Junto a la papeleta ocre con los nombres de los candidatos a la gubernatura de Nuevo León, Susana Castillo dejó una nota escrita a mano. Dirigida a quien se alzara con el triunfo, pidió que encuentren a su esposo y padre de sus dos hijos, Humberto Reyna Herrera, desaparecido en abril de 2011. Es la forma en la que buscadoras protestan por sus desaparecidos.
Cinthya Gutiérrez, del colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora, compartió imágenes similares del pasado domingo 6 de junio, cuando se renovó la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas, entre ellas las de Nuevo León y Sonora. La idea surgió de una compañera de la Ciudad de México. Las buscadoras de Sonora escribieron mensajes en hojas de libreta que echaron a las urnas junto con las boletas locales y federales.
“Futuro gobernante te exigimos: ni un desaparecido más”.
A cientos de kilómetros de distancia, en Coatzacoalcos, Veracruz, Belen González —buscadora y dirigente de un colectivo de búsqueda— también depositó un papel doblado junto con la boleta para elegir autoridades municipales. En ella expresó la preocupación que tiene por las “desapariciones forzadas”, aquellas cometidas por efectivos de la Policía Estatal de Veracruz.
En cambio, Rosalía Castro Toss, una de las fundadoras del Colectivo Solecito de Veracruz, no fue tan optimista. Se enteró de que, en el conteo de votos, los escrutadores rompían los papelitos de protesta.
El valor de anular el voto
Las buscadoras encontraron otras formas de manifestarse. María Elena Gutiérrez, dirigente de un colectivo en Xalapa, escribió el nombre de su sobrino, Rafael Espinosa Gutiérrez. Lo hizo en el recuadro designado para candidatos no registrados. Aunque el Tribunal Electoral no acaba por ponerse de acuerdo si los votos para los candidatos no registrados valen o no, las buscadoras se apropiaron de aquel espacio en blanco.
Las fotografías registraron la protesta silenciosa. Al pie de la boleta se leyeron nombres como el de Luis Ronzón Montiel, desaparecido el 9 de enero de 2020 en Córdoba. O el de Gemma Mávil Hernández, secuestrada en 2011 y por cuyo caso se investiga a dos funcionarias de la fiscalía estatal y general por el extravío de sus restos.
El Programa de Resultados Preliminares Electorales 2021 del INE muestra que en las elecciones federales hubo, al menos, un millón y medio de votos nulos. Si los votos nulos fueran un partido, tendrían suficiente porcentaje de votación (3.4%) como para mantener el registro. Algo que Fuerza por México, Encuentro Solidario (PES) o Redes Sociales Progresistas no lograron.
“Anulé las tres hojas con la misma leyenda: Te cambio mi voto por mi hijo desaparecido”, cuenta Lilia Jiménez, del colectivo Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba. Con un timbre cargado de enojo, apunta que ningún político que busca un cargo en su región tiene una propuesta sobre las búsquedas de desaparecidos.
La anulación del voto con una frase de consigna por las personas desaparecidas y por las víctimas de feminicidio también ocurrió en Ciudad de México, Guanajuato, Yucatán, Jalisco o el Estado de México.
En Jalisco se marcaron boletas como protesta por la desaparición de Wendy Sánchez Muñoz, ocurrida en enero de 2021. Su hermano Baruc compartió la foto de la boleta con una gran cruz y con una leyenda en la parte inferior: “¿En dónde está Wendy?”
Las críticas en redes no tardaron en llegar.
Algo similar ocurrió en una publicación de la cuenta de Twitter @AmorNoEsViolen1, que recopiló imágenes de boletas intervenidas. En fotos de papeletas con frases como “te cambio mi voto por mi hermana asesinada” surgieron comentarios como “hacer eso, y no hacer nada, es exactamente lo mismo”, o “gracias a eso seguimos igual”.
Anular el voto es diferente a no salir a votar. Según la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, el voto nulo sí cuenta para la votación total. Ese número determina cuántos votos necesita un partido para mantener el registro. A diferencia de abstenerse —y no impactar en la votación total—, los votos nulos pueden ser la diferencia entre mantener o no el registro de alguna fuerza política.
Celia García, quien busca a su hijo Alfredo, desaparecido en 2011 en Xalapa, dice que no se enteró a tiempo de la acción. Le hubiera gustado anular su voto. Está decepcionada de las promesas sin cumplir y de la falta de respuestas para las buscadoras. “Yo le hubiera puesto ahí [en la boleta]: Voy a cumplir casi diez años de que a mi hijo se lo llevaron y hasta la fecha no lo han encontrado”.
No todos los votos nulos que contó el INE vinieron con una consigna de protesta. Hubo algunos que decidieron poner el nombre de Sergio Checo Pérez, quien justo ese día conquistó el podio de Azerbaiyán en la Fórmula 1. O “votos” para Juan Reynoso por hacer campeón al Cruz Azul, tras una sequía de títulos de 23 años…