¿Y si llenamos a la Ciudad de México con plantas nativas?
Integrantes del equipo del invernadero de especies nativas del Jardín Botánico de la UNAM. Foto: Caro Cox.

Hay historias que comienzan con una bellota. Eso lo sabe muy bien Emmanuel Von, tuitero apasionado de las plantas nativas de la Ciudad de México que, en febrero de 2025, realizó un anuncio especial en su cuenta de X:  

“El Vivero de plantas nativas en el @JBUNAM vende por primera vez unas pocas piezas de pequeños Quercus deserticola, uno de los encinos más hermosos, nativo de la CDMX, cultivado de bellotas del bosque mágico en Jardines en la Montaña. Es la primera vez que lo veo en venta”, escribió.

El diseñador paisajista no se resistió y adquirió uno de los árboles. Su emoción no era para menos. Ese ejemplar fue uno de los diez encinos blancos que nacieron después de que un equipo de biólogas recolectaran sus bellotas, las sembraran y cuidaran su crecimiento durante cinco años, en el invernadero del Jardín Botánico de la UNAM.

Todo ese trabajo se realizó como parte del Programa de Propagación de Especies Nativas que impulsa un equipo de entusiastas biólogas, encabezadas por Ivonne Olalde.

Encino blanco listo para su venta en el Jardín Botánico de la UNAM.
Encino blanco listo para su venta en el Jardín Botánico de la UNAM. Foto: Tomada de @jungla_cdmx

La misión de difundir las plantas nativas

Desde la adolescencia, Ivonne Olalde supo que no quería pasar su vida realizando trabajo de oficina. Ella quería estar en contacto con la naturaleza; eso la llevó a formarse en la UNAM, en el campo de la biología.  

Olalde recuerda que fue en 1992 cuando comenzó su interés en propagar las plantas nativas de la Ciudad de México. Ese año realizó el inventario de especies de Ciudad Universitaria. Su primera sorpresa fue encontrar que en el campus, el 50 % de las especies eran exóticas, es decir, no eran originarias del Valle de México, provenían de otras naciones o de diversas regiones del país, y habían sido  introducidas por intervención humana a un espacio donde no crecen en forma natural. 

La bióloga Ivonne Olalde busca propagar la presencia de las plantas nativas en la Ciudad de México.
La bióloga Ivonne Olalde busca propagar la presencia de las plantas nativas en la Ciudad de México. Foto: Caro Cox.

Este diagnóstico, despertó en ella el propósito de convertir el espacio universitario en un lugar donde se valore a las plantas nativas de la Ciudad de México.  

“Toda la flora nos da grandes beneficios, desde la sombra que nos protege, hasta la transpiración que refresca el ambiente, pero las plantas nativas cargan consigo un gran valor por su relación de millones de años con organismos que viven en el mismo sitio, y que comparten una serie de interacciones en el ecosistema”, explica la bióloga Olalde. 

Multiplicar especies nativas

El invernadero de especies nativas, creado en 1998 en el Jardín Botánico de la UNAM, realiza el cuidado y reproducción de diversas especies originarias del Valle de México, con el propósito de propagarlas en diversas áreas verdes de la Ciudad de México. 

Impulsar el Programa de Propagación de Especies Nativas ha sido una tarea ardua y ambiciosa, a la cual Olalde ha dedicado casi 33 años. Durante ese tiempo, la especialista ha trabajado con muchas biólogas “bien entronas”, como ella misma las define.

Cada una de las especies que se propaga en el invernadero proviene de una semilla que es recolectada en las montañas y áreas naturales que aún se conservan en la Ciudad de México, o bien, de las especies que se resguardan dentro del Jardín Botánico de la UNAM,

“Aquí tenemos una muy buena colección de plantas que es nuestra fuente principal (de semillas). A veces también vamos hacia las zonas que todavía conservan vegetación nativa en los alrededores de la ciudad”, explica la bióloga Evelyn Muñoz. 

