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Hombres trans y sus derechos dentro del sistema de salud

Foto: Eunice Adorno / Corriente Alterna

El largo camino de los hombres trans para garantizar su derecho a la identidad en el sistema de salud

Nikthé Valverde, tallerista; Alejandra Crail, mentoría / Corriente Alterna el 30 de marzo, 2022

El sistema público de salud en México no está preparado para brindar atención a las personas trans, pese a que existen protocolos que regulan su actuar. Los hombres trans enfrentan diferentes obstáculos y violencias, por lo que abogan por espacios seguros.

En una cita ginecológica, ocurrida en 2020, una médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) le dijo a Alejandro: “Es que ustedes tienen una clínica especial, ve a la Clínica Condesa”. Además, le hizo preguntas que él consideró incómodas sobre su vida sexual. “Cuando quise saber por qué me cuestionaba eso, no me dio razones de que sus preguntas tuvieran que ver con mi diagnóstico. Desde entonces no he regresado”, argumenta el joven.

Alejandro ya venía de una mala experiencia. Asumido como hombre trans, quiso tramitar el cambio de nombre en su carnet, pero no le supieron explicar el procedimiento en la Unidad de Medicina Familiar del IMSS que le correspondía. Alejandro tiene 27 años y reside en la Ciudad de México. 

“Yo no sabía cómo hacer el trámite de cambio de nombre en el IMSS y pregunté en la recepción; ellos no sabían que eso se podía y me dijeron que ahí no era”, cuenta.

De acuerdo con testimonios recabados, la discriminación institucional en el sistema de salud no se limita a trámites para el cambio de nombre; hay otras violencias que van desde negar el servicio a las personas trans hasta acoso sexual por parte del personal médico. Adonai, por ejemplo, cuenta que, antes de hacer su trámite de cambio de nombre en el IMSS, hubo un doctor que dentro de la revisión ginecológica tocó y lastimó su vagina y vulva con la excusa de explorarlo para confirmar su diagnóstico.

Ante estas agresiones, hay hombres trans que han optado por llevar su tratamiento en el sector privado o han renunciado a su afiliación en instituciones como el IMSS o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Balam Sánchez, por ejemplo, menciona que tiene las posibilidades y el privilegio de llevar su tratamiento de reasignación hormonal de manera privada. Encontró el contacto de una endocrinóloga por medio de grupos de Facebook creados por personas trans. “Fui directo con alguien que la misma comunidad estaba recomendando; también tengo los números de otres especialistas que promociona Impulso Trans, que es una asociación civil de Guadalajara, o Trans Pride World, que en sus estados de WhatsApp publican algunos contactos de profesionales de la salud que son de confianza”.

Aunque Balam, de 33 años, se atiende con especialistas preparados que respetan su identidad, el pronombre que él eligió y no cuestionan su transición, la experiencia en el sistema público le heredó un pánico por acudir a sus citas ginecológicas. 

Alan, de 29 años, residente de la Ciudad de México, vive una situación parecida. Él sí tiene acceso al IMSS, pero no se siente seguro de atenderse en esta institución porque no tienen personal capacitado y prefiere a los especialistas del sector privado. Asegura que ha postergado durante mucho tiempo su cita con algún ginecólogo o ginecóloga. “Me da nervios por las personas que puedan estar esperando. Estás en una sala de espera y la mayoría son mujeres y yo, siendo un hombre trans, no me quiero exponer a eso. Me gustaría poder ir acompañado de mi novia o mi mamá y, entonces, ya pensarían que ellas son las pacientes y no yo”.

En contraste, Alejandro y Rogelio (de 23 años, originario de la CDMX) se han atendido en la Clínica Condesa, un espacio de atención especializada en VIH/SIDA que pertenece a la Secretaría de Salud de la Ciudad de México; Alejandro se atendió en la unidad principal y Rogelio en la sede de Iztapalapa, que se inauguró en diciembre de 2015. Ambos cuentan que, a pesar de ser un trámite que implica tiempo y paciencia, su atención ha sido buena. Rogelio sí ha tenido consultas ginecológicas en ese espacio y cuenta que su experiencia ha sido gratificante. Alejandro, en cambio, dice que tiene “muchos nervios”, pero menciona: “En la Condesa tengo confianza, todos son amables, me tratan bien y respetan mis pronombres”.

Derechos de hombres trans en México
Rogelio, 23 años. Foto: Eunice Adorno / Corriente Alterna

Las sensaciones de miedo y desconfianza para acudir a revisión médica en los hombres trans es una constante en sus vidas. Por ello han pedido apoyo en grupos de Facebook de la comunidad trans y tratar de resolverlo en casa. Buscan videos en YouTube sobre los efectos de su tratamiento hormonal y cómo atenderlo. “Las cuestiones médicas me causan bastante ansiedad. Si me llego a enfermar gravemente y tienen que revisar mis órganos, nunca sé si decir o no que soy trans”, cuenta Balam Sánchez.

