Jornadas de búsqueda: acompañar y comer en comunidad
Altar colocado en la entrada del Albergue Alpino Ajusco en honor a personas desaparecidas en México. (Foto: Adrián Alfaya)

“Soy estudiante de antropología física, y aunque no soy forense, si tengo los conocimientos para poder apoyar a las familias, lo haré”, dice Pao, que se sumó a la Jornada Regional de Búsqueda Ajusco realizada en mayo pasado.

La iniciativa fue convocada por las familias del Colectivo Una Luz en el Camino para encontrar acompañamiento de la sociedad civil, periodistas, y profesionales en la identificación de restos óseos y rastros de personas no identificadas.

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), hasta junio de 2025 hay más de 119,062 personas desaparecidas en México. Sin embargo, familias han denunciado que la cifra puede no ser precisa.

A finales de 2023, el gobierno dio a conocer cambios en el RNPDNO que se tradujeron en la disminución del número de personas desaparecidas en México. Colectivos denunciaron que sus familiares habían sido eliminados del censo, a pesar de que aún no se les localizó.

En colaboración con la organización Data Cívica, pusieron a disposición la herramienta Volver a Desaparecer, donde se pueden buscar los nombres que ya no aparecían en la lista de diciembre-enero.

Diversos colectivos han emprendido iniciativas como la Jornada de Búsqueda Ajusco para que personas solidarias se sumen a ñas tareas de rastreo de personas desaparecidas.

Estudiantes como Pao, que cursa el sexto semestre de la licenciatura, se han sumado para aplicar los conocimientos adquiridos en sus clases en apoyo a las familias. Estudiantes de antropología física, psicología y comunicación se suman con madres, padres y familiares y cargan picos y palas para escarbar la tierra.

Mientras se llevaba a cabo la búsqueda, en la cocina del Albergue Alpino Ajusco la señora Claudia Sanroman y su esposo calentaban y preparaban los alimentos para recibir a las personas en su regreso.

Ambos buscan a Reyna Karina, su hija, desaparecida desde 2012 en el Estado de México. Tejiendo su pasión por “cocinar con el amor”, esperan con sus guisados para, dicen, “apapachar a quienes se suman a la brigada”.

Aquí un recorrido fotográfico de quienes luchan día con día por seguir las huellas de sus seres queridos hasta encontrarlos.