Arath Aguilar escuchó por primera vez sobre “PrEP” cuando se acercó a la Fundación Unidos por un México Vivo. Eso fue en 2019. Tenía 16 años. Los integrantes de la organización no gubernamental le aclararon que no es una vacuna ni una “cura”.
El entonces estudiante del CCH-Oriente supo que PrEP es el acrónimo de “Profilaxis Pre-exposición”, término médico usado para referirse a un tratamiento que, si se toma en forma correcta, permite reducir en más del 90% el riesgo de adquirir el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), causante del síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
Cuando Arath conoció lo que era PrEP, en la Clínica Especializada Condesa de la Ciudad de México, se realizaba un programa piloto para comenzar a distribuir este método de prevención. Decidió sumarse al programa.
“Desde mi adolescencia, comencé a vivir experiencias sexuales de forma muy constante y muy diversa. De alguna forma me sentía vulnerable, si no tenía protección más allá de un preservativo”, recuerda.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsa la PrEP como una estrategia de prevención del VIH, a partir del 2014. Dos años después, Noruega se convirtió en el primer país en dispensarla de forma gratuita.

En México, desde diciembre de 2020 las unidades médicas de segundo nivel del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) comenzaron su distribución. Desde 2024, ya se lo hacen también en las Unidades Médicas Familiares del IMSS.
De acuerdo con datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH, durante 2024, al menos 18,895 personas fueron diagnosticadas como portadoras del VIH en México. Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2025, la cifra llegó a 14,099 personas.
Estrategias para prevenir
La PrEP que se distribuye en México es la oral. Este método de prevención tiene dos esquemas de administración. El primero consiste en ingerir una pastilla diaria, alcanzando su mayor grado de efectividad después de siete días, explica en entrevista Israel Macías, Coordinador de Prevención PrEP de la Clínica Especializada Condesa.
El segundo esquema es por evento y consiste en tomar dos pastillas al mismo tiempo, al menos dos horas antes de un encuentro sexual, y una pastilla diaria durante los dos días posteriores.
En la página de internet de la clínica también se advierte que si no existe riesgo de exposición, la PrEP puede suspenderse, aunque recomiendan que se continúe tomando durante al menos siete días después de la última práctica de riesgo.
Los especialistas remarcan que la PrEP es una estrategia muy eficaz para prevenir el VIH, pero sólo si se utiliza de manera adecuada, con acompañamiento especializado e incorporado otros métodos de prevención, como el condón. La PrEP sólo protege del VIH pero no de otras infecciones de transmisión sexual (ITS), por lo que tener sexo bareback (sin preservativo) sigue siendo un riesgo.

Consejería, elemento vital
Arath Aguilar tiene seis años como usuario regular de la PrEP. En ocasiones ha suspendido su uso, pero lo retoma porque la considera una medida eficaz para la prevención del VIH.
Hasta ahora, no ha padecido ningún efecto secundario relacionado con el uso de la PrEP, pero las guías del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida (CENSIDA) advierten que puede ocasionar efectos secundarios leves como náuseas, dolor de cabeza y diarrea durante los primeros días. A los usuarios, los especialistas de la Clínica Especializada Condesa les aconsejan someterse a una prueba trimestral para evaluar la función renal.
Jorge Bernal, director de programas y servicios de la Fundación Unidos por un México Vivo, fue una de las primeras personas en el país en estudiar los efectos del uso de la PrEP, con el fin de que se convirtiera en política de salud pública y cualquier persona pudiera acceder a la profilaxis. En 2018, recuerda, comenzó el Proyecto ImPrEP, un estudio conjunto en el que participaron especialistas de México, Perú y Brasil.
En entrevista Bernal advierte que, por sí misma, la PrEP no es la solución en el combate a la epidemia del VIH. Enfatiza que es sólo una estrategia de prevención y, en este sentido, el acompañamiento especializado es esencial para quienes se encuentran en el programa se adhieran a él y quienes no lo conocen se puedan involucrar.
Es por ello que los especialistas propusieron la creación de los servicios de consejería, en donde personal médico, personas usuarias de la profilaxis o que viven con VIH orientan a solicitantes de la PrEP.

En un mundo marcado por el estigma a la sexualidad y la discriminación hacia quienes viven con VIH, Bernal describe a la consejería como una labor esencial para la estrategia de prevención: “La consejería vuelve de esta una estrategia realmente eficaz para no sólo dispensar el medicamento, sino también para fortalecer una mejor toma de decisiones”.
Una de las principales labores de la consejería es informar a las personas cómo ingerir el medicamento. Además, ayudan a sostener emocionalmente, adecuándose a las necesidades de cada persona, entre ellas, jóvenes que inician su vida sexual entre el desconocimiento, la desinformación y el estigma.
Alaín Pinzón, presidente de VIHve Libre, señala que la consejería es el primer paso que emprenden con las personas que acuden a esta organización: “Hacemos una intervención comunitaria, en donde se les canaliza con consejería una vez que tienen su prueba negativa a VIH menor a un mes”, explica.
Este es el procedimiento que suelen seguir las organizaciones e instituciones especializadas en la prevención de VIH y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).
Adolescentes, población prioritaria
Pinzón advierte que la epidemia del VIH se encuentra evolucionando, por lo que constantemente debe estudiarse. Una de las preocupaciones del activista es el aumento de prácticas de riesgo como el “chemsex”, término que se refiere al uso de drogas para incrementar el placer sexual.
El activista de VIHve Libre señala que el consumo de drogas y en especial las metanfetaminas, conocidas coloquialmente como cristal, se ha colocado como una práctica de riesgo en el tema del VIH, pues “compromete la adherencia al tratamiento y relaja la prevención, tanto para quienes viven con VIH y se encuentran con un soporte de vida (con tratamientos antirretrovirales), como para quienes se encuentran en PrEP”.
El incremento del uso de sustancias sintéticas ha complejizando aún más la intervención de las instituciones de salud y organizaciones civiles para prevenir el VIH, particularmente en jóvenes y adolescentes. De acuerdo con el Informe sobre la Situación de la salud mental y consumo de sustancias en México 2024, el consumo de drogas comienza, en promedio, a los 15 años.

