones médicas.
Estrés en la atención de emergencias
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) los efectos psicológicos y sociales de las emergencias pueden ser agudos en el corto y largo plazo. Quienes están expuestos a esta situación es la persona que recibe la ayuda en la emergencia, pero también todo profesionista que le brinda atención.
El Plan de Acción sobre la Salud de los Trabajadores 2015-2025 (OPS, 2015) evidenció que el sector salud es uno de los más críticos por sus altos niveles de accidentalidad, enfermedad y mortalidad, tal y cómo lo evidenció la pandemia de Covid-19.
Es por ello que con base en la investigación de la Dra. en Salud Alejandra María Díaz-Tamayo y colaboradores, el personal de ayuda y psicológica y el personal que labore en emergencias, identifiquen los factores que pueden afectar la salud mental al brindar atención a pacientes en condiciones críticas, bajo condiciones adversas de tiempo o de un trabajo bajo presión con el fin de mantener y controlar la situación.
Según Organización Mundial de la Salud (OMS) las afectaciones psicológicas que se pueden presentar a raíz de la carga emocional por una emergencia son reacciones agudas al estrés, depresión, ansiedad, estrés postraumático, tristeza, desesperación, trastorno del sueño, cansancio, irritabilidad, ira y/o dolor.
El estrés traumático secundario es un proceso psicológico que experimentan profesionales de ayuda ante una emergencia, a raíz de que continuamente observan el sufrimiento de un paciente y se exponen continuamente a diversas emociones, lo que hace que experimenten las mismas respuestas emocionales (enojo, dolor, tristeza, desesperación, frustración) de la persona afectada originando un proceso progresvio de desgaste y fatiga emocional.
“El estrés causa tanto problemas en su psique como en su condición física, el arduo labor que ellos realizan no solamente es dentro de Ciudad Universitaria, es también a externos, hacen por ejemplo muchos traslados, apoyan a rectoría, apoyan eventos externos, se van al palacio de Medicina, entonces creo que sí existe un desgaste físico o un posible síndrome de burnout” comenta la Dra. Sandra Lourdes Dominguez, subdirectora médica del Centro Médico de CU.
Casos complicados de atender: infancias, familiares e intentos de suicidio.
“Es muy estresante atender conocidos, prefiero no involucrarme si son familiares directos, ahí sí se me nublan las cosas en un primer momento, ya después empieza a fluir, pero si, no me gusta mucho”, dice Andrés Ruiz Soto paramédico de la mañana y psicólogo de formación.
En investigaciones sobre estrés en personal de emergencias, se ha encontrado que, el hecho de que constantemente enfrenten situaciones traumáticas, provoca graves consecuencias para su salud mental, principalmente si el trauma es prolongado, extremo, si se acumula la atención de pequeños eventos, periódica exposición a escenas violentas, suicidios, o si la atención que brindan es a niños y familiares o amigos.
“Estos casos (intento por suicidio) han sido difíciles, porque afortunadamente lo trabajamos bien, salimos adelante, pero los que han sido consumados, dices no se puede hacer más.
Y te pones a pensar, haces así como lo que se le conoce en el ámbito forense una necropsia psicológica, porque empiezas ir a atrás y empiezas a ver, sabes quién es ¿no? Y de ahí te dices, bueno es que él era alumno y haces preguntas, creo que la pregunta más importante después de todo es decir ¿que lo llevó a hacer esto?. Es lo difícil para nosotros”, afirma Fernando Espinosa, paramédico del turno matutino.
El riesgo suicida es una urgencia psiquiátrica, el cual es una afectación de salud mental que afecta más a jóvenes y adolescentes de entre 14 y 29 años de edad.
Más que decir que hay alguna facultad que presenta un mayor número de casos por riesgo suicida, debe ponerse atención en los casos que se han presentado dentro de Ciudad Universitaria.
Juan José Rojas dice que ha notado que “más que decir que estos eventos (intentos de suicidio) se presentan con mayor frecuencia en ciertas facultades, lo que ocurre es que los pacientes en riesgo por suicidio, van de otros lugares a la Facultad de Medicina, en lugares altos como la Torre 2 de Humanidades o la Facultad de Arquitectura, porque el suicidio puede ser consumado más rápido”.
Cuando atiendes un caso por intento de suicidio, ¿qué es lo primordial por hacer?
“Es primordial crear una empatía con el paciente y una comunicación afectiva. Tenemos que lograr que el paciente se comunique con nosotros para saber qué es lo que le está sucediendo en ese momento. Tal vez saber qué fue lo que detonó, el que él esté tomando esa decisión en ese momento, pero hay que ser empáticos. Creo que es primordial ser empático con el paciente, que tenga confianza en ti y ya que eso se ha logrado, pues tratar de ofrecerle opciones para lo que está viviendo en ese instante”, menciona Ruiz Soto, paramédico.
