Deporte adaptado: atletas que no se dejan limitar

Jesús Calero tiene 20 años, una discapacidad motriz y una determinación forjada desde la infancia. Cuando era niño, recuerda, era al último que elegían para realizar una actividad física o integrarse a un equipo. Ahí aprendió que son otros quienes le ponen límites, no él. Ahora forma parte del equipo de paratletismo de la Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM

“Por vernos en una silla de ruedas, en muletas, sin un brazo o sin una pierna, nos excluyen de ciertas actividades sin siquiera dejarnos intentarlas. Por ejemplo, por mi discapacidad, en la primaria y secundaria, era el último al que elegían para ciertos juegos, deportes o trabajos en equipo”, cuenta Jesús Calero, durante una pausa en sus entrenamientos de lanzamiento de bala, el deporte en el que se ha especializado.  

Calero estudia la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. “Si yo quiero nadar, nado. Si yo quiero jugar futbol, yo juego futbol. Si yo quiero saltar del paracaídas, lo hago. Es una felicidad bastante grande el poder siempre cumplir mis sueños, no solamente deportivos”.

Jesús Calero practica el paratletismo, en su modalidad de lanzamiento de disco. Foto: DGDU
Jesús Calero practica el paratletismo, en su modalidad de lanzamiento de disco. Foto: DGDU

Durante su entrenamiento, en las instalaciones de la Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria, al sur de la Ciudad de México, Calero porta el uniforme de la Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM: la camiseta es azul marino; del lado izquierdo, a la altura del corazón, lleva las letras D y A, siglas del término “Deporte Adaptado”, expresión que se refiere a las actividades físicas que son modificadas con el  fin de que las personas con discapacidad también las puedan realizar. 

La camiseta también tiene el número 50. Esos son los años que lleva activa la Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM que, actualmente, se integra por poco más de 70 personas, entre deportistas y cuerpo directivo.

Leonardo Saldívar, Jesús Calero y Axel Chavarría, atletas que forman parte de la Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM. Foto: Victor Rivera 

Cinco décadas de impulsar el deporte adaptado

La historia de la Asociación de Deporte Adaptado comenzó el 6 de julio de 1974, cuando Alejandro Cadaval Torres, entonces al frente de la Dirección General de Deporte Universitario, y Eleazar Hernández Díaz, profesor de la universidad, fundaron la Asociación de Deporte para Silla de Ruedas de la UNAM, primer nombre que tuvo la organización. 

En ese entonces, los deportes que podían practicar los integrantes de la asociación eran atletismo, tiro con arco, natación, tiro de dardos, pentatlón, básquetbol, tenis de mesa y levantamiento de pesas.

Alejandrina Zamora, expresidenta de la Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM, deportista con una discapacidad motora y entrenadora, ha recuperado parte de la historia de la organización; destaca que en ese entonces, el básquetbol era uno de los equipos que convocaba a más personas: había casi cien inscritas. “No todos eran estudiantes, sino que aquí se acomodaban miembros del instituto de rehabilitación…para realizar actividades físicas”.

Aun así, todos los equipos de la asociación representaban a la universidad en cualquier competencia. La primera vez que lo hicieron fue en los Quintos Juegos Nacionales en Silla de Ruedas, realizados en 1977.

Para 2017, tras 43 años de existencia, la asociación tuvo varios cambios. Primero, se oficializó su nuevo nombre: Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM. Después, modificó su estructura administrativa y, por último, incluyeron nuevas disciplinas para practicar, pues reconocieron que al limitarse a las personas con sillas de ruedas estaban dejando afuera múltiples tipos de discapacidad.

Alejandrina Zamora, expresidenta de la asociación y una de las entrenadoras. Foto: Victor Rivera  

Hoy en día, la asociación sólo recibe a estudiantes de la UNAM y los deportes que ofrece se dividen en dos categorías: para discapacidad visual y para discapacidad motriz, intelectual y parálisis cerebral. El primer grupo practica futbol 5, goalball, paranatación y paratletismo; mientras que el segundo realiza básquetbol, paranatación, paratletismo, paratenis de cancha, paratenis de mesa, paracanotaje, paratiro con arco y paradanza deportiva.

Sus instalaciones y materiales también se han modernizado, pues han pasado de compartir un gimnasio con equipos de personas sin discapacidad a tener, desde hace tres años, una sede  exclusiva, ubicada a un lado de la Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria, en la Ciudad de México.  

Un espacio de inclusión

Axel Chavarría es uno de  los deportistas inscritos en la asociación. Tiene una discapacidad motora y práctica paratletismo de campo y pista desde 2022. Para él, el deporte adaptado le ha brindado “un lugar seguro; una segunda familia (…) Es donde puedo olvidarme de todo el mundo exterior y también tener un progreso personal a través del ejercicio, de la convivencia con mis compañeros, con mis entrenadores”. 

