Aunque todos los días el Bosque de Los Remedios está abierto para quien lo quiera disfrutar, cada último sábado del mes se llena de visitantes especiales.
La hermosa mancha verde, ubicada en Naucalpan, estado de México, recibe a decenas de personas para realizar una jornada de limpieza entre sus árboles y a lo largo del caudal del Río Chico que lo atraviesa. La septuagésima cuarta “enchulada” del río ha reunido a colectivos como Ecopil o Los Invisibles, activistas ambientales y vecinas y vecinos de todas las edades.
Comienza, como ya es una tradición, con un ritual náhuatl en el que se pide permiso a la naturaleza para acercarse a ella.
En esta ocasión sobresalen algunas personas vestidas con camisas de color claro: son funcionarios y funcionarias de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas Naturales (Conapn). Por primera vez asisten a la jornada de limpieza y “remediación” de uno de los últimos pulmones de Naucalpan y de la Zona Metropolitana del Valle de México.
La historia de este Parque Nacional es trágica. Decretado Área Natural Protegida en 1938, el bosque sucumbió en menos de 40 años a la urbanización; de las 400 hectáreas originales, se redujo a menos de 114, producto de un proceso estimulado por la ausencia de las instituciones gubernamentales que debían protegerlo.
A pesar de todo, ahí sobrevive casi 25% de las especies que habitan en Naucalpan, como pájaros carpinteros, colibríes, águilas, cacomixtles o tlacuaches, de acuerdo con el biólogo y defensor de Los Remedios, Gustavo García. Además, aporta grandes servicios ambientales como captar la lluvia, amortiguar el ruido y contener los gases de efecto invernadero.
Por eso, esta jornada de limpieza es especial. Porque la presencia de las autoridades de la Conanp, a las que los defensores de Los Remedios llevan años pidiéndoles atención, finalmente han acudido. Primero, a recibir las firmas recolectadas a través de la plataforma Change.org para la petición “Salvemos el Parque Nacional Los Remedios en Naucalpan de Juárez”, realizada por el abogado naucalpense Rogelio Díaz Fuentes. Segundo, a adquirir el compromiso de que las malas prácticas de administraciones federales anteriores no se repitan.
—Nosotros venimos a rescatarlo y a sumarnos: estamos aquí por un llamado de la ciudadanía —declara Marco Antonio Castro Martínez, director de la Región Centro y Eje Neovolcánico de la Conanp, frente al nutrido público de ambientalistas y defensores.
Para quienes han puesto hasta la vida de por medio con tal de salvar el bosque, este día de “enchulada” es, también, de celebración.
Un remedio institucional para el bosque
En junio de 2022 Corriente Alterna documentó en un reportaje multiplataforma el deslinde de responsabilidades de los tres órdenes de gobierno —a través de convenios— que llevó a que no existiera una figura institucional clara sobre la responsabilidad de proteger Los Remedios. “Efectivamente, sí había ausencia institucional”, reconoce Castro Martínez.
“Creo que la situación fue que no entendían a qué se refería el hacer un manejo de un Área Natural Protegida; al menos, (por parte) de estas dependencias que estaban al frente, ¿no? Lo que teníamos era el convenio: el (gobierno del) Estado se hacía cargo y asumíamos que estaba haciéndolo bien, que hacía lo propio y de manera correcta”, añade el funcionario.
Pero el trabajo y la presión de colectivos como Ecopil, Enchúlame el Río, Alianza Cerro de Moctezuma y de activistas y defensoras como Laura Barranco, Yared Rojo, Ana Ramírez, Alejandro García y Gustavo García, han rendido frutos.
Durante la jornada de limpieza celebrada el sábado 30 de julio de 2022 la Conanp se comprometió a formar un plan conjunto que involucraría a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría de Protección al Medio Ambiente del Estado de México (Propaem), para ejecutar mecanismos de preservación y protección de Los Remedios. Castro Martínez comentó, asimismo, que se apoyarán en las actividades que despliega la comunidad y se consultará a los vecinos en cada decisión.
Para resarcir las décadas de desatención, Castro planteó una serie de acciones coordinadas por la Conanp con el propósito de preservar lo que queda del bosque.
El esperado Programa de Manejo del parque, es decir, el instrumento legal que dicta las reglas de conservación de una Área Natural Protegida, será una de las prioridades a mediano plazo. “¿Cuándo estimamos que este documento pueda salir? Yo te diría que estaría pensado hacia finales del próximo año”, estimó el funcionario.
