Universidrag 2.0 convoca a la libre expresión queer en la UNAM
Al finalizar, las concursantes bailan la canción Let's Have a Kiki, considerada por algunas personas como la “Macarena” de la comunidad LGBT (Foto: Paulina Padilla Suárez).

En un espacio coordinado por estudiantes y la extensión académica de la Facultad de Filosofía y Letras, el pasado  21 de junio, en el foro experimental José Luis Ibáñez se celebró una expresión del arte queer: el drag.

Pero ¿qué es el drag? El drag es un performance que exalta la expresión de géneros; el femenino se identifica como drag queen, el masculino se denomina drag king y el género neutro o androgino se le reconoce como drag queer.

Esta extensión del arte queer implica diversas disciplinas como: la música , la danza, la declamación y, sobre todo, el expresionismo teatral, que incluye caracterizaciones de maquillaje y peinado exorbitantes.

En nuestros días, el origen del drag sigue a debate. Mucho de su influencia se le atribuye al teatro de la antigua Grecia, como representaciones con el uso de máscaras y las expresiones faciales profundamente marcadas. 

Por otro lado, se le reconoce también como influencia al Burlesque Victoriano, un género teatral popular que resaltaba los temas políticos y sociales a través de la parodia, la comedia y la ridiculización de estereotipos. 

El drag ha sido parte de la expresión de colectivos de la comunidad LGBTQ+ y comúnmente se le identifica con la vida nocturna; sin embargo, es un arte que busca abrirse espacio en diferentes espacios y puede ser representado sin importar la edad o el género. 

Sair Suárez, estudiante de literatura dramática y teatro, es el productor y presentador de Universidrag 2.0, un concurso que comenzó en 2023 y que este año reunió a 15 participantes de diferentes carreras de la UNAM para presentar el mejor Show Drag. 

Universidrag es un sueño y el resultado de mucho trabajo para Sair o Sair Inventada: “Siempre he buscado que el drag salga del antro y que tenga otros espacios de representación porque es un arte que el mundo necesita conocer”. 

Del 10 al 21 de junio se realizaron los ensayos, la semifinal y la final, con un jurado de tres personalidades del drag, que evaluaron: atuendo, maquillaje e historia del espectáculo que presentó cada participante. 

Metal, pop, danza folklórica y música regional mexicana fueron parte de las presentaciones. Para Saya Bolt, estudiante de Historia en FES Acatlán, y quien practica 8 tipos de danza, el drag es una expresión que se tiene que elevar hasta el arte, ya que requiere disciplina: “Para mi el drag me dio seguridad, me dio un abrazo a mi feminidad y me hizo ser la persona de la que estoy orgullosa de ser”. 

El espectáculo de Turmalina Black, estudiante de Geografía y finalista de la competencia, incluyó reflexiones como la siguiente: “Toda mi vida, la sociedad me ha exigido que actúe o encaje en ciertos estereotipos o que si decido ser bailarín, actué varonil o heteronormado para no dar otra impresión. Pero hoy elijo no solo ser un bailarín heteronormado, hoy elijo  explorar, hoy elijo ser fuerte y no dejar que la sociedad ni sus reglas para encajar, hoy elijo ser drag queen”.

En Universidrag los shows mostraron temas como el cambio climático, el cuidado de las infancias, la discriminación e  incluso lemas como “el barrio no es moda” y “el drag tambien está en el barrio”.

RK Ultra, que estudia Planificación para el Desarrollo Agropecuario, presentó un show inspirado en el Barrio de Santo Domingo Coyoacán: “Mi proyecto nació en los sonideros, el drag representa evolución, aceptación a mi mismo; he avanzado y he aprendido a no ser heteronormado”. También resaltó la existencia del drag en lugares impensables por prejuicios sociales.

El drag muestra en cada espectáculo, maquillaje y vestimenta una manera de autoconocimiento. Así lo relata Afrodita, estudiante de la facultad de Química, y finalista de la competencia: “el drag me ha ayudado a encontrar y superar miedos que no sabía que tenía. Crean en sí mismos; pueden lograr cosas que no se imaginan con su red de apoyo”. 

Por ser un arte amplio y sin restricciones, el drag es naturalmente político y contestatario, así lo definió Lux Estrafalaria, estudiante de la Facultad de Psicología, quien además resaltó los estigmas que aún se viven dentro de la comunidad LGBTQ+. 

“Nacimos siendo perseguidos, pero también excedidos por nuestra naturaleza, amorosa colorida y transparente. Existimos y dejar de resistir es nuestro objetivo. Soñamos y soñamos alto por justicia por pertenencia y por la humanidad arrebatada”, reflexionó Lux.

Universidrag 2.0 logró un aforo lleno, con largas filas para entrar al Foro Experimental Jose Luis Ibañez.

La Sanchez, reina de la primera edición, destacó la importancia de estos espacios: “esperemos que se abran más espacios como este en el que haya comprensión, amor y cero discriminación hacia las personas LGBTQ+”.

Tanto el jurado, del que ella fue parte, como las votaciones del público en internet, dieron el triunfo a Isilari, de 21 años y estudiante de la Facultad de Artes y Diseño, que fue nombrada reina de Universidrag 2.0. 
Saya, otra de las participantes, se despidió del certamen con una invitación: “Yo con este show les motivo a que encuentren su chispa, ya que es el motivo para salir de la cama todas las mañanas”.

15 concursantes, entre abanicos, danzas y colores, buscan ser la nueva reina de Universidrag 2.0 (Foto: Paulina Padilla Suárez).