Apagar todo y prestar atención. Estar frente a lo desconocido suele ser inquietante pero al mismo tiempo emocionante. Como en cualquier clase de un idioma nuevo, la curiosidad y las ganas de aprender me sobrepasan. Bastó una seña para comprender que la dinámica salía de lo convencional, al menos para un parte de quienes estábamos en el lugar. Ahí estaba Eduardo Domínguez interactuando con el público. Muchos comprendían con claridad lo que estaba explicando; los demás intentábamos seguir el ritmo, de nuevo se repetía el recordatorio interno -“apaga todo y pon atención”-.
Eduardo, con mucha paciencia, empatizó con quienes necesitábamos ayuda para comprender la historia que estaba a punto de narrar y nos enseñó algunas palabras en Lengua de Señas Mexicana (LSM).
Una vez comprendido lo básico, y con un gran trabajo de actuación, narró una historia relacionada con El libro de arena, del escritor argentino Jorge Luis Borges. No hubo palabras, solo lengua de señas y una conexión con el público que estábamos aprendiendo y disfrutando una nueva forma de narrar y entender una historia.
Fue en La Fiesta del Libro y la Rosa realizada del 19 al 21 de abril, bajo el tema Los Susurros de las Lenguas donde se presentaron dos funciones de teatro: Señales y Acting de Bruno Salvador, presentadas exclusivamente en Lengua de Señas Mexicana con improvisación e interacción con el público.
Las preguntas surgieron. Era importante conocer la historia de Eduardo, entender quién era y ¿por qué no? aclarar ideas que se han difundido sobre la comunidad sorda, no desde la perspectiva de un oyente, sino de una persona sorda directamente. La tarea como una persona que no sabe Lengua de Señas Mexicana era encontrar un buen puente de comunicación, es decir, un intérprete para conocer a Eduardo y ahí estaba: Antonio Zacruz.
Domínguez y Zacruz en Seña y Verbo
Eduardo Domínguez es director general de Seña y Verbo, una compañía de teatro de sordos, además, es actor y profesor de diferentes talleres y actividades como comunicación verbal. También es sordo de nacimiento.
Domínguez cuenta: “Mi mamá no conocía qué era la comunidad de los sordos a quien le preguntó fue al doctor quien le aconsejó que yo no debía de ser oralizado. Mi mamá estudió en la Escuela Nacional de Educadoras y eligió el tema de sordera, entonces se dio cuenta que el primer idioma de los sordos debe ser la Lengua de Señas Mexicana”.
En San Hipólito, mientras la mamá de Eduardo realizaba su servicio social como educadora, descubrió que habían otras personas sordas dando clases de LSM, fue entonces cuando Eduardo comenzó a socializar con la comunidad sorda y tiempo después, a trabajar en Seña y Verbo.
Seña y Verbo es una empresa cultural fundada en 1993 por Alberto López, surgió con un casting para actores sordos, ya que no existía alguna institución que se dedicara a ello.
Antonio Zacruz, es el intérprete y gerente de operaciones de la compañía, es actor y comunicólogo egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS) de la UNAM, además participa en diferentes producciones de Netflix como intérprete.
Zacruz no es sordo, su interés por la lengua de señas surgió a partir del noticiero de la periodista Lolita Ayala, en donde las noticias se daban paralelamente en LSM. Dice que, “como todo idioma debes estar practicando, no solamente es aprender otro idioma sino otra cultura, un intérprete no solamente debe ser bilingüe sino bicultural, es importante por que es una realidad y costumbres diferentes”..
Rompiendo Tabúes
La Lengua de Señas Mexicana es el idioma de la comunidad sorda en México. Mientras que el término lenguaje se refiere a algo que todos usamos, tanto en imágenes, como en expresiones corporales.
”No es un idioma de discapacidad es un idioma perteneciente a la cultura sorda, si ustedes quieren aprender les interesa la lengua de señas, deben tomar taller con personas sordas”, aclara Domínguez.
Explica que “se ha difundido mucho la información de dar el término de discapacidad auditiva o de sordomudos o inválido o minusválido, ese tipo de términos la comunidad sorda no la utilizamos. Nosotros, nuestra palabra que utilizamos, que es la palabra sordo o sorda, únicamente es así, no hay ningún problema, ni nos molesta ni pensamos que es violento, porque nacimos sordos”.
No todas las personas sordas son iguales. Algunas son sordas de nacimiento, otras nacen escuchando y pierden la audición poco tiempo después.
Eduardo dice que estas situaciones se relacionan con su forma de comunicarse, por ejemplo, una persona que nació escuchando pero que perdió la audición y utiliza un aparato auxiliar que le ayuda a seguirse comunicando, conserva la memoria de la voz y puede o no conservar la oralización.
También hay personas que nacen sordas y crecen siendo oralizadas, y además, aprenden LSM. También puede ocurrir lo contrario: primero aprenden lengua de señas y después se oralizan.
“Mi mamá no sabía nada y lo que hizo fue primero enseñarme a escribir, a estar oralizado y ya conforme creces renuncias a esta parte a la oralización, hay algunos sordos que dicen: ‘No, a mí sí me gusta’, y está muy bien, en su decisión y están en su derecho”, cuenta Eduardo.
Existen variaciones en la Lengua de Señas Mexicana (LSM) según cada persona y región, al igual existen diferencias gramaticales. al igual que las variaciones que hay en los modismos o el tono del habla entre las personas del sur o del norte del país .
-Apagar todo y prestar atención- retirar lo que como oyentes “creíamos saber” acerca de la comunidad sorda, dejar la mente en blanco y como si fuera un dictado, aprender a través de Antonio Zacruz lo que debíamos saber de Eduardo Domínguez, y la comunidad sorda de Seña y Verbo.