Guerreras
Erika Ivone Hernández Villegas, presidenta y fundadora de la asociación civil Agenda Nacional Política Trans. Le gustaba hacer shows nocturnos y estar en medio de los reflectores. En su natal Monterrey logró tener un bar y hacer los mejores shows; el crimen organizado le quitó todo y tuvo que venir a la Ciudad de México.

A lo largo de tres décadas enfrentaron intentos de secuestro, brutales operativos policiacos, explotación laboral, ataques del crimen organizado, la cárcel. Han sobrevivido a todo. Lola Dejavu Degadillo Vargas y Erika Ivone Hernández Villegas son mujeres resilientes y activistas trans.

Fundadoras de la asociación civil Agenda Nacional Política Trans, ambas llevan más de treinta años de ejercer el trabajo sexual.  Para ellas talonear en una esquina –tomar la calle– es también una lucha política. Sin embargo, estas activistas trans hace tiempo dejaron de identificarse con la manifestación feminista del 8 de marzo. 

La participación de las mujeres trans en la lucha feminista ha generado debates durante los últimos años, lo cual ha derivado en conductas de exclusión y violencia por parte de un sector del movimiento. Agenda Nacional Política Trans fue fundada hace cuatro años. Desde su sede en la colonia Obrera esta organización pugna por resguardar los derechos laborales y de salud de las y los trabajadores sexuales y las personas trans en la Ciudad de México. Distribuyen condones, hacen pruebas gratis para detección de VIH o de enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis. También hacen acopio de despensas, ropa y asistencia social que destinan a la población local, se dediquen o no al trabajo sexual. 

–Hay necesidades políticas y sociales que México nos debe a nosotras como mujeres trans, como trabajadoras sexuales, mujeres migrantes, mujeres con sida –dice en entrevista Erika Ivone Hernández, fundadora y directora de la organización–. Todo esto se incluye en el trabajo sexual, todo es transversal. Aquí hay de todo: personas con discapacidad que necesitan trabajo, mujeres en situación de calle y todas las que hemos vivido con este estigma. A todas se les brinda ayuda desde nuestra asociación. 

Erika Ivone nació en Monterrey hace 54 años. Llegó a la capital a los 24. Ya entonces ejercía el trabajo sexual pero fue con la Brigada Callejera que comenzó a estructurar su lucha política.  

–El activismo es algo con lo que naces, aunque no tengas la definición de qué significa la palabra. Lo haces y ya –dice. 

Después de participar en otras organizaciones –y hasta de pasar un tiempo en prisión en el norte del país–, regresó a la capital y, junto con Lola Dejavu Delgadillo, creó Agenda Nacional Política Trans. 

Y aunque los logros del trans-activismo son palpables, la exclusión y la discriminación prevalece. Hoy, como hace 30 años, las autoridades y las sociedad continúan tratándolas como hombres. “No somos hombres, somos mujeres”, dicen las activistas trans que han construido un  camino en la defensa de los derechos humanos y el activismo con pasión en la sangre: 

–Hemos cerrado calles, nos hemos defendido, peleado y demostrado que no somos estúpidas y que no solo sabemos coger, como nos han querido estigmatizar –afirma Erika Ivone– No: nosotras también nos organizamos.

Por Eunice Adorno