Murciélago mula de León-Paniagua: una nueva especie mexicana
Un murciélago que rinde honor a Livia León Paniagua, científica mexicana especialista en murciélagos y ratones. (Ilustración: Cecilia Falcón).

El murciélago mula de León-Paniagua (Corynorhinus leonpaniaguae) es una nueva especie descubierta en México. Este murciélago habita exclusivamente en los bosques de pino de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Debido a que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo, se considera una especie endémica de México.

El descubrimiento del murciélago mula de León-Paniagua fue realizado por un equipo de científicos pertenecientes a la Universidad Veracruzana, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEMor). El grupo de investigación estuvo conformado por Issachar López-Cuamatzi, Jorge Ortega, Sandra M. Ospina-Garcés, Gerardo Zúñiga y M. Cristina Mac Swiney G.

El hallazgo fue publicado en febrero de 2024 por la revista Plos One bajo el título: Molecular and morphological data suggest a new species of big-eared bat (Vespertilionidae: Corynorhinus) endemic to northeastern Mexico. 

Ejemplar referente descrita como la nueva especie de murciélago mula de León-Paniagua ubicada en el Museo de Zoología de la Facultad de Ciencias, UNAM. (Fotografía: Issachar L. et al.)
Ejemplar referente descrita como la nueva especie de murciélago mula de León-Paniagua ubicada en el Museo de Zoología de la Facultad de Ciencias, UNAM. (Fotografía: Issachar L. et al.)

¿Por qué se nombró murciélago mula de León‑Paniagua?

Al descubrir una nueva especie, es necesario nombrarla para reconocerla en el mundo de la ciencia. En este caso, los autores señalan que el nombre de la especie, murciélago mula de León‑Paniagua, fue en honor a Livia Socorro León Paniagua, aunque ella no participó directamente en el descubrimiento.

Corynorhinus leonpaniaguae o murciélago mula de León‑Paniagua recibe su nombre en honor a la Dra. Livia S. León Paniagua, en reconocimiento a su destacada contribución al conocimiento de la sistemática y la historia natural de los mamíferos mexicanos.” 

Comúnmente, según dicho artículo, a los murciélagos de este género Corynorhinus se les conoce como murciélagos mula o murciélagos orejones, ya que poseen unas orejas enormes y alargadas, además de un pelaje color café a grisáceo; y tienen una dieta basada en insectos, principalmente en mariposas. Hasta el momento se desconoce mucha de la información biológica de esta especie, por ejemplo, sus hábitos, dinámica poblacional, historia evolutiva, e incluso si está bajo categoría de riesgo.

¿Quién es Livia León Paniagua?

Livia Socorro León Paniagua actualmente es académica de la Facultad de Ciencias de la UNAM y curadora de la Colección de Mamíferos del Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” ubicada dentro de la misma. Tiene una amplia trayectoria académica; además de realizar investigación básica de mamíferos, también se ha encargado de la formación de nuevas personas científicas en la Facultad de Ciencias.

“Además de ser pionera en la mastozoología mexicana, Livia León Paniagua ha sido una gran mentora, dedicada a la formación de nuevos científicos.” 

– Issachar López et al. (2024)

La Dra. Livia S. León Paniagua, mastozoóloga mexicana con experiencia de más de 40 años en la investigación de murciélagos y ratones. (Fotografía: Riza Sánchez).
Dra. Livia S. León Paniagua, mastozoóloga mexicana con experiencia de más de 40 años en la investigación de murciélagos y ratones. Gracias a ella el murciélago mula de León‑Paniagua lleva ese nombre. (Fotografía: Riza Sánchez).

El hecho de que una especie fuera nombrada murciélago mula de León‑Paniagua en su honor, para ella representó un gran regalo: “El sueño de un taxónomo cualquiera es que le pongan tu nombre a un bicho, aunque sea a un gusano intestinal”. 

Livia León Paniagua también cuenta que conoce a este grupo de investigadores y, de hecho, colaboró con Issachar L. el autor principal del artículo, al tomar las medidas de los caracteres necesarios de los ejemplares para poder realizar el análisis comparativo entre especies, ya que durante ese momento, debido al confinamiento resultado de la pandemia, no podían trabajar normalmente en los laboratorios. 

“Todo estaba cerrado, todo estaba parado y le dije: ´No te preocupes, yo te ayudo a que midas y a que tomes los caracteres que tienes que tomar de la serie de ejemplares que estaban aquí´”.

