El regreso escalonado a las actividades marca la necesidad de un sistema público de cuidados para que el trabajo no remunerado no recaiga en las mujeres.
A las dificultades por la crisis económica y al mayor riesgo de sufrir agresiones, las mujeres mexicanas suman otra afectación derivada de la pandemia: el desigual reparto de las labores en el hogar.
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