La bióloga Evelyn Muñoz es parte del equipo que reproduce plantas nativas en el vivero del Jardín Botánico de la UNAM.
La bióloga Evelyn Muñoz es parte del equipo que reproduce plantas nativas en el vivero del Jardín Botánico de la UNAM. Foto: Caro Cox

Desde hace cinco años, Muñoz participa en el programa; se encarga de enseñar a otros lo que, a su vez, ella aprendió de su colega Ivonne Olalde: todo aquello que se requiere para propagar plantas nativas en el invernadero. 

“Buscamos las opciones que pueden dar el mismo desarrollo que las plantas necesitan en su ecosistema, desde las interacciones con animales hasta el clima. Trabajamos principalmente con semillas de especies nativas que podamos introducir en espacios urbanos”, explica. 

Biólogas que realizan su servicio social en el invernadero aprenden sobre los tratamientos que requieren las especies para su germinación.
Biólogas que realizan su servicio social en el invernadero aprenden sobre los tratamientos que requieren las especies para su germinación. Foto: Caro Cox

Entre encinos y jazmines

Alrededor de 60 especies nativas, entre árboles y arbustos, crecen en el invernadero, algunas de ellas son el laurel mexicano, el jazmín, algodoncillo y diversos tipos de agaves. Varias de estas plantas están a la venta en el invernadero del Jardín Botánico de la UNAM.

Entre la variedad de especies nativas que crecen en el jardín botánico, no podían faltar los encinos, como el Quercus deserticola que causó la emoción del tuitero amante de las plantas nativas. 

Y es que estos árboles son grandes representantes de las plantas nativas del país, ya que entre el 30 y 35 % de las variedades de encinos de todo el mundo son originarias de México, de acuerdo con el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM. 

“México es un país megadiverso. Esa frase está en todas las tesis de biología, se repite mucho”, dice entre risas la bióloga Ivonne Olalde. “Y sí, México es un país megadiverso, pero lamentablemente no aprovechamos lo que tenemos”, resalta.

Plantas nativas que se reproducen en el invernadero del Jardín Botánico de la UNAM.
Plantas nativas que se reproducen en el invernadero del Jardín Botánico de la UNAM. Foto Caro Cox.

El apoyo a una misión

Las biólogas que buscan poblar a la Ciudad de México con plantas nativas se enfrentan a varios obstáculos. Uno de ellos es no tener los recursos económicos suficientes para concretar su objetivo.

Para poder obtener esos recursos, el programa realiza la venta de algunas de las plantas nativas que se producen en el Jardín Botánico de la UNAM. Las biólogas, además, realizan proyectos para dependencias gubernamentales. Por ejemplo, han elaborado los inventarios de las especies de flora de la alcaldía Cuauhtémoc, en el municipio de Nezahualcóyotl e, incluso, de los jardines de Palacio Nacional. También asesoran a personas dedicadas al paisajismo en espacios urbanos. 

Otro de los obstáculos que deben sortear es la falta de manos para cuidar las plantas nativas que crecen en el invernadero. Si bien en esta labor participan las personas que acuden como voluntarias al Jardín Botánico de la UNAM, siempre se requiere de sumar a más gente.

“Hay mucho cambio de las personas (voluntarias). Por ejemplo, ayer estaban Lola (Dolores Gonzñalez) y Maribel (Isabel Estévez), que son dos personas jubiladas; no tienen miedo a las tareas y son de nuestras voluntarias más fieles…”, explica la bióloga Ivonne Olalde. 

Árboles y arbustos nativos que se producen en el invernadero del Jardín Botánico de la UNAM.
Árboles y arbustos nativos que se producen en el invernadero del Jardín Botánico de la UNAM. Foto: Caro Cox.

El programa también se apoya en estudiantes de biología, que realizan su servicio social, y alumnos de los Centros de Atención Múltiple (CAM), en donde personas que viven con alguna discapacidad se capacitan en labores de jardinería.

A muchos de los voluntarios, las biólogas Olalde y Muñoz han contagiado su interés por las plantas nativas. Ellas saben que cada una de esas personas hoy propagan la idea de poblar a la Ciudad de México con plantas originarias de este territorio. 

Y así como Emmanuel Von celebró que hayan logrado poner a la venta ejemplares de encino blanco, están seguras que cada vez serán más las personas que buscarán y propagarán plantas nativas en los espacios verdes de la ciudad.