En 2021 Rogelio tuvo una operación quirúrgica en un hospital del sector privado. Recuerda que su principal miedo era mostrar su pecho. “Estás sólo en bata y no hay nada que te pueda cubrir; nadie me preguntó nada ni me señalaron ni me hicieron sentir mal; era más esa inseguridad mía”.

Izack Zacarías, director de Impulso Trans A.C., argumenta que es importante tener espacios seguros dentro del sistema de salud porque es una forma de disminuir la discriminación. También asegura que si la comunidad trans tiene acceso a todos sus derechos serán personas que “tengan herramientas para ser resilientes, se empoderen y se fortalezcan para que puedan ser responsables de su propia existencia”.

Reconocimiento lento y parcial

Desde 2008 se estableció en el Código Civil de la Ciudad de México que la modificación de datos personales para las personas trans sería sólo un trámite administrativo. Sin embargo, gran parte del personal en oficinas públicas, sobre todo aquellos que están en el primer nivel de contacto, no siguen los protocolos de atención. Esta falta de aplicación es visible desde la entrada a los edificios de dependencias públicas. Los encargados de seguridad son quienes brindan informes. De acuerdo con hombres trans consultados, este personal no está capacitado para la atención de su comunidad. 

“He ido al Seguro a hacer mis trámites de cambio de nombre; no los he concretado. Nada más el personal se la pasa preguntándome: ‘¿Qué eras?, ¿mujer?, ¿y ahora qué eres?, ¿cómo te llamabas?’”, señala Balam Sánchez, quien actualmente reside en Morelos. Teme que el personal médico tampoco esté preparado para brindar atención digna a la población trans.

Hombres trans, el sistema de salud en México
Balam Sánchez, 33 años. Foto: Eunice Adorno / Corriente Alterna

Josué Adonai Urrea, integrante de Trans Pride World, una iniciativa autogestiva que hace acompañamiento a personas trans, asegura que las vulneraciones que sufre la comunidad en las instituciones de salud son violencia de género. “A nosotros, cuando saben que somos hombres trans, nos relacionan con mujeres, y a las mujeres trans, con hombres. Y a las mujeres, en general, las piensan débiles; por eso tendemos a sufrir violencias sexuales y agresiones pasivas. A diferencia de las mujeres trans, a ellas las agreden en público y a nosotros, los hombres trans, en privado”, asegura Adonai.

Desde 2008, el camino para el reconocimiento de los derechos de la comunidad trans ha sido tortuoso. En 2009 una mujer trans de la CDMX presentó un amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para hacer modificación de nombre y sexo en su Acta de Nacimiento. Los ministros resolvieron que es una acción legítima, pues en los artículos primero y cuarto de la Constitución  se establece que las autoridades mexicanas tienen la obligación de proteger los derechos humanos de todas las personas y promover la no discriminación. Actualmente existen 13 entidades de la república que reconocen la identidad de género; el último fue el Estado de México, en 2021.

Protegides por el derecho internacional

Los derechos de la comunidad LGBT+ y las personas trans han sido reconocidos internacionalmente en los principios de Yogyakarta. En ellos se define la identidad de género como la vivencia interna e individual del género de una persona, y puede o no corresponder con el sexo asignado al nacer. Esta identidad incluye la vivencia del cuerpo, y puede o no involucrar modificaciones en la apariencia física y corporal mediante tratamientos quirúrgicos, médicos y hormonales.

Los hombres trans son personas a las que se les asignó el sexo femenino al nacer, pero que se identifican como hombres. Se les reconoce como personas transgénero, independientemente de si toman algún tratamiento hormonal. Si se someten a intervenciones quirúrgicas son reconocidos como transexuales. 

El uso correcto de los pronombres es parte fundamental del reconocimiento a la identidad de género de una persona y puede no coincidir con la apariencia física o el sexo asignado al nacer. El derecho a la identidad de género permite que cada persona pueda escoger si se les nombra “él”, “ella” o “elle”.

La actualización en 2020 del Protocolo para el Acceso sin Discriminación a la Prestación de Servicios de Atención Médica de las Personas Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual, así como de las Guías de Acción Específicas de la Secretaría de Salud del gobierno mexicano cuentan con apartados especiales para la atención de personas transexuales y transgénero. 

En estos documentos se establece que la atención deberá darse con base en “igualdad, sin discriminación o cualquier otra circunstancia que atente contra la dignidad humana”; que debe haber capacitación para todo el personal médico y administrativo, incluyendo la importancia de respetar los pronombres, identidad y expresión de género; y, también, para evitar que se canalice a la comunidad trans a servicios psiquiátricos o psicológicos sólo por el ejercicio de su identidad de género. 

Estos protocolos establecen que las personas trans tienen derecho a estar acompañadas de una persona de su confianza; tiene derecho a un seguimiento endocrinológico, urológico, psicológico, psiquiátrico, ginecológico y mamario de forma periódica, así como el acceso a tratamientos hormonales. También recalca que hay una obligación gubernamental de realizar campañas de asistencia a personas trans con conductas de consumo de sustancias nocivas y tratamiento para quienes tengan diagnóstico de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y VIH/SIDA.