¿Cómo te has sentido al atender casos de riesgo por suicidio?
“Ha sido difícil, estos casos principalmente, por la empatía que tenemos hacia esas personas, porque la verdad creo que nadie sabe más que ellos lo que está pasando, entonces nosotros tenemos que ser empáticos, profesionales y adentrarnos a lo que está pasando… Lo importante es conservar y salvaguardar su integridad física y emocional”, afirma Fernando Espinosa.
“Es importante saber que muchas veces no podemos hacer nada por evitar que esa persona lo intente (suicidarse), porque en ocasiones están en lugares de difícil acceso, no hay tantas posibilidades de atenderlo porque es difícil llegar a la persona, y al final del día no puedes dar más que arriesgar tu vida… Entonces eso te da cierta impotencia, cierta inseguridad, pero sabes que al final esa persona fue bien atendida…”, agrega Juan José Rojas.
Estrategias de afrontamiento al estrés en las emergencias
De acuerdo a la OMS, el afrontamiento se ha definido como aquellas estrategias que utilizan las personas para reducir al mínimo el impacto negativo que producen los estresores sobre el bienestar psicológico.
“Cada uno de los compañeros maneja el estrés de manera diferente. Algunos se ríen, otros se ponen muy serios, otros muy analíticos, y nos preguntamos qué hicimos bien, qué hicimos mal. Siempre tratamos de retroalimentarnos para no quedarnos con esa carga emocional”, menciona el Dr. Rubén Gutiérrez jefe de APH.
Manejar el estrés dentro de la atención de emergencias puede ser una tarea complicada, pero cada profesionista, cada paramédico encuentra estrategias personales que le ayudan a sobrepasar y enfrentar las emociones que se almacenan después de acudir a un servicio o urgencia.
Entre las estrategias comunes que usan el personal de emergencias es la retroalimentación en grupo, humor negro entre compañeros, ejercicio físico de alto impacto y hobbies.
“Cuando son niños, yo tengo la necesidad de hablar con alguien, y tengo la fortuna de contar con algún espacio donde me puedo distraer… Me dedique algún tiempo a los servicios de mantenimiento automotriz, entonces agarro mis fierros y me pongo a hacer algo, y por ejemplo, igual tenemos un espacio de tierra donde sembramos maíz, me dedico a la agricultura, entonces pues, ahí me voy al bosque a distraerme con lo que hay… Esa es mi forma de manejar mi estrés o controlar mis sentimientos para no afectar a mi familia, porque normalmente es lo que haces, afectas con tus problemas o tus emociones a la familia…”,sugiere Rafael Castro.
Sin embargo las investigaciones indican que las estrategias de afrontamiento personales que utilizan paramédicos, bomberos entre otros para disminuir el estrés, son insuficientes para solucionar afectaciones en su salud mental, ya que solo ofrece una recuperación a corto plazo.
La incertidumbre de saber si están haciendo bien o no las cosas en los servicios de emergencia, el miedo y la tensión que existe para llegar a tiempo, la vulnerabilidad psicológica, las circunstancias tan cambiantes y el manejo de las emociones que viven diariamente el personal de emergencias, sobrepasa las capacidades internas y genera un desequilibrio mental y emocional, cargado de preguntas: ¿Lo que estoy sintiendo es normal o transitorio? ¿Puedo perder el control? ¿Cómo puedo cuidarme y protegerme? ¿Algún día a mi familia le sucederá lo mismo que a los pacientes que atiendo?
Hoy en día aún existe la incredulidad de que se presenten padecimientos psicológicos o afectaciones a la salud mental de profesionistas que se dedican a la respuesta de emergencias, ya que son considerados como “héroes, autosuficientes, valientes y fuertes” lo que hace que exista una menor predisposición a buscar ayuda profesional debido al qué pensarán los demás.
Dónde buscar ayuda
Si estudias una carrera del área de salud o tienes un trabajo vinculado con la atención de emergencias y rescate y necesitas apoyo psicológico, estos son los recursos que ofrece la UNAM: Espora Psicológica, la cual cuenta con 13 sedes en la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción (ENALLT), Facultad de Enfermería y Obstetricia (FENO), Instituto de Ingeniería, Cultura UNAM, Facultad de Química, entre otras.
El contacto es espora_psicologica@unam.mx
También se puede pedir ayuda en la Defensoría UNAM que ofrece atención psicológica especializada en salud mental, de lunes a viernes, de 8 a 18 hrs. al teléfono 55-5025-0855.
Si es necesario recibir atención psicológica de manera inmediata llama a LOCATEL (55 5658-1111).
También en Atención Psicológica a Distancia UNAM 55 5025 0855
Si es una situación de emergencia llamar al 911.