En 2016, el Comité Olímpico Internacional reconoció la patineta como un deporte olímpico. El interés por el skateboarding ha crecido desde entonces tanto en el público como en las instituciones. Han sorprendido, particularmente, las mujeres que practican esta disciplina, sobre todo las más pequeñas: las morras en patineta. Si bien la patineta contaba ya con sus propios circuitos, concursos internacionales y figuras heroicas, se trataba de una práctica eminentemente masculina. La nueva oleada de mujeres jóvenes, muchas de ella casi niñas, llegó a los Juegos Olímpicos a demostrar que las mujeres son capaces de hacer piruetas tan complejas y “volar” tan alto como cualquier varón.
Figuras como Momiji Nishiya quien ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokyo a los 13 años la australiana Arisa Trew –también de 13–, o la brasileña Rayssa Leal con 15 años cumplidos son ya fuente de inspiración para miles de niñas y adolescentes alrededor del mundo.
En México, la profesionalización del deporte atraviesa más de una traba. De ser una práctica ligada a un nicho, relacionada más con la contracultura, hoy la Comisión Nacional del Deporte (Conade) destina recursos públicos para equipar y entrenar competidoras y competidores. Entre 2019 y 2023, más de 26 millones 400 mil pesos fueron destinados a la Federación Mexicana de Patines Sobre Ruedas, que se encarga del patinaje artístico, patinaje de velocidad, hockey y skateboarding.
A pesar de esto, muchos y muchas patinadoras aseguran no contar con un acompañamiento adecuado de la Federación ni de la Conade para competir a nivel profesional. Por eso, muchas de estas mujeres patinadoras prefieren buscar o construir otros espacios que sean seguros para ellas: que privilegien el cuidado en un deporte de riesgo, que no exista acoso en los lugares deportivos, que el entrenamiento busque estar a altura del skateboarding internacional.
Estas son las voces de Verónica Zamudio, Greibi Espinosa, Bona Nájera y Renata Ruiz: cuatro morras en patineta que, desde distintas ciudades de México, buscan profesionalizar el skateboarding local así sea necesario hacerlo sin el apoyo de las instituciones, como las skaters lo han hecho siempre.