Axel Chavarria entrenando junto a uno de sus compañeros de paratletismo. Foto: DGDU

Leonardo Saldívar también está inscrito en la disciplina de paratletismo, en la categoría de prueba en 100, 200 y 400 metros y salto de longitud. Hace siete años, conoció el deporte adaptado, estudiaba el nivel medio superior en un Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) y por su discapacidad motora le indicaron que podía ejercitarse en la asociación. Hoy está cerca de finalizar la licenciatura en Informática, pero está lejos de abandonar el deporte. 

El gusto de Saldivar por el atletismo llegó para quedarse, aún y después de haber practicado natación, kick boxing, box, patinaje de velocidad y clavados. Prueba de ello es su marca personal en los 100 metros, que estima en 13 segundos y espera pulir a 12 segundos. 

Saldivar lamenta tener que mencionar sus resultados para que “tomen en serio” su disciplina. Él menciona que uno de los prejuicios que existen sobre el deporte adaptado, y en general sobre las discapacidades, es que no se valoran en su justa dimensión sus logros. 

Leonardo Saldívar se relaja después de entrenar. Foto: Victor Rivera 

“Pareciera que porque tienes discapacidad, creen que los profesores nos pasan más fácil o te cuesta menos trabajo. A veces nos ha costado más años hacerlo”, menciona Alejandrina Zamora. Y resalta que es muy común que no se le de la suficiente importancia al deporte adaptado, por creer que las personas con discapacidad obtienen todo más sencillo: medallas, calificaciones y otros logros. 

Alejandrina Zamora considera que falta visibilizar más a las personas con discapacidad, “porque seguimos etiquetando, fragmentando. Yo creo que desvalorizamos mucho el esfuerzo de las personas con discapacidad, en todos los sentidos”.

La marca que rompió barreras

Para Jesús Calero, el deporte adaptado ha sido una fuente de bienestar que lo ha ayudado a sentirse mejor consigo mismo, a darse cuenta que él puede ser y hacer lo que quiera. El ser una persona en silla de ruedas no le impide volver realidad sus sueños. 

El atleta recuerda el torneo en el que rompió su marca personal en lanzamiento de disco, que era aproximadamente de 14 metros. Fue en el año 2023, eran dos días de competencia. En el primero no logró llegar a los 14 metros, pero en el segundo, las cosas cambiaron: consiguió un lanzamiento de poco más de 18 metros. 

Hasta ahora, Calero no olvida las palabras que le dijo una de las juezas: “¡Felicidades! Grita, llora, haz lo que a ti te apetezca o lo que te haga sentirte bien y realizado”. Sus colegas atletas también lo felicitaron, en aquel momento vivió el “verdadero espíritu deportivo”.

No ha vuelto a igualar la distancia del tiro de aquella vez, pero entrena casi a diario para poder alcanzar su propio récord e, incluso, superarlo.

Jesús Calero entrena en las instalaciones de la Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM. Foto: DGDU

La asociación en el futuro

En medio siglo de existencia, la Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM ha enfrentado varios  retos, desde luchar en contra de  los estigmas o lidiar con la poca difusión que tiene el deporte adaptado en México. 

“Aunque son 50 años, nos falta fuerza”, explica Alejandrina Zamora, quien es muy enfática en resaltar que su mayor reto está en que más personas —sobre todo los propios estudiantes de la UNAM— conozcan de la existencia de la asociación. 

Algunos  deportistas de la asociación buscan que se les incluya en los Juegos Universitarios, realizados año con año en los complejos deportivos de la UNAM, no sólo para adquirir experiencia y fomentar la inclusión, sino también para que las personas conozcan a los equipos que forman parte del deporte adaptado. 

Axel Chavarría invita a que más alumnos de la UNAM, que viven con alguna  discapacidad se den la oportunidad de ingresar a “una comunidad que está completamente dispuesta a apoyarlos”. Al final del día buscamos ser una familia y necesitamos que crezca. Es importante que, así como unos vayan saliendo, otros vayan llegando”. 

Jesús Calero menciona que la inclusión de las personas con discapacidad no sólo se debe quedar en tener un equipo de deporte adaptado en la UNAM. Para el atleta es vital que la universidad cuente con infraestructura en buenas condiciones que pueda servir para el uso de todos. “Sería un conjunto de todo para que se pueda vivir en una mejor sociedad”.

Leonardo Saldívar, Jesús Calero y Axel Chavarria, deportistas orgullosamente Pumas. Foto: Victor Rivera