De la Clínica Condesa a la búsqueda de más espacios seguros

La Clínica Condesa surgió en 1999 como un espacio seguro de atención a la salud para la comunidad LGBT+. Aunque su especialidad es la atención de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) como el VIH/SIDA, también ofrece reasignación hormonal, que es un proceso que las personas trans solicitan para sentirse cómodas con su cuerpo y expresión de género. Sin embargo, personas trans entrevistadas coinciden en que aún hay huecos informativos que limitan el acceso a los servicios, desde las clínicas de atención especializada como la Condesa hasta en los hospitales públicos. 

Por ejemplo, una revisión de la página web arroja que la información para acceder a estos tratamientos no es pública. “Todes tenemos dudas y no es fácil acceder (a la información)”, recalca Alejandro, quien ha tenido experiencias discriminatorias, incluso, en este espacio. “Los psicólogos piensan que estás confundido”, dice. En su caso, cuando les dijo que era trans, lo primero que le preguntaron es que si era heterosexual: “¿Te gustan las mujeres o te gustan los hombres?”, recuerda escuchar. Ese fue el motivo por el que lo enviaron, primero, al área de psicología, a diferencia de sus amigos heterosexuales que han pasado directamente a endocrinología. “Cuando yo pregunté por qué hacían eso me respondieron que mi proceso de vida estaba incompleto, que debía tener muy claros mis gustos”, explica.

Hombres trans y su acceso a la salud
Alejandro, 27 años. Foto: Eunice Adorno / Corriente Alterna

Josué Urrea asegura que el acceso al tratamiento hormonal en la Clínica Condesa “es binario y pésimo”. Tienen un protocolo que consiste en aplicar un cuestionario donde preguntan con qué juguetes jugaba cada persona durante la infancia, si son personas heterosexuales u homosexuales, si hacen pipí de pie o sentados. “Si respondes algo diferente a lo que establece su protocolo, tienes que pasar por un proceso más largo, para que [el área de] psicología apruebe que eres trans”, expresa Josué.

Ante esta falta de información accesible, Alan, residente de la CDMX, ha optado por apoyarse en organizaciones no gubernamentales. “Los procesos de transición no son algo nuevo, pero sí creo que han tenido mucho más auge en años recientes. Si intentas buscar en las páginas del gobierno qué necesitas para hacer tu cambio de identidad, no viene, no tienen ni idea. Desde entonces comencé a buscar acompañamiento con organizaciones, quienes me han dado la información que necesito y me han hecho sentir seguro”, señala.

Los entrevistados coinciden en que se deberían ampliar los espacios de atención gratuita a personas trans. Les gustaría que el IMSS y el ISSSTE tuvieran una unidad especializada con personal capacitado y sensibilizado en estos temas. Necesitan un espacio seguro donde saben que tendrán un buen trato. Una opción dentro de la CDMX es la Unidad de Salud Integral para Personas Trans, que pertenece a la Secretaría de Salud de la Ciudad de México y está ubicada en la alcaldía Miguel Hidalgo.

Marco Palet, subdirector de prevención de la Clínica Condesa, detalla que la “clínica trans” es una extensión de la primera, pues tenían una gran demanda de servicios por parte de la comunidad y sus tratamientos hormonales. Aún no tienen los protocolos de atención en sus redes sociales o en sus páginas web; es necesario acudir de manera presencial a pedir informes (de lunes a viernes, antes de las tres de la tarde) o esperar a que contesten los mensajes en su perfil de Facebook.

Personal de la Unidad de Salud Integral para Personas Trans, consultado por Corriente Alterna, manifiesta que, desde su apertura en octubre de 2021, han tenido demanda de consultas con diferentes especialidades de medicina. La comunidad trans busca ayuda en este espacio porque la atención la brinda personal trans y no binarie, y eso les da la confianza de que respetarán sus pronombres y su identidad de género. Sin embargo, esta clínica funciona como primer contacto (para servicios de medicina general) y seguimiento de la reasignación hormonal, pues al ser un lugar recientemente inaugurado todavía no cuenta con especialidades como ginecología o urología.

Adonai Urrea, de Trans Pride World, asegura que tener acceso a espacios seguros dentro de los sistemas de salud es primordial para atender a personas que no sean cisgénero, heterosexuales y blancas. Comenta que, en general, “las personas trans no pedimos un trato especial sino un trato humano. No lo pedimos sólo para nosotres, sino para todas las personas en condiciones de vulnerabilidad. Es importante que las instituciones tengan conciencia de clase y género. Para que todes tengan la confianza de denunciar lo que no está bien”.


En 2021 la jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, decretó la Ley para el Reconocimiento y la Atención de las Personas LGBTTTI de la Ciudad de México, en la que se establecen las obligaciones de los servicios de salud, mencionados ya en el Protocolo de la Secretaría de Salud federal. Sin embargo, para la población trans aún hay obstáculos. “Es necesario visibilizar a la comunidad trans y hacerla presente en el día a día; que todo el personal de salud esté familiarizado con este tipo de temas”, recalca Rogelio.