Así se las ingenian los comerciantes del Centro Histórico de la Ciudad de México para mantener activos sus negocios durante la pandemia de COVID-19. La relación entre los transeúntes y el espacio público ha cambiado desde que iniciaron los contagios en la capital del país: ya ni las banquetas se caminan igual.
Por Eunice Adorno
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Café en el Centro de la Ciudad de México. Separados por mamparas de plástico transparente y tubos de PVC, los comensales se adaptan a las medidas de higiene para evitar el contagio durante la pandemia de COVID-19.
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Las tiendas de telas se las ingenian para recibir a sus clientes sin romper las medidas de mitigación de contagio del nuevo coronavirus.
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Cordones, telas y listones marcan la sana distancia entre comerciantes y clientes. -
Calle Moneda en el primer cuadro del Centro Histórico, donde adaptaron un carril en el arroyo vehicular para que los transeúntes puedan mantener la “sana distancia” mientras caminan. -
Medidas de seguridad sanitaria en el mercado la Dalia, en la colonia Santa María la Ribera. Más de 50 mil negocios familiares de los mercados públicos de la Ciudad de México fueron afectados por el cierre de negocios no esenciales en los primeros cinco meses de la pandemia de COVID-19 en México. -
Letrero de bienvenida en un local de comestibles a granel en Santa María la Ribera. Esta colonia se ha mantenido durante varias semanas como una de las 200 con más alto índice de contagio de COVID-19 en la Ciudad de México. -
Kiosko Morisco cerrado en la Santa María la Ribera. Para el 30 de noviembre, esta y otras 199 colonias en semáforo rojo concentraban el 40.3% de los casos positivos de COVID-19 en la Ciudad de México.
