CU
Nancy Cárdenas, icono del feminismo y la diversidad sexual
Caravana por el Agua y la Vida

Caravana por el Agua y la Vida

20 días en la Caravana por el Agua y la Vida

Santiago Reyes, estudiante; Carlos Acuña, mentoría / Corriente Alterna el 21 de mayo, 2022

La Caravana por el Agua y la Vida articuló a más de 30 organizaciones indígenas y movimientos sociales de Puebla, Veracruz, Guerrero, Ciudad de México, Querétaro, Morelos, Oaxaca y hasta de Alemania.

Aglutinada en torno al Congreso Nacional Indígena, desde el 22 de marzo la caravana visitó durante 34 días a decenas de comunidades que experimentan, en carne propia, una crisis hídrica de grandes magnitudes.

En su trayecto se hizo acompañar de la Comunidad Otomí Residente en la Ciudad de México, la Red de Resistencia y Rebeldía de Puebla y Veracruz en Apoyo a la CIG-CNI, la Unificación de Pueblos y Colonias Contra la Minería en Morelos, Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y los Volcanes, El Istmo es Nuestro, el Concejo Autónomo de Santiago Mexquititlán, la organización alemana Lützerath Lebt, entre muchas otras.

Organizada ante la preocupación de la cada vez más pronunciada por la contaminación y sequía de ríos, lagos, pozos, mares, mantos freáticos, además de la privatización del territorio y de sus recursos naturales por parte de embotelladoras, empresas mineras, megaproyectos energéticos o la industria textil, la caravana tuvo distintos fines. Por un lado, los pueblos buscaban trazar nuevas estrategias de organización colectivas y visibilizar los distintos conflictos locales. Por el otro, se trataba de hacer un diagnóstico de la situación de los pueblos que han decidido organizarse a través de sus propias leyes, pronunciamientos y decretos. Hacer valer la Ley de los pueblos: tal era el objetivo principal.

Entre plantones, toma de instalaciones y mítines a un costado de la autopista, no pocas veces acosada por la policía, la Caravana Por el Agua y la Vida fue creciendo conforme atravesaba el mapa. Cinco estudiantes de diferentes facultades de la UNAM decidimos recibir a la caravana en su paso por la Ciudad de México, organizar un festival de bienvenida en Ciudad Universitaria y, a partir del 5 de abril, sumarnos a la comitiva y acompañar a los pueblos en su itinerario.

Era una manera de reafirmar nuestro compromiso como estudiantes. Coincidimos en que la lucha por el agua y el territorio nos compete directamente. Fuera de las aulas, de los libros y los conversatorios –más allá de los muros de Ciudad Universitaria– existen procesos sociales que necesitamos conocer. Y desde nuestro contexto creímos necesario solidarizarnos con ese esfuerzo.

Yo, Santiago Reyes, estudiante de la carrera de Estudios Latinoamericanos , estudiante de la Unidad de Investigaciones Periodísticas, me sumé durante 15 días a esta caravana con el doble propósito de participar en ella y de contar una parte de su historia. 

Este es un diario escrito por las madrugadas o en la carretera, después de asambleas interminables, manifestaciones o clausuras simbólicas de instalaciones gubernamentales. En su recorrido, la Caravana por el Agua y la Vida logró unir las piezas sueltas de una emergencia climática y exhibir el mal manejo de recursos que ya muestra sus severas consecuencias en buena parte del país.

Te puede Interesar