De las 400 hectáreas originales del Parque Nacional Los Remedios sobreviven 86 sin urbanizar y sólo ocho se encuentran en buen estado de conservación. Ante esta situación, Castro anunció que la Conanp planea expandir el territorio del bosque incorporando Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC), como se llama a las zonas ejidales o privadas cuyos propietarios deciden convertir en Áreas Naturales Protegidas.
El director regional aclaró que aún no se tiene definido el monto de recursos que aplicará la Comisión para realizar tales planes.
En el reportaje citado, Corriente Alterna descubrió que, en las dos décadas de existencia de la Conanp, la administración pública destinó poco menos de 8,000 pesos para la conservación del bosque, gastados entre 2019 y 2022.
Al respecto, el funcionario explicó que esto se debía a que la dependencia federal “confiaba” en que las autoridades estatales cubrirían los recursos financieros y humanos para cuidar el lugar, como estipula el acuerdo firmado con el estado de México en 2018. De ahí el énfasis en un cambio: “Ahora sí vamos a intervenir nosotros. En el próximo año tenemos planteado implementar proyectos con nuestros dos programas de subsidio”.
Corriente Alterna también documentó que en 2015 la Conanp gastó 400,000 pesos en un estudio técnico cuyo propósito era justificar, en términos legales, quitarle al bosque la categoría de Área Natural Protegida. El documento, aunque se entregó incompleto según los propios criterios de la dependencia, se pagó en su totalidad al investigador Gerardo Ceballos.
“Las deficiencias del documento son evidentes”, reconoció Castro Martínez. Pese a ello, hasta la fecha no existe sanción para los funcionarios involucrados en esta erogación, como la entonces directora regional Gloria Fermina Tavera, hoy directora general de Conservación en la Conanp.
Aunque no exista intención de investigar el asunto, la promesa de la Comisión encargada de las áreas naturales del país apunta a que no se repita un hecho así:
“No dejaremos pasar por alto ese tipo de situaciones. Yo no voy a estar firmando documentos o proyectos que no estén cumpliendo con el requisito indispensable para su cumplimiento”.
A pesar de la violencia, la lucha continúa
La aparición de autoridades medioambientales en el bosque representa, también, la esperanza de diversos grupos de la sociedad civil que llevan sus luchas por la defensa del área.
Tal es el caso de Ana Ramírez, quien forma parte del comisariado del ejido Los Remedios, y que desde hace siete años lleva una batalla legal por la recuperación y conservación de una parte del Parque Nacional Los Remedios.
No obstante, a pesar del acercamiento de autoridades federales, las amenazas y el hostigamiento a defensores del bosque persisten.
Ramírez, quien acude a la jornada de limpieza, explica que el 6 de julio de 2022 recibió un citatorio para presentarse a la Fiscalía Regional de Naucalpan por su presunta responsabilidad de un delito ambiental (“fraccionamiento clandestino”), mismo problema que ella ha combatido desde el comisariado ejidal. El procedimiento, a la fecha de esta publicación, sigue abierto.
Por otro lado, la activista Laura Barranco y la escaladora Yared Rojo, también defensoras de Los Remedios, han visto recrudecida una campaña de difamación a través de mantas colocadas en los alrededores del lugar. A las dos se les acusa de ser “impostoras” y hacer “negocios” con su activismo y con las actividades deportivas que se desarrollan en esta área natural.
Los intereses y conflictos son tan latentes, incluso durante la jornada de limpieza, que así lo demuestra la presencia de elementos de la Guardia Nacional dispuestos ahí para resguardar a los asistentes.
Pero, aunque el ambiente de violencia rodea la defensa del bosque, es tangible la esperanza viva entre quienes se han sumado a la lucha de protección y conservación de esta importante área biodiversa que ha sobrevivido entre el asfalto y el concreto de uno de los municipios más poblados e industrializados del estado de México.
“Me esperanza, a futuro, que el parque esté rehabilitado, que se contengan las invasiones y se reforeste, que exista un programa de manejo, que el bosque vaya recuperando su naturaleza”, expresa Rogelio Díaz, el abogado que abrió la iniciativa que recaudó más de 28 mil firmas, mientras planta un árbol en el bosque que lo vio crecer.
La “enchulada”, poco a poco, llega a su fin tras los pasos de los voluntarios que cargan los últimos costales de deshechos que han podido recolectar. Los alrededores empiezan a enmudecer paulatinamente del rumor de las palas y las voces de quienes han dedicado unas horas del día a retribuir algo a la naturaleza.
Un sábado más de faena y reforestación que se suma al prolongado esfuerzo de activistas, ejidatarios y sociedad civil del Bosque de Los Remedios. Un sábado que, por primera vez en mucho tiempo, deja el sabor de boca de un avance y compromiso de aquellas autoridades que, al menos en el papel, están encargadas de su protección.
