Manos de albañil y mente de artista: la obra de Ulises Figueroa
Leviatán varado (2022) Acuarela, grafito, pintura acrílica y tinta sobre papel sobre MDF (50 módulos) 6.5 m de longitud. (Cortesía: Ulises Figueroa)

Ulises Figueroa empezó a trabajar la materia mucho antes de ser artista. Su padre era albañil y desde niño le enseñó a cargar ladrillos y a medir con las manos. De ahí, dice, surgió su interés por lo que puede construir, ensamblar y transformar.

“Cuando tenía diez años, mi papá me dijo: ‘ya no vienes a jugar, vienes a trabajar’”, recuerda.

Al crecer rodeado de materiales toscos, entre construcciones y carpinterías, cuenta que aprendió la talla en madera y la sutileza del ensamblaje.

Hoy Figueroa es artista visual y usa materiales que muchas personas tiran a la basura: cáscaras de plátano, huesos, algodón, resina y cualquier cosa que se cruce en su camino. A veces también va a los tianguis en busca de objetos que le inspiren. 

Una vez obtiene su materia prima, Figueroa, la modifica: algunas veces convierte tenis y martillos en criaturas marinas,  y otras, usa partes de auto, troncos y retazos de alfombra rescatados de la basura para recrear cadáveres de bovinos.

“No soy de los que juegan con el material a ver qué sale”, dice. “La construcción material siempre es lo último”.

Cáscara de Bisonte (2016). Fibras vegetales y adhesivos, 3.2 m de longitud. (Cortesía: Ulises Figueroa)
Cáscara de Bisonte (2016). Fibras vegetales y adhesivos, 3.2 m de longitud. (Cortesía: Ulises Figueroa)

De la escala a la memoria, la obra de Ulises FIgueroa

El gran formato es otra constante en el trabajo del artista. Siempre procura generar detalles minúsculos que obligan a acercarse a las instalaciones monumentales.

“La escala me garantiza que la gente no sea indiferente”, explica. “Es como una lógica que tengo: si lo hago muy grande, la gente lo va a sentir”.

Dice que no trabaja con conceptos. Lo que le interesa es la sensación que provocan los objetos y los desechos. Y de ahí luego surgen las ideas.

Así, cuando vio por primera vez una cáscara seca, pensó que parecía piel de momia. Años después, construyó con ese material un bisonte de 3.2 metros de longitud cubierto de cientos de cáscaras, que parecen piel en descomposición.

“La cáscara de plátano me evoca fragilidad y belleza, como una forma de ver la muerte”, cuenta.

La creación del primer dios (3er intento), (2021). Cera y metal. 2.5 x 2 x 1 m. (Cortesía: Ulises Figueroa)
La creación del primer dios (3er intento), (2021). Cera y metal. 2.5 x 2 x 1 m. (Cortesía: Ulises Figueroa)

Una de sus obras Marea de lobos (2025) evoca una manada en movimiento a partir de fragmentos y texturas. Cáscara de bisonte (2016) está ensamblada con cientos de pieles secas sobre una estructura de gran escala. Y en Última cena (2021), los olores de la comida deshidratada buscan invadir el espacio cuando la obra se exhibe.

“No lo planeé, pero me gustó que pasara. Quiero que el arte ataque todos los sentidos”, afirma.

Así como en Marea de lobos, Figueroa usa las piezas que ha trabajado durante más de diez años y las exhibe con distintos nombres y montajes, entre ellos Universo 4 – Zooteca 1: Un gabinete del reino animal (Museo de Geología de la UNAM, 2016) y Tercer acto, en el que el universo muere por desintegración (Museo Universitario del Chopo, 2013).

Además, ha formado parte de exposiciones  colectivas como Creación de libro ilustrado (Galería Bi-Damas, Osaka, Japón, 2023), Naturalezas de un mundo feliz (Centro Cultural de Cali, Colombia, 2016) y Leinzell Open XXIX (Baden-Württemberg, Alemania, 2010).

Un archivo colectivo

En abril de 2025, Figueroa dirigió un Taller de Creación Artística en la Escuela Nacional de Estudios Superiores de Morelia, como cierre del VI Coloquio de Historia del Arte. La propuesta era que cada participante encontrara en objetos cotidianos la chispa para construir algo propio, sin seguir un orden preestablecido.

La recolección de materiales se hizo a partir de una convocatoria abierta, sin límites ni reglas. Llegaron cartón, botellas plásticas, cabuya, alambre dulce, tablas de circuito, hilos, partes de computadoras, revistas, un cráneo de vaca, huesos, aerosoles e incluso una piedra de obsidiana.

Figueroa explora los materiales para trabajar en el laboratorio de arte(2025) ENES Morelia. (Cortesía: Konecta Cultura y Arte)
Figueroa explora los materiales para trabajar en el laboratorio de arte(2025) ENES Morelia. (Cortesía: Konecta Cultura y Arte)

Cada objeto aportado conformó un archivo común que serviría de punto de partida.

Durante las sesiones, Figueroa alentó a las personas participantes a explorar qué les llamaba la atención: “¿Qué te mueve, qué quieres explorar, qué recuerdas, qué te hace sentir curiosidad?”, preguntó. Su única indicación fue: “Hagan mapas de sus intereses”.

Momento de cierre y exposición de las piezas creadas por asistentes al Taller de creación artística de Ulises Figueroa. (Cortesía: Konecta Cultura y Arte)
Momento de cierre y exposición de las piezas creadas por asistentes al Taller de creación artística de Ulises Figueroa. (Cortesía: Konecta Cultura y Arte)

Figueroa insistió en el taller en que las ideas surgen del contacto directo y táctil con lo que se puede manipular, mezclar o desechar para construir otra cosa.

“Lo que más feliz me hace es manipular lo tangible”.

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