Al final, estos datos permitieron comparar tres distintas poblaciones de murciélagos del género Corynorhinus, siendo estas ubicadas en la Sierra Madre Oriental, el Eje Volcánico Transmexicano y en la Sierra Madre Occidental. Encontraron que la población de la Sierra Madre Occidental, tenía diferencias morfológicas en la forma de la mandíbula y longitud del antebrazo, lo cual conllevo a concluir que se trataba de una nueva especie, el murciélago mula de León‑Paniagua

Livia a su vez, cuenta que hubo un acuerdo en el grupo de trabajo que publicó el artículo, en donde Cristina Mac Swiney, la directora de tesis de Issachar L. solicitó que el nombre de la nueva especie estuviera dedicado a una investigadora mastozoóloga. La respuesta era evidente: no cabía duda de que León era la persona indicada.

“La directora de la tesis de este chico que fue quien descubrió esta especie, dijo:´Quiero que se le dedique a una mujer´. Tuve la fortuna de estar activa cuando esto sucede (…) Tuve la fortuna de que alguien me volteó a ver por la formación de la colección, por la formación de muchos chicos que están haciendo tesis de licenciatura, maestría, doctorado aquí conmigo”.

Una vida dedicada a la mastozoología

“Yo nunca tuve claro de chiquita que iba a ser científica. Sí tenía claro que me gustaban los animales. Eso era lo único.”, dice Livia León. 

Su historia como científica inicia desde muy temprana edad con su gusto por los animales. Sin embargo, fue hasta la preparatoria cuando se dio cuenta de que le llamaba la atención la Biología y gracias a un profesor supo que existía la carrera en la UNAM.

“Cuando había terminado la prepa, este profesor de biología me dijo que él era biólogo de carrera y cuando solicité la carrera que yo quería, entre ellas solicité biología como primer lugar”, cuenta León sobre uno de los puntos de inflexión en su vida profesional.

Una vez en la carrera, el deber de los estudiantes de Biología es decidir hacia dónde quieren dirigir su propio camino. En el caso de León y su gusto por los animales, ella sabía que quería dedicarse a los mamíferos, a los “mamíferos de verdad”, pero se encontró con que en México no había de esos.

“Siempre les digo a mis alumnos que yo quería trabajar con mamíferos de a deveras, hasta que me di cuenta que en México no vivían ni los leones, ni los elefantes, ni las jirafas. (…) Entonces, por eso me dediqué a los mamíferos de mentiritas, digo yo, que son los murciélagos y los ratones”.

Así fue como Livia empezó a forjar su camino en la mastozoología, que es el estudio de mamíferos. Ella lleva en la colección de mamíferos más de 40 años, vio crecer esta colección, y creció con ella. Ahora el murciélago mula de León‑Paniagua lleva su nombre.

“Comencé mi historia junto a la colección desde el servicio social hace 43 o 42 años. Empecé haciendo servicio social justo haciendo taxidermia con una pequeña colección que tenía en ese momento cerca de 300 ejemplares. Después del servicio social decidí hacer la tesis aquí.”

Actualmente, dentro de la colección, Livia León desarrolla cinco líneas de investigación: faunística, sistemática, biogeografía, conservación y manejo de colecciones. En términos sencillos, realizan inventarios faunísticos de distintas regiones de México, estudian la historia evolutiva y relaciones de parentesco entre grupos de mamíferos e identifican hábitats clave para su conservación.

Museo de Zoología "Alfonso L. Herrera", ubicada dentro de la Facultad de Ciencias, UNAM. (Fotografía: Luis Navarro).
Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera”, ubicada dentro de la Facultad de Ciencias, UNAM. (Fotografía: Luis Navarro).

La colección hasta el momento alberga cerca de 17,000 ejemplares. Aunque estos organismos son sacrificados, León destaca que no es en vano: la información que proporcionan dura muchos años, y tienen aplicaciones que van más allá de la información biológica, sino que también ayudan como vigilantes ambientales (biomonitoreo).

“Con ejemplares de colecciones, hemos estudiado cuánto mercurio se acumula en el pelo de los murciélagos y de roedores. (…) Se ha visto que si hay leishmaniasis, Borrelia o  parásitos que pueden causar enfermedades en el humano, las estamos viendo en nuestros animales como biomonitores.”

Murciélagos en México

Ratones viejos que se convierten en murciélagos, o aves con hermoso plumaje que fueron despojados de estas por Dioses, pero en realidad no son ni ratones ni aves. Se trata de un orden exclusivo de mamíferos pequeños que seguramente has visto en museos, zoológicos incluso en las caricaturas o películas de terror cuando salen de cuevas acompañados de tinieblas y sonidos agudos. 

A nivel mundial existen más de 1400 especies de murciélagos y en México albergamos el 10% de esta diversidad. La más reciente descubierta es el murciélago mula de León‑Paniagua (Fotografía: Kahori Ramírez).
A nivel mundial existen más de 1400 especies de murciélagos y en México albergamos el 10% de esta diversidad. La más reciente descubierta es el murciélago mula de León‑Paniagua (Fotografía: Kahori Ramírez).

