Los procesos de investigación y experimentación para crear una vacuna tienen como prioridad la seguridad de uso de esta, así como su eficacia. Es por eso que las fases de desarrollo de una vacuna deben cumplirse con rigor. Ante la pandemia por coronavirus, gobiernos y empresas alrededor del mundo apuestan por la creación de una vacuna que esté disponible al público en año y medio. Sería una proeza en tiempo récord.
El desarrollo de una vacuna consta de cinco fases, cada una con un objetivo específico.
Fase preclínica: Obtiene resultados experimentales sobre la eficacia de la vacuna en un modelo animal, así como la tolerancia de este al medicamento. Usa sistemas de cultivos de tejidos o cultivos de células, además de pruebas en animales como ratones o monos.
Fase I: Etapa experimental en la que se prueba la vacuna en un grupo de humanos reducido (menos de cien adultos). Su propósito es evaluar la seguridad, efectos biológicos e inmunogenicidad de la vacuna.
Fase II: Si la vacuna de la Fase I se considera segura, se aplica a una muestra de entre 200 y 500 adultos.
Fase III: Se aplican pruebas aleatorias en muestras de entre cientos y miles de humanos. La vacuna experimental se prueba contra un placebo. En esta etapa se evalúa de forma más segura la eficacia en la prevención de enfermedades.
Fase IV: Cuando la vacuna es aprobada en uno o más países, se realizan algunos estudios más para evaluar el funcionamiento de la vacuna en el “mundo real”.
Te puede interesar leer: