¿Alguna vez has sido funadx? ¿O te han contado sobre una “funa”? ¿O has oído el término y no sabes qué es?
“Funar o ser funadx” es un acto que ha permeado en las comunidades de forma física o incluso virtual. Se trata de una forma de denunciar o exponer públicamente ante una colectividad, ya sea en espacios de convivencia (ej. académico o laboral) o en redes sociales a personas o instituciones que han tenido comportamientos o han cometido acciones que son consideradas inmorales dentro de una comunidad.
La palabra “funar” tiene sus orígenes en Chile, proviene del idioma mapudungún, que significa “podrido”. En un principio, se trataba de protestas por parte de colectivos frente a instituciones o personas que vulneraban los derechos de otros, es decir, era una forma de sanción social.
No obstante, en los últimos años, con el auge de las redes sociales, este fenómeno se ha extendido y cobrado relevancia en otros ámbitos sociales y políticos. Actualmente, la funa es un fenómeno presente en otros países hispanoparlantes, aunque también en otros bajo expresiones diferentes. Por ejemplo, en Estados Unidos existe el término “call out”.
“Te están funando en el chat, ve a revisar”, fue el mensaje que Paola recibió y le dio un vuelco a su vida.
Paola, una estudiante universitaria que a simple vista se percibe como alguien tímida y reservada. Fue funada en una asignatura de su carrera, porque quiso ayudar a sus compañeros a pasar los exámenes de ésta, dado que eran muy difíciles de aprobar. Por lo que compartió un examen de reposición para ayudarlos a estudiar en un grupo de WhatsApp; sin embargo las profesoras pensaron que se trataba del examen final que habían elaborado y se confundieron.
“Estaba acostada haciendo unos trabajos en el pasto (…) y de repente ya suena mucho más mi teléfono y lo primero que veo es que la profesora de teoría dice que era inaceptable que por favor, borraran eso y que en su materia estaban reprobados (…). Entonces, yo muy desesperada, muy, muy nerviosa, borré el mensaje que envié.”
Redes sociales: instrumentos de intensificación

La llegada de las redes sociales como Facebook, Instagram, X e incluso TikTok, ha permitido multiplicar la difusión de información y servir como plataformas de libertad de expresión. Todo lo que se diga o se muestre no llega solo a una persona, sino a cientos, miles o millones.
Esto último, dio lugar al nacimiento de la cultura de la cancelación, de donde anteriormente hemos escuchado de personas que han sido “canceladas”. Pero, ¿qué relación tiene con la funa?
Ser “funado” y ser “cancelado”, no son lo mismo, aunque ambos conceptos están relacionados. La cancelación es una práctica común en Estados Unidos y está vinculada a la lucha contra la discriminación, homofobia y misoginia.
Además, la cancelación actúa de forma masiva a través de redes sociales y, regularmente afecta figuras públicas como artistas, youtubers, tiktokers, políticos. También puede aplicarse a empresas e instituciones que han emitido opiniones controversiales o han cometido acciones consideradas reprochables.
Por ejemplo, el polémico caso de Ángela Aguilar, Christian Nodal y Cazzu sacudió por completo a redes sociales. Aún así después de algunos meses, sigue siendo tendencia.
De acuerdo con Nelia Tello, académica experta en temas de violencia escolar de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, “la funa es un instrumento de destrucción, implica violencia, implica anonimato (…) convoca a los otros, convoca a que no sea algo que pase entre dos, sino a que pase entre una colectividad (…) tiene la intención de afectar al otro”.
En este sentido, las redes sociales funcionan para intensificar las funas, permitiendo que quienes las usan desempeñen el papel de jueces que critican y cuestionan el comportamiento de una persona.
“Es una aplicación de justicia individual, una en donde se ignora la ley, se ignoran las normas sociales y se exige justicia por cuenta propia (…). Sucede cuando las instancias correspondientes no están respondiendo como deberían de responder”, argumenta Nelia.
Ahora, ¿una funa puede convertirse en una cancelación?
