Teatro para la primera infancia: un espacio en el que niños y niñas pueden tener una experiencia estética. En este podcast conversamos con creadores escénicos especializados en el arte escénico para los primeros años.
Julieta tenía dos años cuando fue por primera vez al teatro. Aquel día la tuvimos sentada sobre nuestras piernas toda la función porque no pesaba lo suficiente para mantener el asiento desplegado.
A la mitad de la obra hizo un berrinche y debimos darle su biberón para apaciguarla. Describió, a todo pulmón, los colores de las luces, la escenografía y las acciones de la actriz. Su atención se apartaba del escenario cuando escuchaba las voces o el llanto de otros niños en la sala.
Estos acontecimientos pudieron hacer “incómoda” nuestra experiencia si se hubiera tratado de una obra convencional. Sin embargo, todo esto sucedió en una pieza teatral para la primera infancia.
Las puestas en escena hechas para niños y niñas de entre 0 y 5 años contemplan que su público se comporte como lo que es: bebés, niños y niñas que toman leche del pecho de mamá o de un biberón; que necesitan un cambio de pañal o salir al baño; que se levantan del asiento, hablan, ríen o lloran.
Asistir a una obra de teatro para la primera infancia rompe con las expectativas sobre lo que es vivir una experiencia estética. Las niñas y los niños pueden vivirla desde la contemplación, pero también desde el juego. Una perspectiva que no tiene que ver, necesariamente, con el aprendizaje, la educación o la estimulación.
Susana Romo, directora de A la Deriva Teatro, explica que el teatro no es sólo un espacio de enseñanza en el que hay una moraleja o aprendizaje:
―Nosotros luchamos contra la idea de que a los niños solamente hay que enseñarles cosas. Lo que buscamos es construir relaciones más horizontales. Esto a través de una experiencia escénica que involucra no sólo a los bebés, sino también a sus acompañantes.
Teatro para la primera infancia, un espacio de participación
Luego se sumar muchas visitas al teatro, muchísimas más de las que yo hice cuando era niña (si es que las hice), Julieta lo reconoce como un espacio de contemplación, pero también de participación.
Por ello, frecuentemente es ella misma quien pide ir al teatro: esperar pacientemente en la fila, entregar su boleto en la entrada, elegir su asiento y, aunque su pequeño cuerpo aún no logra mantener la butaca desplegada, ocuparlo ella sola.
José Agüero, director de Teatro al Vacío, considera que hay dos grandes áreas desde las que se miran los derechos de les niñez: una, que tiene que ver con el cuidado y la protección; otra, con la participación política y social.
―Generalmente, desde el Estado y las políticas públicas, incluso desde la sociedad misma, los derechos a los que se les da prioridad son los derechos de cuidado y de protección. Está súper bien, pero hay toda una serie de derechos que tienen que ver con la participación de les niñez como ciudadanos; ahí están los derechos culturales.
Si quieres saber más sobre teatro para la primera infancia escucha la conversación que tuvimos con Susana Romo, Oswaldo Valdovinos, Adrián Hernández y José Agüero.