Migraciones sin fronteras ni pasaporte: migraciones silvestres
Rodrigo Medellín, biólogo experto en murciélagos; Weselina Gacinska, escritora y educadora ambiental; Andrés Cota Hiriart, biólogo, naturalista y escritor y Jorge Comensal, director de la Revista de la Universidad de México. (Foto: Riza Sánchez).

No sólo los humanos migran o son expulsados de su tierra; otras especies animales también lo hacen; ya sea por su propia naturaleza, el clima, o por la actividad humana que destruye su territorio. 

Por ello, en la Fiesta del Libro y la Rosa, dedicada a los exilios, la memoria y los reencuentros, no podían faltar “las otras especies que también están sometidas al exilio por nuestras actividades humanas, otras formas de vida que migran, que se mueven, que conquistan nuevos territorios y que también son desplazadas de ellos”, según el escritor Jorge Comensal.

En el  conversatorio “Migraciones silvestres” participaron Weselina Gacinska, Andrés Cota Hiriart y Rodrigo Medellín, quienes a través de sus escritos e investigaciones en biología, representan una “intersección fructífera” que ofrecen diferentes perspectivas respecto al tema, anotó Comensal.

Gacinska, filóloga y autora de Las aves y las letras. Los personajes aliados de la literatura universal, habló sobre el papel de los humanos en la migración de especies exóticas. 

Contó la historia de Roberto, un loro amazónico de frente azul al que acogió impulsivamente y la llevó a convertirse en una experta cuidadora de estas aves.

“Me empecé a interesar por estas migraciones “forzadas”, ¿no? De las especies que involuntariamente viajan entre los países por cuestiones de tráfico”.

Weselina Gacinska

Asimismo, mencionó el caso de las cotorras Argentinas en Europa: “Estas cotorras no han volado desde Argentina y Paraguay, no han cruzado el océano para establecerse en Madrid, ¿no? Claramente hay un factor humano (…) hay una polarización respecto a estos problemas y falta de soluciones dignas para el propio animal”. 

Weselina Gacinska, comparte la historia de Roberto (un loro amazónico) y como eso la motivó a interesarse por temas de migración forzada e inclusión de las aves en la literatura. (Foto: Riza Sánchez).

Andrés Cota, biólogo, naturalista y escritor, centró su participación en especies marinas y habló sobre las anguilas, que experimentan dos metamorfosis a lo largo de cuatro años para soportar los cambios de salinidad entre aguas continentales y aguas oceánicas, con el objetivo de dirigirse al Mar de los Sargazos (región del océano Atlántico) para reproducirse. 

Cota remarcó que existen “trillones” de organismos que migran de formas poco conocidas, como el zooplancton (micro-animales acuáticos), los cuales surgen de las profundidades del mar a la superficie para alimentarse.

“El zooplancton, que son los más chiquitos de de estos estos seres, suben a alimentarse de plancton y atrás del zooplancton vienen otros más grandes y otros más grandes y otros más grandes, hasta que pronto a veces llegan calamares de 16 metros (…) una marea viviente que todas las noches viene y que constituye esta migración inaudita.” 

Andrés Cota

Cota puntualizó que “la migración no solo es animal”, los hongos y las plantas también lo hacen, a través de las esporas. 

Andrés Cota (izq) habló con emoción de la migración de las anguilas, desde aguas dulces continental hasta aguas saladas oceánicas. (Foto: Riza Sánchez).

Rodrigo Medellín, biólogo experto en murciélagos, explicó que México actúa como un “embudo de la vida”, ya que conecta Sudamérica con Norteamérica, lo que lo convierte en un país megadiverso. Esto implica, según sus palabras que “México tiene la mayor cantidad de migraciones de todo lo que ustedes quieran”. 

Comentó que hay infinidad de animales que viajaban cientos de kilómetros, cruzan continentes u océanos enteros. Un caso que recuerda con claridad es el de una tortuga caguama (Caretta caretta) monitoreada en 1996 “nadó 4,200 km a través del Pacífico, desde California hasta Japón durante un año”.

En el caso de los murciélagos, las hembras preñadas salen desde Jalisco hasta Nuevo México, “son más de 1,700 murciélagos que se mueven para allá, si agarramos la longitud de estos animales, que es más o menos de 7 cm. Y proyectamos sobre ese movimiento es moverte 2.3 millones de veces tu tamaño”, explicó basado en registros derivados de sus investigaciones.

El experto enfatizó que, a pesar de que hay ejemplos clásicos de migración, también existe mucho desconocimiento de otras especies migratorias: 

“No conocemos gran cantidad de las migraciones, de las condiciones por las cuales migran, de los corredores a través de los cuales estos animales migran y la universalidad del concepto de la migración porque se aplica a nosotros mismos.”

Rodrigo Medellín señaló la falta de información sobre muchas especies más que también son migratorias, debido a que el concepto solamente se enfoca a las personas. (Foto: Riza Sánchez).

Fronteras sin límites

Las fronteras impuestas por los Estados Unidos no solo afectan a las personas migrantes, sino también afectan a otras especies de animales. En concreto, el muro de Trump entre México y EUA, ha representado un “enorme obstáculo” para los mamíferos que migran de un país a otro.  

Por ejemplo, para los lobos mexicanos (Canis lupus bailey), osos negros (Ursus americanus) y seguramente otros más que solían transitar libremente las dos naciones, ahora resulta muy difícil cruzar. Al ser animales de gran tamaño, no pueden atravesar los barrotes del muro, que tienen brechas de apenas 10 cm. Según Ganesh Marín en su texto Osos contra el muro, publicado en la Revista de la Universidad de México. Esto podría tener consecuencias negativas para las poblaciones de osos de América:

“Y habrá consecuencias: las poblaciones de osos negros en México y en Estados Unidos quedarán más aisladas que nunca; además, la vida de los osos fronterizos correrá mayor riesgo”, concluyó Marín. 

“Piensen ustedes en cómo pueden ayudar, cómo pueden apoyar en su vida diaria, pero también leyendo y difundiendo este mensaje de las especies migratorias”, fueron las palabras de cierre de Medellín.

Migraciones silvestres, un espacio que permitió la interacción entre la ficción, la biología y la realidad de la migración en otros animales, a parte del ser humano. (Foto: Riza Sánchez).

Aprendizajes: más allá de lo cotidiano

Este encuentro sirvió como recordatorio de que la migración no es un fenómeno exclusivo de los humanos. Desde las anguilas y aves hasta las esporas, el mundo está en constante movimiento. Además de ser una invitación a la reflexión de las actividades que realizamos como especie que afectan dichas migraciones.

Al final del conversatorio, Valeria Marin, quien disfrutó el conversatorio en primera fila, expresó que apreció el enfoque no “antropocentrista” de la charla y que le ayudó a tomar conciencia del impacto de nuestras acciones en el entorno. “Hay actividades que nosotros ejecutamos y que nosotros tenemos que las pueden impactar, ¿no? Algo quizá tan tan básico como una carretera”.

Thalia Bernan señaló que, para ella, en un momento de crisis climática es importante este tipo de información, porque de ello depende que exista una mejor toma de decisiones, ya que muchas veces se toman “sin considerar a la biodiversidad o el impacto ”. 

Por su parte, Alan y David, estudiantes de bachillerato dijeron sentirse inspirados y en disposición de ejecutar acciones que ayuden, por ejemplo, a las aves migratorias. 

“Estaría dispuesto a ayudar en centros de investigación, ya que a mí sí me llama la atención el cuidado de estas especies. Podría investigar sobre los cuidados de estas para saber cómo preservarlas”, comentó David.