De juguetes abandonados a herramientas musicales
(Ilustración: Cecilia Falcón)

Entre huacales, lonas y personas gritando precios de conveniencia, en los tianguis se puede encontrar cualquier cosa, desde piezas para lavadoras viejas hasta una muñeca sin brazos que, con un poco de imaginación, pueden convertirse en herramientas de experimentación sonora.

Carlos Bergen junto a Moisés Méndez son músicos y artistas que se sumergen al mundo del circuit bending y la reutilización en su taller Arte Sonoro con Juguetes Circuit Bending, impartido en la Unidad de Vinculación Artística (UVA) Tlatelolco de la UNAM. Aquí ambos invitan a la comunidad universitaria y externa a explorar el sonido desde lo lúdico, lo experimental y lo reciclado.

“Me gusta darle una segunda vida a las cosas y al mismo tiempo también tenemos muchos de los desechos tecnológicos de estos tiempos y que cada vez generamos más. Realmente existe todo este material que en realidad es muy valioso y se puede reutilizar en muchísimas maneras“, dice Bergen.

De juguetes abandonados a herramientas musicales
Escultura sonora interactiva “Perro maniquí”, una combinación entre un maniquí de bebé con un perro afelpado. (Foto: Yael Lima)

En México se generan 15 millones de toneladas de residuos plásticos al día, entre ellos juguetes. El circuit bending es el aliado perfecto para darle un nuevo propósito a todos estos objetos descartados y desechos digitales.

Esta técnica, que consiste en intervenir circuitos electrónicos de bajo voltaje para modificar su funcionamiento original, permite que un simple teclado infantil, una pistola de burbujas o un peluche parlante se transformen en generadores de sonidos impredecibles, texturas ruidosas o patrones rítmicos inusuales.

Estudiantes del taller Arte Sonoro Circuit Bending con Juguetes.
Estudiantes del taller Arte Sonoro Circuit Bending con Juguetes. (Foto: Yael Lima) 

El taller no requiere conocimientos previos ni equipos costosos. Lo único indispensable es llevar un juguete que ya no funcione o que funcione demasiado bien y muchas ganas de experimentar.

A lo largo de las sesiones, las personas participantes aprenden a abrir, intervenir y modificar estos objetos para convertirlos en instrumentos únicos, al tiempo que reflexionan sobre el consumo, la basura tecnológica y la posibilidad de crear desde lo que otros desechan.

“Existe el miedo de echar a perder cosas. Creo que eso es algo que lo decimos mucho en los talleres, pues existe la posibilidad de que sí; descompongas tu juguete. Pero también eso justo es lo que exploramos”, dice Bergen. “Entonces así vamos pensando y los incorporamos en otra cosa.”

Para seguir explorando, escucha este podcast, una conversación que mezcla ruido, memoria y juego.

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Juguete infantil de un pastel musical modificado con Circuit Bending. 
 Juguete infantil de un pastel musical modificado con Circuit Bending. (Foto: Yael Lima)