Según Adriana Hernández, psicóloga jefa de ESPORA en la Facultad de Enfermería y Obstetricia (FENO), la respuesta es sí.
“No es lo mismo, pudiera llegar una cosa con la otra o llegar al extremo de la cancelación, pero no es la misma cosa. (…) Ser funado puede llevar a la cancelación, pero no es exactamente lo mismo”, remarca la psicóloga Hernández.
Antes de las redes sociales, el impacto social silencioso

Las funas previamente tienen un acercamiento presencial, es decir, ocurren antes de que se denuncie en redes sociales. Ocurre en los espacios ya antes mencionados, y las historias de Paola, Daniel y Diego son el vivo ejemplo de ello.
El caso de Diego, cuyo nombre ha sido cambiado por cuestiones de privacidad. Relata que fue acusado en su trabajo por su entonces novia de haberle faltado el respeto. El caso fue investigado por la Defensoría UNAM y se concluyó que los hechos no ocurrieron como ella los había presentado, aún así ella decidió funarlo en el grupo de su facultad de Facebook.
“Me sentí super excluido en mi trabajo porque mi exnovia había hablado con todos, todos sabían la historia que ella contaba (…) terminé teniendo que salir de ese trabajo (…) muchas veces me sentía mal para ir a mis clases y hubo un día en el que decidí no ir a mis clases por ello me fui a un bar, al final me terminaron suspendiendo un semestre por asistir ebrio a una clase”, recuerda Diego con algo de coraje.
Daniel H. también comparte que fue funado en su facultad tras un mal entendido con una de su entonces amiga debido a una mala comunicación. A pesar de que se disculpó por sus acciones con un mensaje, este resultó perjudicial y fue exhibido en Instagram por una amiga de su amiga.
“Hubo un tiempo en el que estuve aislado de todas las personas porque nadie me quería hablar, en mi grupo de amigos yo era el funado, nadie quería estar con el funado porque tenían miedo de que les dijeran algo por juntarse conmigo”, relata Daniel.
Las funas también pueden ocurrir en las relaciones académicas docente-estudiante. La experiencia de Paola es un ejemplo de ello, ya que ella pensó que no habría problema alguno si compartía el examen, pero hacerlo, resultó en su exposición pública ante sus compañerxs por parte de las docentes.
“Estoy muy decepcionada de usted…”, fueron las palabras de una de las docentes que aún resuenan en su mente.
Paola no solo fue exhibida, también se enfrentó a amenazas de ser reprobada y de posibles acciones legales por presunto plagio. De hecho, ella siente que ninguno de sus compañeros le ayudó y la funa se extendió incluso a personas ajenas a la clase, que ni siquiera convivían directamente con ella. A pesar de que el asunto se resolvió, parte de la solución fue ponerle 6 de calificación final en la materia.
“Sé que mis compañeros se dieron cuenta, sí supieron el problema, pero conviviendo con ellos en otras materias de otros semestres, como que no se me acercan (…) he sentido como una distancia (…) nadie se me acercó más”, explica Paola.
La exclusión o aislamiento social, es una de las principales consecuencias de ser funado. La persona que ha ejercido la funa, puede llegar a suprimir la voz de la otra.
Según Nelia Tello, “la funa te anula, te incapacita para poder volver a reaccionar o te hace reaccionar con la misma intencionalidad de violencia”.
Por lo general, las personas del entorno deciden tomar distancia del funadx, ya que acercarse podría interpretarse como apoyo a una mala acción.
Diego relata que solo una persona se acercó a él después de haber sido exhibido en Facebook:
“La única persona que se acercó a mí después de ver esta publicación fue un amigo de la secundaria.”
DIEGO
Mientras que, en el caso de Paola, absolutamente ninguno de sus compañeros la ayudó.
“Afortunadamente, tenía un examigo que estaba conmigo cuando le dije lo que estaba sucediendo. Él me dijo que estaba bien, que podía llorar (…). Nadie preguntó si todo bien, que si quería ayuda, no recibí ayuda de ningún tipo, más que el de un amigo (…)”, recuerda Paola.
