Las mujeres que acuden a Brigada Callejera, encuentran en ese espacio una red de apoyo frente a la violencia que experimentan por ejercer el trabajo sexual. Foto: Eunice Adorno
El regreso escalonado a las actividades marca la necesidad de un sistema público de cuidados para que el trabajo no remunerado no recaiga en las mujeres.
Con la abogada Susana Prieto no hay medias tintas. O se le considera una heroína de la clase obrera o una criminal que extorsiona a empresas en la frontera.
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