Pódcast: Defender con la vida los manglares de Veracruz

Desde su lancha sobre el río Tonalá, el afluente que divide a Veracruz de Tabasco, Gonzalo Celaya divisó un grupo de personas armadas entre el manglar.

—¿Quihubo? —le preguntaron al ejidatario.

—Andamos echando un recorrido —respondió.

—Estamos haciendo carboneras aquí.

Los manglares son el sitio perfecto para la reproducción de crustáceos, peces, moluscos, aves, reptiles, anfibios y mamíferos. También viven en ellos cangrejos, camarones, ostras, cocodrilos, culebras, lagartos, tortugas, monos, lobos marinos, garzas, buitres, gaviotas, gavilanes, lombrices, etc.

De hecho, Veracruz es el cuarto estado de la costa del Golfo de México y el Caribe con la mayor cantidad de hectáreas de manglar protegido con 25,404 hectáreas, solo detrás de Campeche (180,162), Quintana Roo (103,796) y Yucatán (86,195); y está por encima de Tabasco (9,863).

Pero lo cierto es que en Veracruz hay muchas zonas de manglar que no están bajo ninguna protección, como es el caso de Tonalá, municipio de Agua Dulce, al sur del estado. En este lugar, en menos de una década el manglar ha pasado de tener 580 hectáreas a quedarse con unas 380, una pérdida de casi una tercera parte de este ecosistema.

La principal amenaza es la deforestación ilegal. La madera del mangle tiene distintos usos, desde la elaboración de postes para el cercado de ranchos y terrenos, la construcción de viviendas o palapas, hasta su venta como varas para tensar lazos para tender ropa. Pero el uso que más recursos consume es su conversión a carbón por industrias hiperlocales e ilegales que viven de transformar la madera de mangles, que tardan hasta diez años en alcanzar su madurez, en carbón que termina vendiéndose a diez pesos por kilo.

Para hacerle frente a esta amenaza, un grupo de 22 ejidatarios se ha organizado para resguardar las extensas áreas de mangle rojo, blanco y negro que crecen a lo largo del río Tonalá frente a la incursión de las carboneras. Aun con los riesgos que esto conlleva en un país como México, donde la defensa del miedo ambiente es una actividad peligrosa.

Así nació la Brigada de Servicios Ambientales de Tonalá: un intento desesperado por salvar de la destrucción a la última frontera de manglar veracruzano, que, pese a su riqueza biodiversa, no está considerada área natural protegida. Lo único que lo protege, entonces, es el trabajo comunitario.

Investigación: Violeta Santiago

Guion: Violeta Santiago y Marco Zapata

Locución: Aranza Bustamante

Producción sonora y musicalización: Yeudiel Infante