Algo similar le pasó a Daniel H., él tampoco recibió el apoyo de nadie: “En sí, nunca hubo alguien que me brindara apoyo, casi siempre todo lo sobrellevé yo, por lo mismo de que todos me evitaban por este problema”.
Adriana Hernández, de ESPORA, un servicio psicológico que brinda la UNAM, menciona que una de las razones que motiva a excluir a la persona funada es porque se ha dañado su reputación:
“Empieza a ver como una serie de calificaciones o calificativos para las personas (…) una especie de identidad que no necesariamente es (…) pueden tener efectos, por ejemplo, de afectar a tal grado la imagen de alguien (…) manchar la imagen de alguien cuando no es real la situación de la que se le acusa.”
Por otro lado, la violencia que deriva de las funas no solamente es por parte de quien ataca y lo colectiviza, sino también de los observadores. La especialista Neila Tello menciona que esto “es una complicidad, una complicidad a veces pasiva, pero a veces activa que se vuelve todavía más destructiva”.
Enfatizando en el caso de las redes sociales, Adriana Hernández comenta: “Esa violencia en las redes sociales es sostenida también, no solo por quienes están comentando ahí cosas horribles para una persona, sino también quienes leen y están ahí como enganchados en el disfrute indirecto de la violencia”.
Cascadas mentales, el peso emocional de la funa
Respecto a los efectos psicológicos en las personas que han sido funadxs, estos pueden variar de acuerdo a la resiliencia de cada individux. Algunxs pueden dejarlo pasar desapercibido, mientras que otrxs pueden experimentar una conmoción profunda.
La psicóloga Adriana Hernández explica que, especialmente en la juventud, se está en una etapa sensible de construcción de identidad, y que este tipo de situaciones tambalea el proceso de dicha construcción.
“No creo que haya alguien que se salve, pero hay quienes son mucho más susceptibles a la mirada pública y esto incluye de manera muy precisa a las personas más jóvenes. (…) Los adolescentes que se encuentran en una etapa muy sensible de construcción de su identidad, de quiénes son, digamos de su lugar en el mundo y que frente a una situación de funa que regularmente se hace más en las redes sociales, pues se tambalean en su construcción, llamémosle identitaria.”
A su vez, Adriana señala que las consecuencias que se viven de una funa reaccionan en cadena, especialmente en la virtualidad, puesto que las redes sociales representan un mundo en donde como jóvenes estamos inmersos cotidianamente.
“Empezar a sentirse mal consigo mismos, empieza a ver una serie de cuestiones derivadas de esto llevadas hacia la tristeza, hacia la depresión. Evidentemente para las juventudes de hoy en día, específicamente las redes sociales son un mundo en donde se habita, ¿no? Por lo tanto, si ese mundo se tambalea para ellos, ellas, esto termina siendo pues muy muy difícil de sobrellevar.”
ADRIANA HERNÁNDEZ
Esto fue lo que sucedió con Diego y con Paola, ambos empezaron a sentirse incómodos no solo con su entorno, sino también con su propia persona.
“Empecé a sentir como una incomodidad bastante importante (…). Las primeras semanas fueron mucho de cuestionarme si realmente había sido lo que había pasado (…) yo me sentía mal, mis padres habían notado que no estaba bien (…). Realmente, me sigo sin sentir a gusto (…) sigo con ese miedo de encontrarme y de no saber cómo van actuar la gente que está a mi alrededor.” Esto es lo que expresa Diego con el sentimiento de incertidumbre y miedo en la voz.
“No me sentía muy cómoda y de verdad ese día fue el peor (…) yo ya no quería pasar los mismos espacios (…) tuve que ir al psicólogo, pero me tardé casi 6 meses, o 7 meses, 8 meses y sí había afectado porque me sentía desconfiada. Si antes tenía problemas de autoestima, ahora tengo un poquito más, ¿no? Aumentaron como esos nervios sociales.” Es lo que Paola recuerda de aquel entonces y que hasta el día de hoy ha tenido consecuencias en sus relaciones interpersonales.