En la Guía de Consejería Especializada de la Clínica Condesa se destaca que las y los adolescentes son una población prioritaria al momento de evaluar su viabilidad para el uso de la PrEP, de modo que pueden ingresar a consulta sin la compañía de un tutor legal.
Afuera de la Clínica Condesa, la situación puede ser muy diferente. Pinzón menciona que a los adolescentes “muchas veces no les quieren dar ni siquiera condones en los servicios de salud o atenderles sin la presencia de su tutor”.
Mario Gómez, médico epidemiólogo de Clínica Condesa, compartió con Corriente Alterna una ficha informativa con cifras sobre la implementación de la PrEP: entre enero y junio de 2025, a 11,673 personas accedieron a este método de prevención en la Clínica Condesa, 287 de ellas eran adolescentes.
Macías menciona que, de acuerdo con su percepción, quienes buscan acceder a la PrEP en la Clínica Condesa, son mayores de 30 años. “Lo atribuyo a las facilidades y recursos que tienen los adultos, a diferencia de jóvenes y adolescentes”.
La Clínica Condesa también cuenta con un apartado en la aplicación de la Ciudad de México, la cual permite que desde su celular, las personas puedan presentar su prueba de VIH negativa, con fecha menor a un mes, junto con su INE y obtener su receta con la que se les suministrará la PrEP.
“Hay muchas mejoras que hacerle a la aplicación. Además, existen limitaciones legales por las cuales sólo mayores de edad pueden recurrir a esta herramienta. Aun así ha sido una forma de acercarnos más a los jóvenes”, señala Macías.

Atención especializada, una necesidad
En junio de 2025, el IMSS y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) firmaron un convenio de colaboración para facilitar a la comunidad universitaria el acceso a la PrEP y PEP. Este último es la profilaxis post-exposición o PEP, un tratamiento que se utiliza después de una situación de riesgo, por ejemplo, accidentes con agujas usadas, relaciones sexuales sin métodos de barrera o violencia sexual.
Si bien todos los estudiantes de la UNAM, como cualquier otro derechohabiente del IMSS, pueden solicitar acceso al PrEP y PEP en cualquier unidad médica familiar del instituto, la intención del convenio es tener un módulo especializado cerca de Ciudad Universitaria.
El Hospital General de Zona Médica Familiar No. 8 del IMSS se ubica en Avenida Río Magdalena 289, Colonia Tizapán San Ángel, en la alcaldía Álvaro Obregón. Es una instalación enorme de escaleras, elevadores, y sobre todo, rampas. Al final de una de esas pendientes, se ubica un pequeño cubículo identificado como el “Consultorio del Viajero”. Ahí es donde se da la atención a quien acude a solicitar la PrEP o PEP.
Después de proporcionar el Número de Seguridad Social, el personal explicó que no hay un especialista médico destinado sólo al consultorio, sino que atiende quien en ese momento tenga disponibilidad.
El personal de la clínica fue amable durante el proceso, sin embargo, el espacio no parece estar especializado en la prevención del VIH.
Durante la breve consulta, mientras el personal médico pedía los datos del solicitante y realizaba una prueba rápida de detección de VIH y sífilis, dos personas entraron al lugar sin motivo aparente. Las conversaciones del consultorio vecino se escuchaban. Ahí no había lugar para la confidencialidad.
En el transcurso de la consulta, la doctora mencionó que en caso de haber estado expuesto a una situación de riesgo y solicitar la PEP, el próximo paso era asistir al área de urgencias del lugar. Ahí, el personal informó que el inventario del que disponen es muy limitado, por lo que el tratamiento se reserva a personas que están cerca de las 72 horas límite para ingerir el medicamento.
Al no cumplir con ese requisito, recomendaron que el tratamiento se solicitara en la Unidad Médica Familiar asignada. En Clínica Condesa también se da el PEP a personas que hayan tenido un encuentro sexual de riesgo.
De acuerdo con el Boletín de Atención Integral de las Personas que Viven con VIH, de CENSIDA, 18,515 personas solicitaron PrEP en el sistema de salud pública de todo el país entre enero de 2023 y junio de 2024.
En septiembre de 2024, Animal Político publicó una nota donde resaltó que el 52.7% de los tratamientos para prevenir el VIH se entregaron en la Ciudad de México, más de la mitad de ellos fueron suministrados por organizaciones civiles, no por instituciones de salud.
En Jalisco, el Consejo Estatal para la Prevención del Sida, también se otorga este tratamiento en forma gratuita, pero aún es lejano que se distribuya equitativamente en todo el país y su compra en farmacias particulares oscila los 2 mil pesos el frasco de 28 pastillas.