Anfibium: Museo del Ajolote, una obra sin terminar en Chapultepec
Ilustración: René Zubieta.

El Museo del Ajolote debía inaugurarse en diciembre de 2021, pero todavía está en construcción. Entre retrasos y multas, Anfibum es la propuesta del gobierno para el rescate de esta especie. Sin embargo, expertos aseguran que el proyecto no tiene sustento ambiental.

La apertura de Anfibium: Museo del Ajolote y Centro de Conservación de Anfibios, la propuesta del gobierno de la Ciudad de México para rescatar esta especie amenazada, lleva más de seis meses de retraso.

Marina Robles, Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), anunció la creación del museo en conferencia de prensa realizada el 10 de septiembre de 2020. La finalidad de este espacio, aseguró, es construir un humedal artificial que sirva para la reproducción y conservación del ajolote.

Anfibium estará ubicado en la antigua casa de los elefantes del Zoológico de Chapultepec y contará con un humedal para mostrar a esta especie a través de vitrales; además, tendrá un inmueble que será el centro de conservación, según el render del proyecto difundido por el gobierno capitalino. 

La apertura al público estaba planteada para diciembre de 2021, según aseguró Fernando Gual Sill, director de Zoológicos de la CDMX, en una conferencia de prensa el 14 de agosto del año pasado. Aunque en esa ocasión se presentaron los avances del proyecto, como el humedal y la estructura del edificio de conservación, la inauguración no se ha concretado. 

Museo del Ajolote Chapultepec
Anfibium: el Museo del Ajolote y Centro de Conservación en Chapultepec. Foto: Eunice Adorno / Corriente Alterna

Corriente Alterna realizó cinco visitas entre febrero y julio de 2022 y corroboró que la obra aún está en proceso.

Meses después, el mismo Gual Sill declaró a diversos medios de comunicación que el espacio abriría, finalmente, en julio de 2022. No obstante, empleados del lugar aseguran que la obra podría retrasarse tres meses más.

La demora de este proyecto y otras “mejoras” al Zoológico de Chapultepec le ha valido 401 mil pesos en multas a la principal empresa desarrolladora, Arquitectura e Ingeniería Espacial S.A de C.V, según constató este medio a través de solicitudes de información. 

Asimismo, se solicitó una entrevista con funcionarios de la Sedema, pero el área de Comunicación Social respondió que “no se puede dar información del museo hasta que esté abierto”. Cristina Santibáñez, enlace de atención a los visitantes de los zoológicos de la CDMX, confirmó que Anfibium no se ha inaugurado. “Hasta el momento aún no tenemos fecha, no hay detalles que agregar”, señaló vía telefónica.

EL ESTATUS DE ANFIBIUM

Dentro del Zoológico de Chapultepec, tras cruzar el área desértica y los pastizales, se abre un humedal artificial que muestra una vegetación viva, conformada por pastos marinos, árboles de mangle y jazmines azules. En el camino se aprecian tres infografías sobre la importancia de este ecosistema. 

La base de cemento que sostiene el humedal tiene cinco peceras incrustadas que no conectan con éste; una de ellas albergará al ajolote y, el resto, carpas, tilapias y tortugas, especies consideradas invasoras de este hábitat y peligrosas para el protagonista del proyecto. 

Hasta el momento, el único contenedor vacío es el del ajolote. 

Es julio de 2022, medio año más tarde de la fecha en la que Anfibium debía entrar en operación. El edificio que servirá como centro de conservación aún no tiene todas las ventanas y puertas. Al interior se observan trabajadores que martillan y acomodan muebles. La obra no está terminada.

La ejecución debía durar de junio a diciembre de 2021, pero esto no ocurrió. Por ello, la Sedema sancionó en cuatro ocasiones a la empresa desarrolladora con multas que suman, en conjunto, 401 mil 482 pesos. 

La sanción equivale al .4% del monto total del contrato que la dependencia entregó a Arquitectura e Ingeniería Espacial por todas las obras del Zoológico, valuado en 90.6 millones de pesos (IVA incluido). En el contrato, la Sedema estipuló que realizaría visitas periódicas para comprobar el avance de la obra. En caso de que el trabajo no estuviera listo, habría una retención de 5% del costo de esa obra no ejecutada.