Noé Pacheco, técnico académico del laboratorio de Vertebrados de la Facultad de Ciencias especializado en temas de ecología y conservación, explica que estos organismos pertenecen al orden Chiroptera, que significa “mano alada”. Esta característica se refiere a que anatómicamente sus alas están formadas por sus manos y el único dedo libre es su pulgar. Son los únicos mamíferos capaces de volar. Además poseen una peculiaridad más: la ecolocalización.

También comparte que a nivel mundial tenemos cerca de 1423 especies de murciélagos, mientras que en México tenemos 151 especies de murciélagos agrupados en ocho familias. Lo cual representa el 10% de la diversidad de murciélagos a nivel mundial.

“El país ofrece tanto alimentación, una cantidad enorme de ecosistemas que pueden habitar los murciélagos (…) nuestras selvas alojan una buena cantidad de murciélagos, pero también desiertos y bosques”, comenta Pacheco.

En la Ciudad de México hay más o menos 30 especies, entre ellas el murciélago canoso (Lasiurus cinereus), murciélago magueyero (Leptonycteris yerbabuenae) o al murciélago mula mexicano (Corynorhinus mexicanus). Los cuales han persistido gracias a las áreas verdes que Pacheco describe como “islas de vegetación”.

“La CDMX parece un mar de asfalto, pero las áreas verdes como es el Bosque de Chapultepec, Bosque de Aragón, Parque Ecológico de Xochimilco, Jardín Botánico de la UNAM, el Ajusco, forman islas de vegetación en donde crecen plantas como los agaves, que ayudan a los murciélagos.”

Guardianes de la noche: los murciélagos y funciones ecológicas

Noé Pacheco, remarca que los murciélagos son muy importantes para los ecosistemas. En general se encargan de la polinización, de ser dispersores de semillas, controladores de plagas y formar parte del alimento de otros animales como búhos, halcones y serpientes. 

Los murciélagos frugívoros, por ejemplo, “los que se alimentan de frutas ayudan a dispersar plantas de frutos carnosos, como chicozapote (Manilkara zapota) o higos (Ficus carica); y también en la dispersión de semillas que ayudan a regenerar zonas tropicales o desparramar las plantas pioneras”, comenta Pacheco.

En el caso de aquellos murciélagos a los que les debemos el tequila, mezcal y pulque, se debe a los nectarívoros. “Los nectarívoros se alimentan de las flores, de plantas como el agave a los que ayudan a polinizar”, explica Noé.

En cuanto a los famosos “vampiros”, Diana Girón y Yael Sánchez en su artículo Venerados o detestados: breve historia sobre murciélagos hemátofagos, publicada en 2025 en la revista Therya ixmana,  indican que solo hay tres especies de “murciélagos vampiro”: el vampiro común (Desmodus rotundus), el vampiro de alas blancas (Diaemus youngi) y el vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata). Livia León indica que estas especies tienen anticoagulantes naturales, por lo que los hace un modelo de estudio interesante en la medicina. 

“Son nuestros aliados, nuestros aliados nocturnos”, dice Pacheco.

Noé Pacheco Coronel, académico Laboratorio de Vertebrados de la Facultad de Ciencias, UNAM. Especialista en temas de ecología, etnozoología y conservación. (Fotografía: Riza Sánchez).
Noé Pacheco Coronel, académico Laboratorio de Vertebrados de la Facultad de Ciencias, UNAM. Especialista en temas de ecología, etnozoología y conservación. (Fotografía: Riza Sánchez).

El mito detrás de los murciélagos

Livia admite que al platicar sobre su línea de investigación y sobre todo con qué grupo de mamíferos trabaja ha experimentado cierta aversión:

 “Cuando digo ´murciélagos y ratones´, todo el mundo me ve así como que feo.”

Diego García Meza, biólogo y técnico académico de Laboratorio de Ecología de Ambientes Limitantes en la Facultad de Ciencias, ha identificado que los murciélagos tienen una percepción social negativa después de la pandemia de Covid-19: 

“Tienen estas connotaciones negativas como por parte de ser vectores de enfermedades (…) esta historia de la sopa de murciélago que alguien se comió y entonces por eso surge el Covid, pero en realidad eso es un problema que de fondo es mucho más grande que es la pérdida del hábitat.”

Asimismo, remarca que las enfermedades que se transmiten de un animal a otro animal es algo que naturalmente sucede, en un fenómeno conocido como zoonosis.