A diferencia de ellos, Daniel logró sobrellevar la situación con el tiempo. Aunque en un inicio se sintió triste y excluido, decidió dejar que el asunto se apaciguara para poder retomar amistades. Sin embargo, esto no eliminó el recuerdo de la sensación de soledad que experimentó en su momento.
“Al principio me afectó (…) me sentí un poco excluido y pues obviamente eso te hace sentir un poco solo, no saber a quién contarle la cosas, pero después como siempre en mi vida aprendí a simplemente eso, llevarlo y poder vivir con ello.”
DANIEL H.
De acuerdo con los psicólogxs Jonathan Martínez Líbano y Valentina Bobadilla Olivares, en una revisión bibliográfica elaborada en 2021 y titulada Motivaciones y consecuencias Psicológicas de las Funas en Chile. Aseguran que hasta ese momento, no hay investigaciones en campo en Chile ni en el mundo respecto al tema de las consecuencias psicológicas tanto en funadxs, como en aquellxs que funan.
No obstante, se pueden hacer sugestiones de los efectos:
“Las funas podrían generar un profundo malestar en funados, estrés, estrés postraumático, ansiedad, depresión, ideación, pensamientos suicidas y suicidio. Para aquellos que funan puede entenderse que las funas dan un alivio y además una sensación de justicia, (…)”
Tiempo después, Jonathan Martínez Líbano y María Mercedes publicaron en 2024 un artículo en la revista Salud Ciencia y Tecnología nombrado Scale of Fear of Funa in Social Networks: Construction and psychometric properties.
Este estudio revela que debido a la popularización de este fenómeno ha aumentado el miedo, preocupación y ansiedad de ser funadx en redes sociales y las consecuencias que conllevan.
“El miedo a las consecuencias de las funas en redes sociales, se centra en las repercusiones a largo plazo que pueden surgir al ser objeto de estas. Esto incluye la preocupación por el daño reputacional, las consecuencias profesionales o académicas y el impacto en las relaciones personales.”
¿Qué hacer en caso de que te funen?
“Las personas no escapamos de la mirada de los demás, es decir, es la mirada de un otro que constituye a cada persona, todos, no solamente una persona por ahí o algunas, todos, todas nos constituimos también por la mirada de los demás y es difícil cuando esa mirada nos reprueba, nos violenta y nos agrede.”
ADRIANA HERNÁNDEZ
Nadie está exento de enfrentarse a una posible funa, ya que todos cometemos errores. En la mayoría de los casos, estas situaciones surgen por una mala comunicación entre los actores principales del problema.
Un problema que en principio debería resolverse entre dos personas, si bien pueden haber más actores puede volverse masivo. Por ello, es esencial establecer un diálogo con los demás y manejar los conflictos desde el respeto.
Es importante asumir la responsabilidad de los actos que unx mismx ha cometido y, si la situación se sale de control, es necesario acudir a las instituciones pertinentes que medien una solución.
La académica Nelia Tello explica que quienes inician una funa lo hacen como una forma de desahogo, convirtiéndola en un instrumento de venganza:
“Hay un despecho, como una furia, como una venganza (…)”.
Esto sugiere que, en algunos casos, la funa puede estar motivada por luchas internas de la persona que la impulsa. Sin embargo, esto no significa que el señalado no deba reflexionar sobre sus propias acciones.
La psicóloga Adriana Hernández, recomienda que si esto ocurre en redes sociales, lo ideal sería alejarnos de estas durante algún tiempo; pero en los espacios presenciales es complicado, por lo que una buena opción sería conformar una red de apoyo con otras personas.
Al final, Paola comparte que, aunque la funa le afectó, no permitió que definiera su vida ni su valor como persona. Reconoce su error, pero en lugar de culparse constantemente, aprendió.
“No lo pensé bien y pues la vida sigue, bueno, yo considero que la vida sigue, la verdad es que todos pueden saber de sus errores y seguir.”
PAOLA