La última vez que México levantó una encuesta para conocer a las personas usuarias de sustancias psicoactivas fue en 2015. Se trató de la Encuesta Nacional de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) 2016-2017. Después de seis años, dichos datos están desactualizados. Frente a esto, surge un esfuerzo internacional independiente que busca llenar un poco el vacío de información en países como México: la Encuesta Global de Drogas (GDS por sus siglas en inglés).
–Para el gobierno la prevención es más importante –explica en entrevista Zara Snapp, cofundadora del Instituto RIA, una organización de investigación e incidencia en políticas públicas y una de las organizaciones que impulsan la Encuesta Global de Drogas–. Saber qué opinan las personas que usan drogas no es prioridad para las autoridades; los usuarios han sido relegados a ‘delincuentes’ o ‘enfermos’.
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En entrevista con Corriente Alterna, Liliana Agustín Sánchez, analista de datos gubernamentales y directora del Observatorio Juvenil, explica que los datos estadísticos sobre los usuarios de drogas pueden “contextualizar y contar una historia sustentada: nos dan el diagnóstico y el panorama de cómo andamos”.
En la Encodat, por ejemplo, fue posible conocer que la marihuana es la sustancia ilegalizada que más consume la población entre 12 y 65 años. También reveló que la edad de inicio para el consumo de alcohol entre hombres ronda los 17 años; esto epresenta el 61.5% de la población consumidora de alcohol masculina. Mientras tanto, las mujeres comienzan su consumo entre los 18 y los 25 años de edad, con un 47.1%.
Una encuesta con enfoque de derechos
El panorama en México en materia de drogas no es alentador. Este año, ocupó el lugar 26 de 30 países evaluados por la primera edición del Índice Global de Políticas Sobre Drogas 2021, publicado en noviembre. Sólo Kenia, Indonesia, Uganda y Brasil están por debajo. El Índice evalúa también las políticas públicas sobre el tema y asigna una puntuación de acuerdo con ejes como salud, desarrollo y derechos humanos. Se trata de ir más allá de los indicadores tradicionales que priorizan el número de personas arrestadas, incautaciones de drogas y erradicación de plantíos.
Liliana Agustín coincide con Snapp en que una de las problemáticas principales que ha tenido el gobierno mexicano es que no tiene como prioridad conocer a la población usuaria.
No obstante, en 2019, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), suspendió un censo y 13 encuestas. Entre ellas, se encontraba la Encuesta Nacional de Consumidores de Sustancias Psicotrópicas (Ecosup).
El motivo de la suspensión fue la reducción a 12 mil 129 millones de pesos para la realización de sus operaciones, estipulado en el Presupuesto de Egresos de la Federación de ese año; 5 mil millones menos del presupuesto solicitado, según mencionó el director del instituto, Julio Santaella Castell, en conferencia de prensa.
Al día de hoy no es posible saber cuándo se levantará una encuesta similar; de no hacerlo para 2022, México estaría incumpliendo la recomendación de levantar datos cada tres o cinco años emitida por la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), de la cual es miembro.
Soluciones posibles y la Encuesta Global de Drogas
Una de las soluciones que planta Zara Snapp es “gastar para hacer una Encodat cada cinco años o integrar preguntas que son relevantes y parecidas a las preguntas de la Encodat en el Censo y en las encuestas que levanta el Inegi”, tal como lo hizo con la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (Encuci) 2020, la cual integró una pregunta para medir la percepción poblacional sobre las personas usuarias de marihuana.
Pero diversas organizaciones de la sociedad civil internacional proponen una solución alternativa: la Encuesta Global de Drogas.
Lanzada el pasado 22 de noviembre, la Encuesta es un esfuerzo independiente con sede en Londres; cada año busca conocer tendencias de consumo de las personas usuarias en los países participantes. Este año es la décima edición a nivel mundial. Pero la participación de México se concretó hace apenas cinco años con el Instituto RIA. Con el tiempo se han ido sumando otras organizaciones como ReverdeSer Colectivo, la coalición Regulación por la Paz y el Programa de Política de Drogas (PPD) del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
La encuesta, según se lee en la página web (y donde es posible realizarla), pretende otorgar información no sólo para la población en general. El objetivo es llegar a las personas que toman decisiones; incidir en la políticas públicas y lograr que se contemplen las condiciones reales de las y los consumidores.
–A través de esta encuesta, buscamos mostrar otra cara del consumo de sustancias en México. Así se podrán promover políticas basadas en las personas y en los derechos humanos de las personas que usamos drogas –detalla Zara Snapp.
Existe, sin embargo, un obstáculo: al ser una encuesta online, no todas las personas tienen acceso a un dispositivo móvil o computadora, internet y tiempo –lleva alrededor de media hora realizarlo, dependiendo las sustancias consumidas en el último año–. Por esta razón, sólo es posible conocer las tendencias de consumo y no el porcentaje de la población que consume.
El año pasado, México contó con alrededor de mil 200 participantes; este año se busca aumentar la participación para obtener datos más precisos. Liliana Agustín señala una diferencia respecto a las otras encuestas mexicanas: la GDS amplía la lista de sustancias consumidas. De esta forma, es posible conocer las prácticas en torno a drogas emergentes y sus contextos de uso, sobre todo durante la pandemia por COVID-19.
A su vez, su autoaplicación y la formulación de las preguntas evitan la estereotipación y los prejuicios. Para la experta en datos esto último es uno de los errores más grandes de las encuestas aplicadas en el país:
–A pesar de que todas [las encuestas] son confidenciales, en un país donde usar drogas está criminalizado, la manera en cómo te preguntan, como usuario hasta te sientes violentado –explicó.
–Hay una reticencia de hablar de cualquier consumo –secunda Zara Snapp–. Nosotros esperamos que con una encuesta impulsada desde la sociedad civil donde el gobierno no está tras los datos, más personas se animen a responder. Es nuestra oportunidad como mexicanas y mexicanos de revertir los estereotipos que nos han impuesto, desde la sociedad y desde el gobierno, sobre quiénes somos.
El último día para responder la encuesta era el 31 de diciembre pasado; sin embargo , el Instituto RIA extendió una prórroga de un mes, así que el último día para responderla será el 31 de enero de 2022. La meta es que, al menos, un millón de personas de todo el mundo participen en ella.