Infantes y adolescentes pintan sus pancartas por el 8M
"La crianza es revolución": infancias y adolescencias crean pancartas para marchar el 8M. (Foto: Maritza I. Hernández).

La mañana del 8 de Marzo del 2025, el Museo Universitario del Chopo abrió sus puertas a infantes y adolescentes para que crearan pancartas y carteles con motivo del Día Internacional de la Mujer, el 8M.

Más tarde, con estas mismas  pancartas y carteles, cerca de la 1:10 PM algunas de las participantes junto con sus madres, decidieron incorporarse a la marcha que se efectuó sobre Paseo de la Reforma. Para ellas, era una forma de hacerse escuchar, mientras que para otros era un despertar, una forma de ser parte de la lucha social feminista y ser cada vez un poco más conscientes. 

La actividad formó parte del taller “La crianza es revolución: Taller de pancartas para infancias y adolescencias”, impartido por Dafne Martínez y Lorena Morales, miembras del colectivo Crianza Feminista AC, que busca “involucrar a las infancias, a las adolescencias y, pues, a las juventudes desde temprano en el feminismo, es un método para la reconstrucción social desde el feminismo”. 

Al iniciar la actividad, con 24 participantes, Dafne Martínez preguntó a los asistentes si sabían qué día era y por qué se encontraban allí.

La mayoría de los presentes respondieron que sí: el 8 de Marzo, es el Día Internacional de la Mujer. Algunos explicaron que en esa fecha las mujeres salían a marchar y protestar, por lo que Martínez los invitó amablemente a “escribir todo lo que sentimos, por lo que queremos protestar”.

Posterior a las preguntas, se proyectó un cuento en formato de video: “A veces mamá tiene truenos en la cabeza”, de Beatriz Taboada. Este relato abordó la presión constante que reciben las madres por la carga doméstica: cuidar a los hijos, cocinar, mantener en orden y limpiar el hogar, lo que conlleva a una saturación mental, es decir, a tener truenos en la cabeza.

Crianza Feminista AC surgió en marzo de 2018, cuando una madre solicitó una carriola en un grupo de Facebook para poder asistir a la marcha de aquel día. Esta petición visibilizó la necesidad de otras madres a exigir espacios seguros para ellas y sus hijos en lugares públicos. 

Desde entonces, el colectivo se ha dedicado a acompañar en la maternidad, a través de talleres y conferencias en instituciones educativas y recintos culturales; igualmente ofrece círculos de desahogo en el cual simplemente se pueden escuchar unas a otras o conversar entre ellas; y brindan apoyo a mujeres que se encuentran en situación de violencia.

Una forma de reconstruir tejido social desde la infancia y desde la adolescencia con la crianza, es decir, cambiar las formas de educación. (Foto: Maritza I. Hernández).

Conforme avanzó el taller, más personas se unieron. Al final participaron alrededor de 36 personas, entre ellas madres, mujeres solteras, niñas, niños y adolescentes.

Uno de ellos fue Oscar, quien expresó que la actividad le había gustado bastante y que aprendió  “el respeto hacia la mujer”.  Brenda, su madre, decidió integrar a su hijo en esta actividad porque considera fundamental que tenga conocimiento de su realidad. 

Al igual que Brenda, otras madres presentes en el taller, como Catalina, enfatizaron la relevancia de que su hija comprenda que “hay un colectivo de personas luchando por el feminismo”, además de que es importante “poder estar con otres y para otres cuando los otres necesiten, al igual que uno quisiera estar acompañade cuando uno necesita y en estas manifestaciones lo que queda a veces como muy en evidencia es que estamos todes siendo una red de apoyo para los demás y para nosotres mismes”.

La elaboración de pancartas no solamente implicó convivencia, sino también una oportunidad de ser creativos y conscientes, combinando colores y texturas con mensajes como: 

“No queremos violencia, solo queremos justicia”

“Nadie nos va a arrancar las alas de justicia”

“No quiero ser valiente, quiero ser libre”

Indra, otra madre participante, considera que “este tipo de eventos despiertan la imaginación y despiertan la conciencia que tú puedes hacer con las cosas, y no todo te tiene que ser dado y no todo tiene que ser comprado (…) este tipo de encuentros conforman un espacio colectivo”. 

La creatividad y sentido de comunidad se reúnen en los colores y sentimientos de los más jóvenes. (Foto: Maritza I. Hernández).

Dafne, una de las talleristas, espera que esta actividad contribuya a que las madres sigan adueñándose del espacio público, que puedan sacar la maternidad de los espacios privados a los espacios públicos y de la misma manera que los niños y las niñas puedan tomar esos espacios”.

“El Museo del Chopo”, un espacio seguro para la resistencia

La directora del Museo Universitario del Chopo, Sol Henaro, destacó que el museo es “un espacio seguro, que pueden encontrar en el museo una dinámica lúdica que les empiece a abrir otras ventanas de existencia, ¿no?”. 

Explicó que el recinto siempre está en disposición de recibir propuestas y brindar tanto el espacio como los materiales necesarios para lograr desarrollar este tipo de actividades.

Es muy importante no dejar de ver al museo desde su responsabilidad ético, política y social, ¿no? Es nuestro compromiso como trabajadores de la cultura, como funcionarios de una institución pública atender en un abanico lo más amplio posible dentro de las libertades y el respeto”, concluyó Sol Henaro.

Las pancartas más que un cartel, fueron una voz alzada, un mensaje de resistencia y una pequeña acción que en realidad no es pequeña, puesto que representa un paso más a ser una sociedad que escucha a todos los miembros que la componen.