Jesús Israel Moreno Pérez, estudiante de geografía de la UNAM, está desaparecido desde julio de 2011, cuando vacacionaba en la laguna de Chacahua, Oaxaca. Hasta la fecha se desconoce su paradero. Sin embargo, seis meses después de que se perdiera su rastro, en enero de 2012, las autoridades de Oaxaca reportaron su localización sin vida, así como la captura de sus supuestos homicidas y, por lo tanto, la resolución del caso.
Era un montaje: en realidad, Jesús Israel no fue localizado, ni tampoco ninguna evidencia de que hubiera perdido la vida. La versión oficial de su asesinato se sustentó en una supuesta “autopsia verbal” (procedimiento inexistente en la ciencia forense), practicada a un cadáver imaginario, basado en confesiones obtenidas bajo tortura.
“Todo fue una mentira”, recuerda Carlos Moreno, padre del universitario desaparecido, orientada a garantizar impunidad.
El señor Moreno tiene la certeza que los tres detenidos relacionados con el caso fueron torturados, y dos de ellos no tienen nada que ver con la desaparición.
El pasado miércoles 9 de diciembre, el Estado mexicano le ofreció una disculpa pública a la familia de Jesús Israel por las omisiones en la investigación, por medio del subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.
Carlos Moreno, sin embargo, rechazó las disculpas.
—No es nada personal –aclaró el señor Moreno a los funcionarios presentes–, pero mi familia y yo no podemos ni debemos aceptar una disculpa, porque no nos regresa a Israel, y porque tenemos dignidad. Por él, no podemos aceptarla.
Para aceptar las disculpas, el padre de Jesús Israel exigió que antes se establezca un plan científico para la búsqueda de su hijo. Demandó sanciones efectivas contra los policías y funcionarios involucrados en el montaje y en el robo de evidencias. Pidió retirar los cargos contra las personas procesadas, debido a que sus confesiones fueron extraídas bajo tormento. Por último, demandó crear un paquete de becas para estudiantes de geografía, materia que el estudiante desaparecido cursaba a nivel licenciatura, para honrar su memoria.
“En nueve años, las autoridades no han hecho nada orientado a buscar a Israel, todo lo que se ha hecho lo he hecho yo, o se ha logrado porque yo he estado como cuchillito de palo, muele y muele. Y ahora me ofrecen una disculpa, pero yo no la acepto: de qué me sirve una disculpa, lo que yo quiero es que den resultados reales”, añadió Carlos Moreno en entrevista.
En la ceremonia, el subsecretario Encinas pidió disculpas también por las omisiones en las investigaciones y búsquedas de los jóvenes Christian Téllez Padilla (desaparecido en 2010 por policías de Veracruz) y de Víctor Manuel Guajardo (desaparecido por policías estatales de de Coahuila, en 2013), lo cual fue considerado por el mismo funcionario como un “acto trascendental para la reivindicación” de estas tres víctimas.
Discursos vacíos
En los nueve años transcurridos desde la desaparición de Jesús Israel, advierte su padre, se puede armar una lista de irregularidades, todas con la impunidad como resultado.
“Ni una sola diligencia pericial fue realizada oportunamente, todas fueron a destiempo; la causa penal iniciada contra los tres procesados ha pasado por 12 jueces distintos, por lo que cada vez que voy a preguntar, el juez me dice que va llegando, que no sabe nada de mi caso; hace cuatro años se pidió que a los procesados se les practicara el protocolo de Estambul (prueba para dictaminar casos de tortura) y seguimos esperando. Exigimos que la Fiscalía General de la República atraiga el caso, y nos responden que no, que la Fiscalía de Oaxaca está haciendo bien su trabajo”.
Desde un inicio y hasta la fecha, subraya Carlos Moreno, “las acciones del gobierno están orientadas a ocultar sus fallas, no a buscar a Israel”. Pone un ejemplo: en diciembre de 2019, el Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas determinó que, al negarse a investigar adecuadamente la desaparición del estudiante universitario, el Estado mexicano violó el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de la ONU.
Este pacto internacional establece, entre otras cosas, que las naciones firmantes están obligadas a respetar el derecho a la vida, a brindar a sus ciudadanos medios efectivos para la obtención de justicia, y a no incurrir en actos de tortura.
Por estas violaciones al Pacto Internacional, el Comité de Derechos Humanos de la ONU exigió a las autoridades mexicanas iniciar una investigación “pronta, efectiva y exhasutiva, independiente e imparcial, y transparente sobre las circunstancias de la desaparición del señor Moreno Pérez, orientada al establecimiento de la verdad”.
Igualmente, le ordeno localizar y sancionar a los responsables de la desaparición, y en caso de que Jesús Israel hubiese perdido la vida, debe encontrar sus restos.
El Comité de la ONU le dio al Estado mexicano un plazo de 180 días para presentar avances en el cumplimiento de estas exigencias. Pero un año después, ninguna de las resoluciones del Comité ha sido acatada, lamentó el señor Carlos Moreno.
Impunidad cobijada por la política
De hecho, el Congreso de Oaxaca citó a comparecer al fiscal estatal, Rubén Vasconcelos, para que rindiera un informe sobre el cumplimiento de la resolución de la ONU sobre el estudiante desaparecido en el estado, pero en septiembre pasado, diputados de los partidos Morena, PT, Partido Verde y PAN unieron fuerzas y echaron abajo el acuerdo de comparecencia.
Hasta ahora, añade Moreno, por las omisiones en la investigación, y por el montaje para dar por muerto a Jesús Israel, sólo se ha sancionado a seis funcionarios: se les castigó con dos días sin salario. La sanción más alta fue para el médico que inventó la “autopsia verbal”, con dos meses sin salario.
“Acepté que se realizara el acto (de disculpa pública) porque contribuye a visibilizar el caso y lo que hay alrededor. Pero este asunto de la disculpa pública debería reformarse, porque después, las autoridades mexicanas van a querer presentarlo como prueba de que están cumpliendo sus responsabilidades, cuando no es así. Su principal responsabilidad, que es hacer justicia, no la cumplen”.
Por ello, afirma, “con la disculpa el Estado mexicano está curándose en salud. Lo hablé con mi esposa y me dijo: ‘una disculpa no me devuelve a mi hijo’”.