Lía García es performancera, poeta, escritora, cuentacuentos, licenciada en Pedagogía y en Artes Visuales. También es una pieza fundamental del activismo trans mexicano y, a veces, le gusta decir que además de todo, ella es una sirena.
A lo largo de su carrera, Lía ha creado a varios personajes para ayudar a las infancias a entender qué significan las identidades trans, así como la diversidad sexual: la novia, la cucaracha, la sirena…
La Sirena está inspirada en el personaje de la película animada y de su propios recuerdos infantiles. Recuerda que, más de una vez se llegó a preguntar por qué Úrsula, la bruja del mar, le quita la voz a la sirena Ariel, quien deseaba convertirse en humano. La respuesta es terrible: “En el mundo de los humanos las mujeres no necesitan voz”.
Sin embargo, las sirenas, cuenta Lía, tienen el poder seducir a los marineros con su voz hasta hacerles perder el juicio. Por eso la suya es una voz profunda y grave: una voz trans capaz abrir una brecha en nuestra manera de concebir la identidad, el género y el afecto. Una voz que nos invita a sucumbir ante lo desconocido.
“Cuidado, cuidadito. Eso dicen por ahí de nosotras las sirenas –dice Lía García en el podcast de Corriente Alterna–. Ahora ustedes me están escuchando, escuchan esta voz que atraviesa todas las fronteras posibles y entra a sus casas. Yo estoy llegando a sus casas con esta voz profunda: porque el tiempo político de la voz trans es ahora”.
Performancera y sirena, mujer trans afromexicana, “militante de la ternura radical” –como ella misma se define– y parte del nuevo activismo trans local, Lía García hace una petición sencilla: ser escuchada.
–Ahora que nuestros cuerpos no se pueden tocar. Que la voz nos toque, que la voz nos trastoque.