“Prácticamente todos los animales son vectores de enfermedades o de algún tipo de enfermedad, pero la convivencia cercana con ellos es lo que a final de cuentas hace que estas enfermedades brinquen y esto es muy claro, en el caso de influenza aviar”, explica García.

A esto, se suma su mala fama literaria, estos animales se han enfrentado a ser objeto de desagrado debido a los famosos “vampiros chupasangre”. Noé Pacheco explica que “se han entremezclado con estas historias, por ejemplo, Drácula de Bram Stoker. Los murciélagos no es que no se alimenten de sangre, pero de las más de 1000 especies de murciélagos solamente tres especies se alimentan de sangre y sangre de aves o mamíferos silvestres.”

Ambos investigadores indican que si bien han tenido mala suerte en la cultura popular actual, Noé indica que hay esfuerzos por tratar de desmitificarlos, una gran hazaña y logró fue El Festival del Bosque de Chapultepec 2024 Quiróptera, que tuvo a los murciélagos como emblema:

“Tenemos murciélagos gigantes, murciélagos pescadores, murciélagos insectívoros. (…) los murciélagos salimos de nuestras cuevas a platicar con la gente, a disfrutar.”

Uno de los principales riesgos que enfrentan los murciélagos, es la desinformación. Dado que esto conlleva que como sociedad actuemos reactivamente ante el miedo que se nos ha infundido, los matamos, quemamos sus cuevas, destruimos su hábitat y contaminamos. 

“La ignorancia, la ignorancia es nuestro peor enemigo(…) Si no estamos educados, vamos a seguir haciendo daño a diestra y siniestra”. -Livia León

Zoológicos e investigación: puentes para la conservación

Cosechar conocimiento es una tarea fundamental para evitar actuar desde el miedo. Entender a los murciélagos -y a todos los organismos- permite reconocer sus funciones ecológicas y el impacto de nuestras acciones. 

Livia menciona que la producción y liberación de microplásticos hacia el medio ambiente podría estar afectando negativamente tanto murciélagos como otros animales, pero no hay tantos estudios respecto al tema: 

“¿Cuándo lo vamos a saber? Cuando se empiecen a caer muertos, ellos primero y nosotros después (…) estamos en un momento límite para tomar consciencia y hacer conscientes al público en general de no maltratar a la naturaleza”. 

Por eso enfatiza que la investigación que se hace dentro de la colección de mamíferos es necesaria:

“Hay que hacer investigación para poder tener los pelos en la mano para decir esto no se debe de hacer, esto sí o esto que se creía no es verdad”. 

Noé quien también imparte la asignatura “El zoológico como centro de conservación” en la Facultad de Ciencias, explica que los zoológicos han abierto exposiciones para difundir información respecto a estos animales, “la parte que hacen los zoológicos en esta labor es con la educación para la conservación”.

Algunos como el Zoológico de Chapultepec, el Zoológico de los Coyotes e incluso Africam Safari, lo realizan mediante la observación directa de estos o de la generación de material didáctico que le permita al público general conocer sobre estos pequeños mamíferos. Al igual, los espacios de áreas verdes que mantienen estos zoológicos en sus instalaciones, donde hay cactus y algunas otras plantas, contribuyen a brindar alimento y refugio.

Conocimiento que florece: tequila, agave y murciélagos

Una acción concreta que ha surgido del conocimiento científico es la alianza con la industria tequilera. Pacheco explica que durante muchos años cuando el agave estaba por florecer cortaban el quiote para concentrar los azúcares en la piña. Ahora cierta parte de la producción está destinada a dejar los quiotes y que el agave florezca:

“Se ha logrado que los productores permitan que los quiotes crezcan y que los murciélagos nectarívoros lleguen, se alimenten de las flores y así ayuden a renovar su variabilidad genética y por ende sean más resistentes a las enfermedades.” 

Agave sp. solo florecen una vez en su vida, el quiote es aquel que porta flores y son cortadas para la obtención de tequila, mezcal y pulque. (Fotografía: Riza Sánchez).
Agave sp. solo florecen una vez en su vida, el quiote es aquel que porta flores y son cortadas para la obtención de tequila, mezcal y pulque. (Fotografía: Riza Sánchez).

Este es un caso, ilustra cómo el conocimiento permite tomar decisiones más conscientes, que benefician tanto a la biodiversidad de murciélagos como a nosotros. Porque mientras los murciélagos continúan haciendo su parte en la noche, a nosotros nos toca hacer la nuestra a plena luz del día.

Livia León lanza una invitación para conocer, conocer más y evitar seguir actuando desde nuestro miedo, no solo con los murciélagos, sino con la vida en general.

“Estamos ahorita  como en un momento límite para tomar conciencia y hacer conscientes al público en general de no maltratar a la naturaleza, más de lo que ya le hemos maltratado.”