Museo del Ajolote del Zoológico de Chapultepec
El humedal es parte de Anfibium, la apuesta del gobierno por conservar a la especie amenazada. Foto: Eunice Adorno / Corriente Alterna

Mientras Anfibum espera para abrir al público, la expectativa y el temor se mantienen en este espacio en el que la administración de Marcelo Ebrad planteó, en 2011, un museo del elefante, una especie que protagonizó varias tragedias por las cuales Chapultepec dejó finalmente de albergar paquidermos (como el sacrificio de un ejemplar, a finales de los años 50, y la muerte de otra elefanta que cayó accidentalmente en una fosa en el año 2009). 

Casi una década después, Claudia Sheinbaum, junto con Fernando Gual, revive la idea de un museo para una especie en peligro de extinción. Entre aumentos presupuestales, retrasos en la obra, poca transparencia del proyecto y la preocupación de especialistas, Anfibium es aún la apuesta fuerte del gobierno capitalino para la conservación de esta especie amenazada.

La importancia del anfibio endémico no sólo reside en su valor cultural sino en sus características genéticas: es un animal con un metabolismo que no envejece y que puede regenerar cualquier parte de su cuerpo. Esas condiciones son las que han abonado a su popularidad y elevado el riesgo de extinción.

LA OPACIDAD DE LA INVERSIÓN 

Desde el inicio, Anfibium ha tenido escasez de información fidedigna. Su origen data de una promesa gubernamental: solventar las afectaciones ambientales provocadas por la construcción del puente vehicular Periférico-Cuemanco, al suroriente de la capital. 

Fue en la conferencia de prensa del 10 de septiembre de 2020 cuando  Sheinbaum anunció dos proyectos a favor de la conservación y reubicación de especies afectadas por esta obra. Prometió crear Anfibium: Museo del Axolote y Centro de Conservación de Anfibios en Chapultepec, además de restaurar la zona e instalar humedales artificiales en Periférico Oriente

“Este es un proyecto de difusión científica que está vinculado con espacios de Xochimilco. El objetivo es fomentar y preservar los humedales y fauna de Xochimilco”, dijo meses después la jefa de Gobierno.

Posteriormente, en la conferencia del 14 de agosto de 2021, Sheinbaum declaró que el proyecto de anfibios formaba parte del Plan Nacional Bosque Chapultepec: Naturaleza y Cultura, la apuesta del gobierno federal para conectar de manera cultural, ambiental y espacial las cuatro secciones del Bosque.

En un principio, el gobierno de la Ciudad de México anunció una inversión de 15 millones de pesos para este proyecto, pero la información más reciente indica que sufrió un incremento. De acuerdo con el boletín del 14 de agosto de 2021 publicado por la Sedema, el presupuesto se elevó a 27.4 millones. Sin embargo, hasta el momento se desconoce la inversión final. 

Anfibium Museo del Ajolote Chapultepec
La obra debía abrir al público desde diciembre de 2021. Foto: Eunice Adorno / Corriente Alterna

Corriente Alterna solicitó vía transparencia los contratos relacionados con la obra. La respuesta se concretó en la entrega del contrato SEDEMA-005-2021-OP, celebrado entre la Secretaría capitalina y la empresa Arquitectura e Ingeniería Espacial S.A. de C.V., para desarrollar la segunda etapa de la rehabilitación del Zoológico de Chapultepec: por 90 millones 695 mil pesos, impuestos incluidos, la empresa realizaría trabajos de albañilería, hidráulicos, de remodelación, entre otros, dentro de este espacio.

En los anexos del contrato se detalla un gasto de 7.7 millones en mobiliario, específicamente, para el museo; este concepto incluye un elevador, instalaciones hidrosanitarias para peceras, sistema de filtración, un estanque, entre otros.

Aunado a ello, la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México reconoció vía transparencia dos contratos por supervisión y control de calidad en los trabajos del Zoológico de Chapultepec, incluyendo el proyecto de Anfibium. Las constructoras Yosondva S.A de C.V. y Desarrollo Sustentable Arro S.A. de C.V. firmaron contratos en 2020 por 873 mil y 26.5 millones de pesos, impuestos incluidos, respectivamente. Ninguna de las tres empresas relacionadas al proyecto cuenta con experiencia en el campo ambiental, según su objeto social.

