Aquí había música, baile, muchedumbre y expresiones alternativas. Hoy quedan sólo cortinas metálicas con sellos de clausura o negocios que los han sustituido. Poco a poco, la vida nocturna ha vuelto a la Ciudad de México, pero los efectos de la pandemia se reflejan en los espacios culturales independientes que no soportaron las secuelas económicas del confinamiento o de las restricciones sanitarias.
Espacios como Punto Gozadera –un importante centro cultural donde la comunidad feminista organizaba bailes, conciertos, debates, presentaciones de libros, se perdieron en esos meses de encierro. También cerraron el Foro Piedra del Sol, Casa Artes y Circo, Territorio Multimedia, Carretera 45, el Mundano, el Café Trevi, el Gato Calavera.
El Foro Alicia anunció su cierre a finales de 2022 y otros espacios, como el Foro Cultural Hilvana o el Foro 246 intentan sobrevivir pagando renta, permisos y sueldos luego de casi dos años de inactividad y todavía con limitaciones de aforo.
Aunque la pandemia es un golpe reciente, la demanda por garantías legales se plantea desde hace nueve años, cuando los dueños de algunos foros ubicados en la zona centro de la ciudad conformaron la Coordinadora de Espacios Culturales Independientes (CECI).
Los integrantes de la CECI insisten en que sus espacios mantienen independencia de cualquier agenda gubernamental y aseguran que mantienen un compromiso es hacia las comunidades juveniles que no siempren cuentan con un espacio de expresión propio, además fomentar un pensamiento político a través de todas sus actividades, abrir escenario a nuevas propuestas artísticas y, sobre todo, visibilizar la diversidad de realidades que existen en una ciudad tan grande y compleja como la nuestra.
Por ello, insisten en la necesidad de generar leyes y políticas públicas que permitan a estos espacios sobrevivir en un esquema distinto al de los establecimientos comerciales.
Tras dos años de mesas de trabajo que recorrieron las 16 alcaldías de la Ciudad de México, en noviembre de 2020 se aprobó la Ley de Espacios Culturales Independientes. En el documento destacan dos cosas: la posibilidad de solicitar inmuebles en donación para la gestión de espacios culturales y que haya ajustes sobre los pagos por impuesto para venta de alcohol.
Sin embargo, la pandemia retrasó la ejecución de esta ley. Actualmente no hay reglamento: es una tarea pendiente de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. La sobrevivencia de los espacios culturales independientes es todavía incierta.