EL MUSEO SIN EXPERTOS

Horacio Mena, médico veterinario y coordinador de la colonia de Axolotes del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la UNAM, es uno de los pocos que conoce el plan de Anfibium desde su origen. Él, junto a Luis Zambrano —otro reconocido biólogo—, recibió la invitación del director de Zoológicos de la CDMX, Fernando Gual, para participar en el proyecto. Sin embargo, ambos declinaron por considerar que la finalidad no era ayudar a la conservación del hábitat del ajolote.

“En su momento vertimos varias ideas porque había mucha fantasía. El proyecto lo traen arquitectos y diseñadores que no tienen idea de las diferentes especies que quieren introducir. Si no tienen ecosistemas sanos, entonces lo único que tienen es un museo, no un centro de conservación”, critica Mena.

Por ejemplo, la empresa desarrolladora, Arquitectura e Ingeniería Espacial, no tiene experiencia en la realización de obras ambientales. Según su acta constitutiva, su fuerte está en la compra y venta de material para construcción, planeación y ejecución de proyectos arquitectónicos. La empresa ha sido contratada por las alcaldías Cuauhtémoc y Magdalena Contreras para rehabilitación de calles y tuberías. Esto, asegura el biólogo, puede convertirse en un problema para este “ambicioso y delicado proyecto”.

En lo referente al Centro de Conservación, Mena asegura que, aunque instituciones como la Universidad Autónoma de México (UAM) y la UNAM fueron invitadas a ocupar este espacio para sus investigaciones, los científicos de estas casas no aceptarán debido a la delicadeza que requieren estos procesos, los cuales pueden verse alterados por las visitas del público.

Para el veterinario, el objetivo de este museo no es involucrar a la población en el rescate de la especie sino “distraer la visión de las personas interesadas”, guiándolas a este proyecto que “simula ser la cereza y no el pastel de una problemática”. 

Aunado a ello, la mala gestión del Zoológico de Chapultepec en el cuidado del ajolote preocupa a los ambientalistas. A través de transparencia, la Sedema reconoció que de 2013 a febrero de 2022 han muerto 339 ajolotes dentro de este espacio, sin que haya especificado cuántos permanecen vivos. De estos, 296 (87%) murieron por una infección provocada por una bacteria no tratada.

Dolores Chávez, bióloga y exintegrante del Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco, de la UAM Xochimilco, señala que, posiblemente, este tipo de muertes se hubieran evitado con un filtro que mitigara la bacteria en las peceras; el problema es que, para ello, se requeriría contratar personal capacitado.

Con el anuncio del museo en septiembre de 2020, el Zoológico de Chapultepec adquirió tres especies más para el proyecto: ajolotes de Toluca, Lerma y Pátzcuaro. Sólo de 2020 a febrero de 2022, 98 ajolotes murieron; entre ellos, algunos de las nuevas especies adquiridas. 

Tampoco hay certeza sobre los protocolos educativos ambientales que se implementarán en este espacio que, de acuerdo con los especialistas consultados, “son fundamentales para un proyecto como éste”. Sobre todo porque se deben considerar las necesidades de las 18 variantes que se encuentran en peligro de extinción y que estarán Anfibium. 

Interior del Museo del Ajolote Chapultepec
Pese a los avances en la obra, no hay fecha de inauguración ni claridad en las condiciones de cuidados de la especie.
Foto: Eunice Adorno / Corriente Alterna

Corriente Alterna solicitó información sobre estos protocolos al área de Comunicación Social de la Sedema, pero tampoco se obtuvo respuesta.

Si bien se desconocen los protocolos bajo los que operará Anfibium, Gual Sill ha mencionado en entrevista para Imagen y el Sol de México que, “dentro de los planes del Museo se espera que los visitantes participen, observen a estos animales y, quizás, toquen un anfibio”. 

Tamara Blázquez, educadora ambiental, asegura que el contacto físico puede atentar contra el animal emblema del billete de 50 pesos. Tal como ocurrió en el llamado “Ajolotón” del pasado 17 de febrero, donde seis alcaldes de Morena sacaron a 200 especímenes de sus peceras –para manipularlos y fotografiarlos en un evento público– y, posteriormente, los arrojaron a los canales del Parque Ecológico de Xochimilco, una de las zonas más contaminadas de la CDMX.
Blázquez acusa que el proyecto de Sheinbaum en Chapultepec es sólo “una exhibición al estilo greenwashing (una práctica de marketing ‘verde’ destinada a crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica) para que las autoridades, sobre todo la Sedema, se laven las manos”.